El "asesor" árabe

domingo, 19 de noviembre de 2006 · 01:00
El príncipe Bandar bin Sultán no fue un simple embajador de Arabia Saudita en Estados Unidos Con acceso directo a la Casa Blanca, fungió como asesor sobre Medio Oriente del presidente George W Bush, a quien logró imponer los intereses de la familia real saudita En la estrecha alianza entre Washington y Riad, Bandar también participó en operaciones de "trabajo sucio" en los años ochenta, como financiar a la contra nicaragüense o impedir el triunfo del Partido Comunista en las elecciones italianas WASHINGTON- Reunidos en el balcón "Truman" de la Casa Blanca, el presidente George W Bush y el príncipe Bandar bin Sultán, embajador de Arabia Saudita en Estados Unidos, conversaban y fumaban puro plácidamente Era el 13 de septiembre de 2001 Dos días antes se habían perpetrado los ataques terroristas en Nueva York y Washington La sociedad estadunidense estaba en shock La prensa de este país "estaba enloquecida" Ya apuntaba hacia Bin Laden como presunto autor intelectual de los ataques y "abundaban las teorías de la conspiración" La razón: "15 de los 19 terroristas suicidas que atacaron a Estados Unidos eran de nacionalidad saudita y se ponía énfasis sobre el papel que habría jugado la monarquía árabe" en el apoyo al régimen Talibán en Afganistán El príncipe Bandar aprovechó la reunión con Bush "Puedo asegurarle que esos 19 individuos diabólicos que cometieron el crimen del 11 de septiembre, no representan los intereses del Islam (?) La idea de que el gobierno saudita financió, organizó y que incluso conocía los planes para atacar a Estados Unidos, es una maldad y una absoluta mentira", dijo Bandar a Bush? Y lo convenció No sólo eso: Bandar obtuvo del mandatario estadunidense autorización para sacar de Estados Unidos a 148 ciudadanos sauditas, entre ellos a varios miembros de la familia Bin Laden Con ese aval de Bush, Bandar "llamó directamente al FBI" para organizar la evacuación de sus conciudadanos en aviones privados Después se comunicó con Richard Clarke, coordinador de Asuntos Antiterroristas del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, "quien le dijo que si el FBI no tenía objeción para sacar de Estados Unidos a 148 sauditas, él tampoco se opondría: estaba de acuerdo" Los servicios de inteligencia estadunidenses desaprovecharon así la oportunidad de interrogar a personas de la familia Bin Laden y de detectar posibles financiamientos a organizaciones terroristas, según señaló el informe de la comisión independiente que, a petición de la Casa Blanca, investigó los ataques del 11 de septiembre de 2001 Pero a Bush pareció importarle poco eso Bandar no sólo era su amigo En los hechos, era también uno de sus asesores sobre asuntos de Medio Oriente y lograba influir en la política exterior estadunidense en función de los intereses regionales y petroleros de la monarquía de Arabia Saudita Lo anterior lo revela la biografía de Bandar bin Sultán Se titula El príncipe, la historia secreta del miembro de la realeza más intrigante del mundo Fue escrita por el británico William Simpson y, bajo el sello de la editorial Regan, empezó a circular este mes en Estados Unidos Intereses reales Para realizar la biografía de Bandar, Simpson no sólo entrevistó al príncipe saudita ?quien fue su compañero cuando ambos estudiaban en el Colegio Real de la Fuerza Aérea de Inglaterra?, sino a miembros de su cerrado círculo de familiares y amigos, incluidos varios funcionarios del gobierno de Bush, quienes le solicitaron mantener el anonimato Con base en estos testimonios, Simpson revela en su libro la enorme influencia del príncipe árabe en las esferas de poder de Washington, donde fue embajador durante 22 años: de 1983 a 2005 Cuenta Simpson: "Dos meses antes de que iniciara la invasión a Irak, el presidente Bush se reunió en más de 30 ocasiones con Bandar en la Casa Blanca para consultarle sobre los planes que venía preparando el Pentágono para acabar con el régimen de Sadam Hussein" De acuerdo con un funcionario del gobierno de Estados Unidos citado por Simpson, en varias de esas reuniones Bandar logró colocar los intereses de Arabia Saudita sobre los de la Casa Blanca Utilizó para ello la principal carta del régimen de Riad: los recursos petroleros y la necesidad que de éstos tiene la economía estadunidense "Si atacan a Irak y el Pentágono nos garantiza que sólo destruirán a los círculos del poder político y militar más cercano a Husein sin provocar un caos social que conlleve a una eventual guerra civil, Arabia Saudita, como aliado y amigo de Estados Unidos, le garantiza, señor presidente, que aumentará su producción petrolera para cubrir cualquier necesidad que tenga de energéticos si se desata una crisis o un aumento de precios por la guerra", dijo Bandar a Bush Y así fue: Estados Unidos ha intentado contener una guerra étnica y religiosa en Irak, y Arabia Saudita aumentó sus exportaciones de petróleo a Estados Unidos Bandar, por su parte, logró con ello un triunfo más como representante diplomático de Arabia Saudita y de algunos sectores del mundo árabe "Trabajo sucio" Bandar bin Sultán nació en marzo de 1949 como fruto de una relación "ilegal" entre