Empresa privada, responsable de explosión de Pemex en Tabasco: UNTCIP

jueves, 11 de agosto de 2005 · 01:00
* Trabajadores de la constructora Rubio Solís perforaron el gasoducto con una retroexcavadora * El propietario es amigo de Roberto Madrazo Villahermosa, Tab , 10 de agosto (apro)- Una compañía constructora cuyo propietario, Ignacio Rubio Solís, es vinculado a Roberto Madrazo, provocó la explosión del gasoducto de 48 pulgadas de Petróleos Mexicanos que dejó como saldo cinco muertos y millonarias pérdidas materiales el pasado 8 de julio, revela un análisis de la Unión Nacional de Trabajadores de Confianza de la Industria Petrolera (UNTCIP) En un documento de 36 cuartillas, ilustradas con fotografías, estadísticas oficiales, tablas comparativas y normas de seguridad de Pemex incumplidas, los profesionistas y técnicos de la UNTCIP concluyen que el siniestro fue provocado por "personal de una compañía particular bajo cargo del gobierno estatal", al golpear el gasoducto con una retroexcavadora cuando realizaban reparaciones al puente Dren Dos de la nueva autopista Reforma-Dos Bocas, "provocándole una fractura y fuga"; al no poder corregirla optaron por suspender actividades y abandonaron el lugar La referida autopista, de 37 kilómetros e inaugurada por el gobernador Manuel Andrade un mes antes de la explosión, fue construida por la compañía Rubio Solís, propiedad del empresario Ignacio Rubio Solís, quien en la campaña electoral de Roberto Madrazo para la gubernatura de Tabasco en 1994, participó como presidente del Comité de Financiamiento Rubio Solís es también presidente del patronato de la Unidad Especial de Terapia y Estimulación (Unete), que preside en Tabasco la señora Isabel de la Parra, esposa de Roberto Madrazo Según una denuncia que en junio de 1995 presentó Andrés Manuel López Obrador ante la PGR para investigar el origen del dinero, Roberto Madrazo derrochó en su campaña 72 millones de dólares de la época La compañía Rubio Solís es una de las más favorecidas con millonarios contratos de obras públicas del gobierno de Manuel Andrade, principalmente en el ramo carretero De acuerdo con testimonios de lugareños, recogidos por la UNTCIP, la ruptura del gasoducto que explotó en la comunidad de Huimango, municipio de Cunduacán, se registró al mediodía del 8 de julio, pero fue hasta las siete de la noche que personal de Pemex identificó la fuga y disuadió a los curiosos para que se retiraran del lugar Una hora después, se presentó personal de Protección Civil del gobierno estatal y personal operativo de Seguridad Industrial y de Mantenimiento de Pemex para valorar la situación y reparar la fuga Cerca de las 9:30 de la noche se suspendió el envío de gas desde el puerto petrolero Dos Bocas y comenzó a depresionar el ducto, sin embargo, a las 10:15 la fuga se intensificó, abrió un boquete y quedó sin control Se formó una nube de condensado y gas en un superficie de 100 hectáreas Personal de Pemex y de Protección Civil lograron escapar de la nube explosiva, la cual finalmente explotó a las 10:45 de la noche "al encontrar un punto de ignición en una casa distante a un kilómetro" El análisis destaca que el gasoducto de 48 pulgadas ocasionaba un consumo excesivo de energía para trasportar "poco gas" --120 mil millones de pies cúbicos por día--, además, transportaba agua salada "que debió ser separada desde Dos Bocas, lo que evidencia que no efectúan procesos eficientes de separación y estabilización en las baterías de origen" También resalta que desde el año 2001, el delegado de la Profepa, Ramiro Berrón Lara, "reveló que el referido gasoducto reportó incumplimiento de normas de seguridad y del ambiente," y puso a Pemex un plazo de seis meses para que presentara un programa de prevención de accidentes y de emergencia, lo cual no ha sido cumplido Los técnicos y profesionistas de la UNTCIP encontraron "anomalías en la construcción de la nueva autopista", como el hecho de que en el área de la fuga "el trazo de la nueva autopista pasa tangiblemente sobre el derecho de vía (DDV) e infringe su ancho mínimo requerido" "Secciones de la autopista se construyeron sobre tramos de ductos sin respetar su profundidad; así, el ducto de 48 pulgadas queda a una profundidad menor de un metro cuando debe ser de 3 metros o de 15 metros si contara con camisas de protección, lo cual no ocurre", refiere el estudio "Esta anomalía representa riesgos debido a que el paso vehicular somete a esfuerzos al gasoducto, en especial al trasporte pesado frecuente", advierte el documento Así mismo, se observa que en el lugar del siniestro, durante las actividades de mantenimiento al puente, "el gobierno estatal no estableció la coordinación con Pemex, mucho menos la supervisión suficiente y adecuada, ni aplicación elemental de las normas de seguridad" En sus conclusiones, la UNTCIP destaca que en la construcción de obras en zonas de actividades petroleras "el gobierno estatal omite el cumplimiento de requisitos mínimos de seguridad y la rigurosa coordinación y supervisión con personal calificado de Pemex", paraestatal que no recibió aviso "de las actividades que la compañía realizaría en el DDV" El personal de la compañía "bajo responsabilidad del gobierno estatal", no tenía la información ni la capacitación necesarios para comprender los riesgos de trabajo sobre el DDV, "y no reportó oportunamente la existencia de la fuga, lo cual retrazó su evaluación temprana y la programación y corrección con menores riesgos" El DDV y el gasoducto "no contaban con inspecciones y supervisión que lo mantuviera dentro de la normatividad y resguardo de riesgos externos"; y Pemex Exploración Producción (PEP) operaba el gasoducto "bajo condiciones límite, inadecuadas e ineficientes y con frecuentes actividades de riesgo como son las corridas de diablos" "La fuga del gasoducto de 48 pulgadas Dos Bocas-Cunduacán refleja desconocimiento de la dimensión operativa e irresponsabilidad en los mandos directivos y una crisis de supervisión que está prácticamente fuera de control", alerta la UNTCIP "Esto es, en última instancia, expresión de una política petrolera que privilegia los propósitos privatizadores, sin importar el riesgo de orillarnos a un problema de seguridad nacional", sostiene el análisis

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