El país en manos de Ramón Muñoz

viernes, 31 de diciembre de 2004 · 01:00
México, D F, 30 de diciembre (apro)- En las habituales reuniones del gabinete, todos los lunes por la mañana, Ramón Muñoz Gutiérrez toma asiento muy próximo a Vicente Fox Con rostro hostil observa, escucha, redacta notas y decide Hermético hasta en su lugar de trabajo, la oficina más cercana al despacho presidencial --al que entra cuando le da la gana--, Muñoz Gutiérrez es el personaje que, junto con Marta Sahagún, más poder acumula en la alta burocracia federal que en, cuatro años de gobierno, ya se posible definir como frívola y mediocre Muñoz, quien se ufana de ser ajedrecista y encabeza la Oficina de la Presidencia para la Innovación Gubernamental, es quien sugiere a un Fox autista lo que mejor, según él, le conviene Pese a que nadie lo eligió --de hecho, nunca ha sido elegido para nada--, este fanático de extrema derecha es quien en buena medida gobierna el país De 45 años de edad, oriundo de Lagos de Moreno, Jalisco, exseminarista y afiliado a la Organización Nacional del Yunque, en el que tiene el seudónimo de “Julio Vértiz”, Muñoz pone y quita funcionarios, elabora las estrategias de este errático gobierno y a nadie rinde cuentas, contraponiéndose inclusive a los compromisos que como servidor público y panista ha asumido Ya desde Guanajuato, en cuyo gobierno de Fox se desempeñó como coordinador de asesores, hacía sentir su poder a la burocracia: Despido de trabajadores de base y contratación abundante de compañeros de la organización con altos salarios por la vía de los honorarios, supuestamente con base en la “reingeniería” Y al inicio del gobierno de Fox, eran motivo de desconcierto y luego de chunga sus encerronas, como aquella en la que reunió a los oficiales mayores de las dependencias para exhibirles, en un cartel, la maldad del PRI, y después arrancarlo de la pared y lanzarlo al piso para que fuera pisoteado por todos sus discípulos El país le debe a Ramón Muñoz la introducción de, según él, una nueva forma de hacer un “gobierno de calidad” para servir a los “clientes”, que son los ciudadanos, y que no es sino un amasijo de términos ininteligibles que se contraponen a las propias recomendaciones que él mismo suele hacer para una mayor eficacia de comunicación con la sociedad Tamaño trabajo hace Muñoz que cree merecer un salario casi igual al de Fox --la diferencia es de apenas mil 900 pesos--, pero lo que ningún ciudadano mexicano sabe es si su desempeño en verdad corresponde a lo que percibe, porque se resiste a someterse al escrutinio público En la página de Internet que creó para difundir sus vanidades, denominada innovagobmx, reproduce sólo lo que a su juicio debe ser conocido por los que sostienen su alto nivel de vida Sólo aloja propaganda y los premios de “buen gobierno” e “Intragob”, que él inventó, y que otorga sin más criterio que el suyo Si de éxito en la llamada innovación gubernamental se trata, el “Diagnóstico de la Administración Pública Federal Centralizada”, elaborado por las secretarías de Hacienda y de Gestión Pública, acredita el fracaso de la estrategia de Muñoz Es un total desgarriate Pero a Muñoz nadie lo molesta y hasta se da el lujo de no comparecer en la Cámara de Diputados para explicar cuánto le cuesta al país su aventura en la administración pública, caracterizada por la incompetencia Ese es el “gurú” de Fox, el miembro más poderoso a eso que se hizo llamar staff de Los Pinos y del Grupo Guanajuato, que nunca existió Ese es el “enlace” entre el gobierno de Fox y el PAN que le fue arrebatado a los verdaderos panistas, y que pasa a segundo término ante la Organización Nacional del Yunque Ese es el personaje que intriga y elabora las estrategias, supuestamente como movimientos de ajedrez, para aniquilar políticamente a Andrés Manuel López Obrador y que es capaz de lo que sea --lo que sea-- para mantenerse en el poder Es Ramón Muñoz, otro hombre llamado fracaso Comentarios: delgado@procesocommx

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