De Cebollón a coyote del sexenio

jueves, 6 de octubre de 2005 · 01:00
México, D F, 5 de octubre (apro)- De manera inevitable, al acercarse el fin de sexenio, los abusos de parte del presidente en turno, o de familiares cercanos a él, empiezan a aparecer El gobierno de Vicente Fox no ha quedado exento de estas revelaciones El tráfico de influencias, los abusos del poder, los excesos, las imposiciones y otras tantas actitudes de Manuel Bibriesca Sahagún, hijo de Marta María Sahagún Jiménez, segunda esposa de Fox, están apareciendo cada vez más, y mejor documentadas Aunque a decir verdad, las actividades del hijo mayor de Marta Sahagún no son nuevas, pues se empezaron a ventilar a partir del 2002; en las ciudades de León o Celaya se empezó a hablar de la riqueza inexplicable del joven, a quien en su adolescencia apodaban El Cebollón, porque por más capas y capas que se le quitaran, no se revelaba su inteligencia De sus negocios se habla en casi todas las secretarías: se le señala como el coyote del sexenio, es decir, el gestor de muchos de los contratos millonarios con diversas dependencias o paraestatales, actividad que difícilmente se puede probar pero que, como todos los que cometen algún delito, siempre se llega al momento en que incurren en algún error, lo que da pie a que se les atrape Parece ser que el joven Manuel Bibriesca ya cometió su primera falta, sólo hay que darle tiempo al tiempo, y por lo pronto la comisión de la Cámara de Diputados --que investiga las empresas relacionadas con el hijo incómodo-- parece ser que ya tiene pistas importantes Hasta el momento ha resultado complicado probar sus oscuros negocios con Pemex, el IPAB, Infonavit, Fovissste o Aduanas, quizá porque quien maneja verdaderamente la administración de estas entidades es Francisco Gil Díaz, el secretario de Hacienda, y el que --por el momento-- debe proteger los intereses de su jefe, es decir, el presidente de la República, y por tanto los de Marta Sahagún, pero cuando toque a su fin este sexenio, o para qué esperar tanto, cuando inicie la verdadera guerra electoral, es decir, a principios del año que entra, es probable que el expediente contra los hijos incómodos se documente, precisamente en la hoy todopoderosa Secretaría de Hacienda y Crédito Público La buena vida que se da el joven Bibriesca es contundente a todas luces, pero la verdad es que aún nadie puede comprobar la cantidad de dinero que ha acumulado a lo largo del sexenio, quizá porque ya esté en algún fideicomiso privado, y con aquello del secreto fiduciario o bancario, pues se complica un poco saber si ahí tiene parte de la fortuna que devino de sus vínculos con el "gobierno del cambio" Pero si se llega a saber algo, no hay que olvidar que quien tiene la llave de todos los fideicomisos es justamente Francisco Gil, un hombre al que seguramente el próximo presidente de la República tendrá que escuchar y no podrá despreciar, a pesar que a este personaje también se le puedan colgar sus santitos No estaría mal que la comisión legislativa involucrada en tales indagatorias se acercara un poco a Paco Gil, a fin de intercambiar información, en lugar de limitarse a acusar a los funcionarios de estar sirviendo de tapadera de la familia presidencial

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