Aniversario

lunes, 14 de mayo de 2007 · 01:00
México, D F, 14 de mayo (apro)- Pues sí, contradictorios humanos, no puedo negar que me da gusto que, con motivo de que en los últimos días del pasado abril se cumplió un año más del atroz suceso que generó que este 1 de mayo fuera el 70 aniversario del inicio de mi existencia, me da gusto, repito, que, en alguno que otro de sus medios de comunicación no haya faltado quien hiciera mención, reseñara y hasta escribiera un artículo comentándolo Me da gusto no sólo porque ello demuestra la validez de mi significado a pesar del tiempo transcurrido, sino porque ese recuerdo habla bien de ustedes, hombres Lo siento por aquellos a quienes no gusto, por los que no acabo de convencer, pero considero que esas rememoraciones, ese tenerme presente, demuestran que todavía y para los más conscientes entre ustedes, continuo siendo una de las máximas representaciones y símbolo de su estúpida brutalidad, de su indignación hacia la misma y expresión de solidaridad hacia sus víctimas, y no únicamente del y en el lastimoso siglo del que acaban de doblar la esquina, siglo en el que no pocos de ustedes cayeron en el más satánico reniego de su creencia de que han sido hechos a imagen y semejanza de un Dios de justicia, amor y misericordia, díganlo si no sus crueles y sádicas guerras, sus sádicos campos de concentración; ese recordarme, insisto, ¿no demuestra también que el siglo cuyos indicios están viviendo, es tanto o más cínico, hipócrita y brutal que el que acaban de dejar a sus espaldas? No más pregunto, de ustedes, hombres, es la respuesta Al respecto, antes de responder, recuerden que hasta me han tapado, que cuando Colin Powel, general estadunidense, acudió a las Naciones Unidas para declarar que estaban en guerra con Irak, se me cubrió con un paño azul Eso demuestra, para asombro de no pocos de ustedes, que servidor, siendo tan mudo, es un grito permanente de desgarrada protesta contra la ferocidad, contra ese hacer daño sin necesidad de sus estúpidas guerras; que servidor, siendo tan violento, sea representación y símbolo de la indignación contra la violencia; que servidor, de imagen tan cruel, sea, paradójicamente, expresión tan profunda de la solidaridad humana A estas alturas, tengo que confesar y espero que no me lo tomen a mal, que me siento satisfecho e, incluso, orgulloso de ser, como alguno de ustedes ha dicho, la síntesis y coronación de la fase mitológica del autor de mi existencia, que gracias a eso pudo y supo plasmar, con básicamente dos colores, el blanco y el negro y la sabia mezcla de ambos, el gris, en tonos que van del gris marengo al gris perla y unas líneas violentamente expresionistas, un sistema de signos y figuras con los que representó y expresó, en una imagen única, muchos aspectos de un hecho único, con lo que me convirtió en un silencioso grito universal contra todo lo que amenaza y atenta contra la libertad y la dignidad humana; satisfecho e incluso orgulloso de que con un servidor, el padre de mis días haya sabido y podido ejecutar, de manera tan notable y permanente, lo que en alguna vez dijo: que "la pintura no se ha inventado para adornar habitaciones La pintura es un arma ofensiva en la defensa contra el enemigo"; satisfecho e incluso orgulloso y hasta regocijado de que, con un servidor, el artífice de mi existir haya podido demostrar de manera contundente y hasta la saciedad lo que también dijo en alguna otra ocasión: que "el arte es una mentira que nos hace comprender la verdad", realidad que no miente, pero que incomoda a no pocos en otros tantos momentos, como ustedes no ignoran, estimados lectores Y también me siento satisfecho e, incluso, orgulloso de ser lo que soy y representar lo que represento y el que ello me haya costado, a tantos de ustedes, los humanos, un largo y forzoso destierro, y el que hayan intentado tantas veces, también como a tantos de ustedes, acallar mi silencioso grito de protesta contra la estúpida brutalidad de la guerra, contra todo lo que amenaza a la libertad y dignidad del hombre Contradictorios humanos: por el bien de todos ustedes, y por supuesto del mío, en este mi 70 aniversario de mi existencia les voy a pedir que, por favor, sean lo suficientemente sensatos para que sus actuales contradicciones no me fuercen a un nuevo exilio o para que, por vergüenza o aversión, no me tengan que tapar de nuevo con un manto, ni a mí y a ninguna réplica mía ¿Les será posible? Sin más El "Guernica" de Picasso

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