"Saramago ha muerto; Dios vive": Obispo Arizmendi
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis., 23 de junio (apro).- Tras la muerte del escritor portugés José Saramago, un confeso ateo que tuvo conflictos con el Vaticano, el obispo de San Cristobal de Las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel pidió hoy a los feligreses respetar a los no creyentes para que éstos los respeten a ellos.
En una carta titulada “Saramago ha muerto; Dios vive”, Arizmendi dijo que el escritor, “crítico de los sistemas, fue un hombre comprometido con los marginados, agudo para analizar los fenómenos sociales y políticos; libre para denunciar opresiones y fiel a sus convicciones marxistas”.
Añadió: “No podemos regatear sus méritos literarios y sociales. Pero fue un ateo convencido y beligerante. Atacó acremente nuestra fe haciendo una interpretación tendenciosa e históricamente incompleta del cristianismo, de la Iglesia y de la práctica religiosa”.
Dijo que “Saramago manifestó no tener fe en otra vida con Dios y rechazó la existencia de un ser superior: Esto le trajo dividendos de fama e ingresos económicos, con grandes espacios en medios de la misma tendencia. Mueren famosos literatos, como moriremos todos, pero nuestra fe en un Dios vivo y trascendente nos sostiene en la esperanza”.
Añadió: “La mejor forma de contrarrestar el ateísmo es cimentando nuestra fe en la Palabra de Dios y en la doctrina de la Iglesia y, sobre todo, con nuestra coherencia de vida en la justicia, la verdad, la honestidad, el servicio fraterno y la opción por los pobres”.