Prueba de fuego al segundo piso en Viaducto y Periférico

domingo, 22 de septiembre de 2002 · 01:00
* Hoy se define la la suerte de la obra vial más importante en las dos últimas décadas México, D F (apro)- El 5 de diciembre anterior, un año después de haber tomado posesión como jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), Andrés Manuel López Obrador, hizo un anuncio espectacular A su llegada a sus oficinas del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, atendió su tradicional conferencia de prensa, en la que no hubo preguntas ni respuestas trascendentes Incluso, los reporteros que cubren diariamente sus actividades preguntaron al funcionario capitalino si no tendría actividades importantes durante el día La respuesta fue negativa "Pueden irse tranquilos", les dijo Salió de sus oficinas, ubicadas frente a la plancha del Zócalo, acompañado por su coordinador de apoyo logístico, Jesús Falcón Becerra, a quien le preguntó: "¿Lo anunciaré o no lo anunciaré?" Más tarde, en cadena nacional, en el programa radiofónico de Monitor con José Gutiérrez Vivó, el tabasqueño, quien estaba siendo duramente cuestionado por la falta de obra pública en su administración, informó que este año, el 2002, empezaría la construcción de una megaobra: el "segundo piso" de Viaducto y Periférico Después de la noticia, los reporteros de la "fuente" capitalina regresaron a las oficinas del jefe de Gobierno, para exigir una explicación más amplia En una rueda de prensa improvisada, les dijo que la construcción del "segundo piso" sería la "obra de su sexenio", y la más importante para la ciudad en los últimos 20 años Según el jefe del GDF, decidió poner en marcha este proyecto, que fue presentado hace varios años y discutido por diversos gobiernos sin ningún éxito, debido a la saturación vehicular que registran los ejes viales y las avenidas rápidas de la ciudad Dijo que la inversión sería superior a los 8 mil millones de pesos y que la obra comprendería un total de 32 kilómetros, de los que 13 corresponderían al Viaducto y 19 al Periférico Actualmente circulan en la Ciudad de México, cada día, alrededor de tres millones de automotores, de los cuales 61 por ciento corresponden a unidades con placas del DF, distribuidos en 17 millones vehículos privados, 28 mil microbuses, 105 mil taxis y 2 mil autobuses; mientras que el 39 por ciento restante corresponde a vehículos de carga o con placas de otras entidades de la República De acuerdo con el inventario de emisiones contaminantes, 70 por ciento de éstas son producidas por las fuentes móviles, y de los 30 millones de tramos de viajes que se generan al día, se estima que 20 por ciento se realizan en transporte privado; 18, en Metro, tren ligero y trolebuses, y el 62 por ciento restante se desplaza en transporte público de superficie (taxis, microbuses y autobuses) Uno de los propósitos de realizar la obra, según el tabasqueño, es que los estudios de tránsito realizados muestran que únicamente 15 por ciento de las vialidades primarias presentan velocidades por encima de los 30 kilómetros por hora, y que Periférico y Viaducto Miguel Alemán registran los niveles más altos de saturación, con velocidades promedio de circulación que fluctúan entre los 13 y 20 kilómetros por hora, lo cual eleva los índices de contaminación De acuerdo con el planteamiento inicial, las dos vías rápidas se construirían por tramos de seis kilómetros, en los próximos cinco años, y que el primer tramo, que tendría un costo de mil 500 millones de pesos, estaría listo en noviembre de este año Para echar a andar la obra, el gobierno contaba sólo con un presupuesto de 500 millones de pesos, y el resto, mil millones, se obtendrían de los ahorros y remanentes del presupuesto La reacción de distintos sectores del ámbito local y federal fue inmediata Las opiniones se dividieron y, luego, se politizaron Tres días después del anuncio, la Federación del Colegio de Ingenieros vio con bueno ojos la propuesta, mientras que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) sostuvo que la medida no concordaba con los principios establecidos en el Programa de Calidad del Aire, y mucho menos contribuiría a desincentivar el uso del automóvil De inmediato, el jefe de Gobierno puso a trabajar a ingenieros y arquitectos para que realizaran estudios de mecánica de suelo y determinar el tipo de obra que se realizaría, a fin de evitar hundimientos o posibles afectaciones por temblores Con la certeza de que su anuncio generaría toda clase de comentarios, a favor y en contra de la obra, desde el principio López Obrador dejó abierta la posibilidad de hacer una consulta y de dejar en manos de la ciudadanía, y no de los distintos sectores ?gobierno federal, partidos políticos, grupos ecologistas, empresarios, etcétera?, la decisión de construir o no los segundos pisos "En la democracia el pueblo es el que manda", reafirmó Así, convocó a una consulta telefónica los días 19 y 20 de enero, pero aunque la respuesta fue afirmativa, la participación fue mínima ?votaron 80 mil 970 personas, 72 por ciento a favor--; los sectores adversos a la construcción de la obra, vieron la consulta como una farsa Un mes después, el GDF otorgó a Grupo Rioboo --por adjudicación directa? la planeación del proyecto ejecutivo de la obra, sin que hasta la fecha se conozca dicho plan A principios de abril, el GDF puso a concurso las licitaciones para la construcción de los tres primeros tramos del Periférico, en el que participaron 43 empresas nacionales y, un mes después, las declaró desiertas porque todas las firmas ofrecieron precios muy por encima de lo que la administración lopezobradorista tenía destinado Las críticas en contra arreciaron y, mientras se analizaba en el gobierno capitalino por qué las empresas habían hecho estimaciones por encima del presupuesto, López Obrador aprovechó la propuesta que hizo una asociación civil, que le pedía la realización de un plebiscito para que fuera la ciudadanía la que decidiera, legalmente, sobre el destino de la megaobra Para poder pedir la realización del plebiscito, el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) solicitó 65 mil firmas, mismas que fueron recabadas Sin embargo, el gobierno capitalino y el IEDF entraron en confrontación por quién debería asumir el costo del sufragio Finalmente, se decidió que fuera el IEDF el que se responsabilizara del plebiscito, por lo que tuvo que hacer reajustes en su presupuesto por 48 millones de pesos, de los cuáles, sólo ocho millones se destinaron a publicitar la consulta Los funcionarios del GDF fueron limitados para pronunciarse sobre la obra Aunque el Tribunal Electoral del DF estimó que deberán participar 2 millones 200 mil empadronados para hacer válido el plebiscito de este domingo, López Obrador ha asegurado que acatará el resultado que sea con el porcentaje de personas que participen Así, el tabasqueño habrá logrado darle legitimidad a su "proyecto sexenal", y podrá pedir a la Asamblea Legislativa el presupuesto necesario para materializarlo

Comentarios