Y cuando Felipe despertó ahí estaba el sub
México, D F, 11 de mayo (apro)- Todo iba bien para Felipe Calderón O al menos así lo creía él Amparado en que las encuestas lo ubican en el primer lugar de las preferencias electorales y en su triunfo en el debate de candidatos presidenciales, siguió en sus giras proselitistas por los estados del país, con ánimo festivo, olvidándose de hacer propuestas, festejando de manera anticipada lo que creía un éxito seguro
Pero llegaron Atenco y Marcos, y el candidato panista volvió a la realidad De hecho, el líder zapatista despertó al Felipe autoritario y visceral que muchos conocen Sí que debió dolerle a Calderón lo dicho por aquél, en el sentido de que López Obrador será el candidato que gane las elecciones presidenciales de julio próximo Y si eso le dolió, un auténtico gancho al hígado le resultaron estos otros asertos del subcomandante, dichos a diferentes medios informativos: Calderón es "un Hitler en potencia", significa la "instauración del fascismo", que "sacará al Ejército y a la policía a las calles" y es "la continuación del perfil desdibujado de lo que es un gobernante", que "suplirá el quehacer político con el uso de la fuerza"
Hasta antes de la aparición de Marcos en los medios, Felipe Calderón transitaba alegremente por el país Vaya, ni siquiera los brutales sucesos de Atenco lo conmovieron gran cosa Tuvieron que pasar más de 24 horas para que reaccionara El día del enfrentamiento entre policías y colonos, aún en la noche, cuando ya la noticia y sus imágenes brutales recorrían el mundo, el candidato panista ni pío decía; seguía ofreciendo las perlas de la Virgen a sus simpatizantes Todavía en las primeras horas del día siguiente, no salía de los tibios reclamos: "Las diferencias no pueden resolverse con la violencia", "Los derechos no pueden defenderse a través de los machetes", "Las autoridades de los tres niveles de gobierno deben practicar un responsable ejercicio del poder", "La única manera de que en la sociedad haya convivencia real es a través de la ley" Y cosas por el estilo
Fue hasta muy tarde que se le prendió el foco A él o a alguien de su war room Si había sido exitosa la estrategia del miedo que emprendió su equipo a través de spots, en los que se decía que López Obrador era un peligro para el país, por qué no vincular la violencia desatada en Atenco con el presunto perfil de un gobierno federal en manos del PRD y Andrés Manuel López Obrador
Por supuesto Y manos a la obra Así lo hicieron En sus últimos discursos del 4 de mayo, y los días siguientes, Calderón sostuvo que en la elección presidencial se definirá si queremos gobiernos "que metan a México en la anarquía, en la violencia, en el desorden, como los que representa el PRD, o gobiernos que aplican la ley y que tengan verdadero aprecio por la legalidad y por los derechos"
También: "Hay candidatos que avalan este tipo de acciones" violentas, como la de Atenco, o la de Tláhuac en 2004, donde fueron linchados dos policías, y López Obrador, jefe de gobierno entonces, "no hizo nada"
Ya encarrerado, al día siguiente, 5 de mayo, en cuanto lugar estuvo, siguió arremetiendo: "En esta contienda electoral sí hay candidatos que avalan la barbarie, que avalan los machetes y que avalan romper la ley para (permitir) hacerse justicia por propia mano" Claro, no mostró prueba alguna Ni le interesaba Importaba el discurso efectista y el ánimo de seguir descalificando a López Obrador
Para entonces, Marcos y los zapatistas que lo acompañaban no le hacían mayor ruido al panista "La verdad es que la presencia de Marcos es cada vez menos relevante", dijo Calderón
Pero el martes 9 se le apareció el diablo al candidato Marcos en la primera plana de La Jornada, con gran despliegue en interiores, diciendo que "Calderón propone la mano dura, el fascismo, sacar al Ejército a las calles y a la policía a todos los lugares, y gobernar con la fuerza represiva del Estado y no con leyes"
Y lo peor: Marcos en Televisa, muy de mañana, en horario estelar, a la vista de millones de mexicanos, diciendo, sin titubeo alguno, que López Obrador va a ganar las elecciones, y que Calderón sería como Fox, un gobernante desdibujado, que supliría el quehacer político con el uso de la fuerza
No lo soportó Felipe Y echó las vísceras por delante
El Marcos "irrelevante" de unos días antes, se convertía, en el discurso del panista, en la encarnación de todos los males Vinculó al zapatista con López Obrador Lo acusó de hacerle el "trabajo sucio" al tabasqueño Que ambos comparten la misma visión de izquierda, autoritaria y violenta Que López Obrador apoya actos violentos y es un candidato que ?como el delegado Zero-- no respeta la ley Que "atrás del pasamontañas está el mismo rostro de intolerancia y autoritarismo que caracteriza a la izquierda violenta y que hoy representa López Obrador"
No es la primera vez que Felipe Calderón reacciona virulentamente De hecho se mostró tal cual es: como alguien soberbio, que no admite cuestionamientos; que menosprecia la opinión de los demás si le es adversa; que quiere tener siempre la razón; que se autoerige como autoridad moral; que se enoja fácilmente; que se burla de los demás; que se exalta a la primera provocación; que se dio el lujo de gritarle, o de colgarle el teléfono, a Ernesto Zedillo cuando éste era presidente de la República
Díganlo si no sus compañeros legisladores en las dos ocasiones en que Felipe fue diputado Padecieron sus irreverencias, su petulancia, sus regaños, sus mofas, sus burlas, su sorna?
Pero eso será tema de una próxima entrega
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