El café de nadie

jueves, 15 de noviembre de 2007 · 01:00
México, D F, 14 de noviembre (Apro) El domingo 21 de octubre murió Ilya de Gortari Krause, a quien muchos urbanícolas conocían como el creador de El café de nadie, espacio alternativo e independiente, centro cultural y café bar que fue eje y oasis de muchas iniciativas artísticas Esos capitalinos siguieron en sus distintas sedes a Ilya, en busca de su peculiar y generoso concepto de empresario-anfitrión, propiciador de tertulias culturales, editor y persona comprometida con la cultura por la vía de los hechos El 26 de ese mismo mes, decenas de amigos y parroquianos de El café de nadie fueron convocados para rendirle un gozoso homenaje con vino, café y música a Ilya, que derivó en un espontáneo concierto en el que participaron, entre otros artistas, Armando Rosas, Betsy Pecanins y Jaime López Es justamente el roquero rupestre quien desde Monterrey habla con Apro sobre Ilya y, en general, sobre los gemelos De Gortari Krause desde la época de editorial Penélope, cuando todavía se apostaba fuerte por los proyectos artísticos multidisciplinarios Ilya con editorial Penélope; y Yuri con la distribuidora Unicornio, generaron durante casi una década magníficos frutos de estos emprendimientos colectivos, como la antológica Crines, lecturas de rock, de Carlos Chimal Jaime López conoció a Ilya a finales de los años setenta, gracias al hermano gemelo de éste, Yuri, a quien conoció antes: "Estábamos con lo del disco Roberto y Jaime, sesiones con Emilia, de Fotón Me invitó a su casa en Coyoacán Según yo, lo saludé: ?hola Yuri?, y el supuesto Yuri me traspasó con esa su mirada como de aduanero: en realidad era su hermano Ilya Así me enteré de que Yuri e Ilya eran gemelos "Quién iba a decir entonces que yo iba a ser con el tiempo como el tercer gemelo Poco tiempo después andaba yo por el pasaje Pino Suárez, queriendo conseguir un libro de Ricardo Castillo, y cuál sería mi sorpresa que Ilya era el editor del libro A partir del año 80, justamente, fuimos ya inseparables y, en fin, se integró una suerte de pandilla bohemia Ilya, Yuri, Silvia Tomasa Rivera, Ricardo Castillo, entre otros, eran como mi público cautivo Comentábamos lecturas, nos reuníamos, viajábamos?" --¿Cuál era su concepto de difusión o de promoción cultural? --Ilya era editor, pintor, anfitrión de café y bar, trovador de veras Pero en tan variadas facetas, nunca fue farolón El no era demasiado discursivo o "rollero" Llevaba lo que podría denominarse difusión cultural a las últimas consecuencias De repente amanecíamos en Acapulco, o me avisaba que estaba ya en el Café de las Hormigas, o luego que se abriría el del Parián, en Álvaro Obregón, posteriormente su última sede, la de la calle San Luis Potosí Él, como se dice en el danzón, sabía bailar en un ladrillo "Era más intuitivo que teórico A Ricardo Castillo le dio un levantón al publicarle Como agua al regresar; a Silvia Tomasa Rivera, ayudó a ponerla en el candelero, independientemente del talento propio de esa dama de la Huasteca Ilya siempre procuró que existiera un lugar para reunirse, como ese tipo de cafés que poco a poco han ido desapareciendo en los últimos treinta años, para que se congregara la gente Allí nos reuníamos David Haro, el poeta Ricardo Castillo, la propia Silvia Tomasa, Pablo Ulrico, otro poeta ya fallecido; Felipe Adrián, arquitecto y pintor; José Joaquín Blanco y yo con diversos poetas músicos En mi caso, la relación artística con Ilya era muy natural, claro que planeábamos ciclos, pero todo se hacía on the road, como el título de la novela de Jack Kerouac, de la generación beat, aquella que, justamente, relata los viajes espontáneos de Kerouac y sus amigos a través de Estados Unidos de los cincuenta" --Observando la trayectoria de Ilya, y el casi nulo apoyo oficial que recibió para su tarea, ¿piensas que en estos treinta años el país ha perdido o ganado en materia de promoción y difusión cultural? --Mira, en eso creo que el que quiera azul celeste, que le cueste, creo que no se vale pegar por la puerta de atrás y por la de adelante pedir auspicios Pedir "chichi" para cantar o para escribir o lo que sea Por lo menos en mi caso no es así, ni en el de Ilya tampoco lo era En todo caso lo que sí pides de las autoridades es apoyo logístico "Más que promotores, nosotros aspirábamos a ser empresarios culturales Yo no le tengo miedo a la palabra empresario; el problema no es sólo que el gobierno no promueva la cultura, sino que las pequeñas empresas han sido muy golpeadas desde todos puntos de vista, comenzando por el fiscal; en este país no sólo no se apoya a la pequeña empresa, sino que se le combate Nosotros queríamos ser empresarios, sobre todo a finales del siglo pasado y principios de éste Las de Ilya y mía eran iniciativas personales Y sí, sufríamos para promocionarlas, aunque contábamos con la difusión que nos ofrecían algunos medios, como el Tiempo Libre, y si yo me iba a meroliquear en los grandes medios, pues aprovechaba para promocionar los pequeños lugares, y en eso Ilya y yo estábamos muy conectados Lo que sí hubiéramos querido, quizá, es el apoyo gremial de la generación nuestra En suma, creo que más que promoción, se necesita apoyo empresarial "Pero hay algo muy importante también: no hay que perder de vista que, desde el 68, la vida nocturna en México fue ferozmente combatida, que fueron cerradas las cafeterías universitarias, en fin, por eso El café de nadie fue como uno de los primeros bastiones contra ese virtual toque de queda; a mí me tocó ver eso cuando llegué a la Ciudad de México Y es que nosotros hemos padecido una dictadura civil, que ha sido mucho más efectiva que una militar En México no podemos decir que hemos sido reprimidos por el Ejército, es medio raro decir que uno ha sido reprimido por la burocracia civil Y también debemos recordar que la cultura no surge en las casas de la cultura, sino en cantinas, cafés, lugares públicos de esparcimiento Ilya mantuvo vivo, hasta el último momento y sin pavonearse un auténtico bastión político, el de una especie en extinción Creo que la gran lección que nos deja Ilya no es que el show debe continuar, sino que la Noche debe continuar" --¿Quienes eran los parroquianos de El café de nadie? --La concurrencia era variopinta, de distintas edades, muy heterogéneo, eso era lo interesante, de diversos oficios y distintas ideologías También caían conocidos de la Vieja Guardia, pero no era un café de nostalgias, era algo vivo, se hacía un ambiente diverso con todo y sus contradicciones "Con Ilya en lo personal no pierdo un amigo, sino una buena parte de mí; y creo que, por ende, el ambiente que generamos pierde también buena parte de sí" En un texto a propósito del rupestre roquero, en este caso aplicable a Yuri de Gortari, José Joaquín Blanco afirma: "El simplismo intelectual y las manías publicitarias o mercadotécnicas de la cultura mexicana soportan mal a los creadores prolíficos y polifacéticos" Ilya y El café de nadie eran justamente eso, polifacéticos Si bien Ilya y El café de nadie tuvieron el público que se merecían, no tuvieron a todos los parroquianos que se merecían Pero como dice Jaime López, "más que el show debe seguir, la Noche debe seguir", aunque Ilya ya no este con nosotros y El café de nadie haya cerrado sus puertas

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