Preguntas

lunes, 13 de septiembre de 2004 · 01:00
México, D F, 13 de septiembre (apro)- Demócrata de corazón, por convencido que la democracia, como se ha dicho, es el menos malo de todo los sistemas de gobierno, pero desorientado y por lo tanto confundido, por lo visto y comprobado, que en la misma no se cumplen sus principios, estimados lectores, tanto de falda como de pantalón, les escribo la presente con la esperanza de que alguno de ustedes, más leído y escribido que este servidor, me aclare mis perplejidades sobre ella Gracias por adelantado Según mi leal saber y entender, tres son las formas básicas de gobierno: 1 La monarquía, que puede ser absoluta o limitada 2 La oligarquía o el gobierno de los menos 3 La democracia o el gobierno de los más Según la definición clásica y la más festejada, que se atribuye a Abraham Lincoln, la democracia es el gobierno del, por y para el pueblo, o lo que es lo mismo: que la esencia del sistema democrático es aquel en que la mayoría cuenta con la oportunidad de discutir y resolver las cuestiones de las cuales depende su propio bienestar, o sea, que la democracia es una forma de organización social en que las decisiones sobre los asuntos de política pública son definidos y tomados por la mayoría Por otra parte, la democracia puede ser ejercida de manera directa, esto es, cuando los miembros adultos de una comunidad resuelven las cuestiones públicas de forma directa por asamblea popular; e indirecta, es decir, cuando se eligen representantes (servidores públicos) para la administración e incluso defensa de los asuntos públicos, que es la forma en que hoy se ejerce Bien Aclarado, según mis luces, lo que básicamente es la democracia y la manera de hacerla posible, paso a exponerles algunas de las incoherencias principales que veo en la misma, que junto con otras son madres de mi perplejidad Si, como se afirma, por la lógica de sus decisiones y consecuencias, es inevitable el neoliberalismo globalizador que hoy vivimos, que se impone porque en no poca medida se proclama y asume el papel de paladín de la democracia, pregunto: ¿Por qué privilegia y defiende a capa y espada la macroeconomía, al punto incluso, llegado el caso, de sacrificarle la microeconomía, en la que, más mal que bien, viven las mayorías? Según estadísticas de reconocidos organismos internacionales, la defensa a ultranza de la macroeconomía está haciendo que la riqueza se concentre cada vez más en menos manos ¿Responde este hecho a la esencia de la democracia? De ustedes es la palabra, lectores Si, como afirma la democracia, todos somos iguales ante la ley, ¿por qué el que roba un pan por hambre o el jardinero que por distracción corta un árbol, se exponen a sufrir y en la mayoría de los casos sufren todo el rigor de la ley, y por lo contrario el talamontes, el banquero fraudulento y otros “emprendedores” exitosos sorprendidos en un renuncio, como se dice, gracias a que pueden pagar, no pocas veces con el dinero mal habido, los oficios de hábiles abogados, salen libres o con penas irrisorias? Para mí, esos hechos, pan nuestro de cada día en el neoliberalismo globalizador que hoy vivimos, muestra y confirma que la ley puede tener su precio, como si fuera una mercancía ¿O no? Si, según proclaman tirios y troyanos, los elegidos de manera democrática son, nada menos y nada más, que los servidores de los que los eligieron, los administradores de los bienes públicos, díganme si no es indignante, por decir lo menos, saber que no han faltado ni faltan elegidos que han usado, que usan ese servir y administrar para enriquecerse personalmente hasta de manera fabulosa y que algunos de entre ellos hubo, y hay, que, en el colmo de la obscenidad, lo hizo, y lo hace litigando contra los bienes públicos, los que por elemental ética estaban, y están obligados a servir, administrar e incluso defender Estimados lectores, ¿no habría que crear contrapesos o frenos legales que nos libraran de tan singulares y avispados servidores? Digo Estos hechos y otros parecidos, como por ejemplo la exención de impuestos al capital y el aumento de los indirectos sobre el consumo, que no reseño por cuestión de espacio, son las madres de mi perplejidad, la que me lleva a la duda, a preguntarme si no será que lo que el neoliberalismo globalizador ofrece, defiende, exige e impone como democracia, poco tiene de ella y más bien es una plutocracia o gobierno de los ricos lo que da, privilegio y protege Bueno, eso es lo que pienso ¿Creen que estoy equivocado? De ser así y lo admito, como dije en un principio, mucho agradeceré que me saquen de mi error En esa espera queda con ustedes su servidor JUAN NIPORESAS

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