su padre, el príncipe Sultán bin Abdul Aziz al Saud, en ese tiempo ministro de Defensa de Arabia Saudita, y Khizaran, una jovencita de 16 años, empleada doméstica de la familia real Pese a ser hijo ilegítimo, Bandar fue reconocido y protegido por su padre Lo incluyó como miembro de la familia real Era uno de los sobrinos del rey Fahd y ?según Simpson? pronto destacó por su carisma y reconocida habilidad para convencer y manipular a la gente Después de concluir sus estudios en la fuerza aérea de Gran Bretaña, Bandar se hizo cargo de un escuadrón de la Real Fuerza Aérea de Arabia Saudita Debido a su habilidad para entablar relaciones y a su capacidad como negociador, la monarquía saudita lo utilizó como emisario para tratar asuntos delicados con el gobierno de Estados Unidos, desde los tiempos de la administración de James Carter (1976-1980) "No sabía que un joven oficial de la fuerza aérea podría ser tan efectivo, pero después de hablar con él descubrí que era urbano, que se había occidentalizado de manera adecuada, que era elocuente y que obviamente tenía lazos directos con la familia real No vi a Bandar todos los días, pero tenía la sensación de que Bandar básicamente vivía en la Casa Blanca", comentó el expresidente Carter a Simpson A finales de los años setenta, el gobierno de Riad lo nombró agregado militar en la embajada de Arabia Saudita en Estados Unidos En los hechos, se posicionó como efectivo negociador con la Casa Blanca y el Congreso para comprar armamento estadunidense, particularmente aviones caza F-15, misiles y equipo de defensa estratégica Desde antes de ser nombrado embajador de su país en Estados Unidos, Bandar realizó ?con la anuencia de la familia real? operaciones de "trabajo sucio" que Washington no podía hacer abiertamente debido a restricciones constitucionales o las implicaciones de un escándalo internacional Y continuó ejecutándolas después de su nombramiento como diplomático Por ejemplo, señala Simpson, "en 1983, durante la segunda vuelta de las elecciones nacionales en Italia, el Partido Demócrata Cristiano estaba perfilado a perder frente al Partido Comunista Italiano Para el gobierno de (Ronald) Reagan, ello significaba una derrota ante la Unión Soviética en plena Guerra Fría" Tenía, pues, que evitarlo Simpson sostiene que Reagan mantuvo varias conversaciones telefónicas con la primera ministra británica, Margaret Thatcher, y el rey Fahd Los tres acordaron conspirar en las elecciones italianas para garantizar el triunfo del Partido Demócrata Cristiano Relata Simpson en su libro: "Después del acuerdo alcanzado entre Reagan, Thatcher y Fahd, Bandar voló directamente a Roma con una maleta llena de dinero Se dirigió al Vaticano En el banco del Vaticano, fue recibido por un sacerdote que tomó la maleta que contenía 10 millones de dólares en efectivo Los contactos de Bandar en esta misión fueron Bill Casey, director de la CIA, y William A Wilson, enviado personal de Reagan ante la santa sede, quien el 7 de marzo de 1984 se convirtió en el primer embajador de Estados Unidos ante el Vaticano Después de pasar una noche en Roma, el príncipe (Bandar) regresó a Washington" Con dinero saudita, el Partido Demócrata Cristiano pudo financiar sus actividades proselitistas y derrotó a los comunistas italianos De hecho, el uso de dinero saudita a favor de los intereses de Washington en el mundo se volvió una costumbre Bandar era el operador Sin ofrecer detalles, Simpson sostiene que el príncipe participó en la operación de financiamiento por 3 mil millones de dólares que Estados Unidos y Arabia Saudita implementaron en Afganistán para "acabar o minimizar" la invasión de la Unión Soviética a ese país en los años ochenta Y en América Latina, su participación no fue la excepción Simpson revela que Bandar operó en el llamado escándalo Irán-contras, "episodio por el que el presidente Reagan pudo haber sido sometido a un juicio político" y por el cual "la Casa Blanca transfirió fondos de la venta de armas a Irán para apoyar a los contras nicaragüenses" A través de Bandar, Arabia Saudita transfirió 32 millones de dólares en efectivo a la contra de Nicaragua Bandar explicó a Simpson las razones del apoyo incondicional de Arabia Saudita hacia Washington con una simple frase: "A nosotros una alianza con Estados Unidos nos garantiza seguridad en Medio Oriente y la modernización de nuestro equipo y sistema de defensa" De las acciones que llevó a cabo durante la Guerra Fría, el exdiplomático saudita ?considerado por analistas y expertos en temas del Medio Oriente como "la sombra extranjera del poder detrás de la Casa Blanca"? ofreció a Simpson una aclaración pragmática: "Nunca usamos el argumento de lucha del Este contra Occidente o el anticomunismo de Estados Unidos; nosotros decíamos que los comunistas eran ateos que no creían en la religión y los combatíamos por razones religiosas Galvanizamos al mundo musulmán detrás de nosotros, lo cual se acopló perfectamente con la estrategia de Reagan para luchar contra la Unión Soviética en un área (Medio Oriente) en la que ellos no podían influir de la manera en que sólo nosotros podíamos lograrlo" l

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