Legalizar las drogas no inhibirá la violencia: Poiré

lunes, 8 de agosto de 2011 · 14:09
MÉXICO, D.F., (apro).- Legalizar el consumo de las drogas como una solución efectiva para reducir la violencia en México es una falacia porque los grupos delictivos han ampliado sus actividades hacia el secuestro, la extorsión y el robo y deben pagar por ello, afirma el vocero de seguridad nacional, Alejandro Poiré. Los criminales siempre buscarán un nuevo mercado para sacar ventaja, afirma Poiré en el noveno de los 10 Mitos de la lucha por la seguridad en su blog institucional. Por ello, dice, es urgente contar con instituciones de seguridad y justicia efectivas, eficientes y confiables sobre todo en el ámbito local. Además, sostiene que suponer que la legalización de las drogas resolvería el problema de inseguridad, implicaría pensar que las bandas delincuenciales del narco solamente se dedican al tráfico y distribución de drogas, cuando desde hace 20 años han diversificado sus actividades. “Estas bandas empezaron, cada vez más, a incursionar en muchas otras actividades delictivas, como el secuestro, la extorsión, el robo en diversas modalidades, la trata de personas, etc.”, afirma. Según Poiré, pensar que con solo quitarles el negocio de las drogas a estas organizaciones criminales desaparecerían, sería ignorar la diversificación criminal que tienen actualmente y “que nos obliga a dar soluciones de fondo”, para que paguen por los delitos cometidos, y para que haya mayor seguridad. “Hechos lamentables que acontecen en algunas localidades del país nos muestran una y otra vez la necesidad, la urgencia, que tenemos en renovar a nuestras policías y ministerios públicos, particularmente los locales que tienen la responsabilidad de prevenir e investigar directamente nueve de cada diez delitos ocurridos en el país. “Es tiempo que nuestros hijos vean en sus policías el rostro de la legalidad que vela por su seguridad, y no la sombra de la posible complicidad con el delincuente a la que lamentablemente se acostumbraron nuestra generación y la de nuestros padres” señala el funcionario. Para Poiré el objetivo primordial es tener policías confiables porque, de lo contrario, siempre encontrarán una nueva actividad, un nuevo mercado, “una nueva manera de enriquecerse ilícitamente”. En su opinión, para disminuir el nivel de violencia se requiere debilitar “sistemáticamente” a las organizaciones criminales para restringir sus redes operativas y logísticas, adecuar la ley para que la autoridad tenga mayores instrumentos contra los delincuentes, contar con instituciones locales fuertes que estén en posibilidad de asumir su responsabilidad con eficacia y fortalecer el tejido social. “En Tijuana hemos observado los primeros frutos y, de manera más incipiente, en Ciudad Juárez comienza a reducirse el número de delitos, aunque los retos siguen siendo muchos”, afirma el vocero de seguridad en su blog. Añade que el gobierno federal ha dicho “una y otra vez” que está abierto a debatir la legalización de las drogas pero teniendo en cuenta que el problema de la seguridad es mucho más complejo. “Es uno de los debates internacionales más importantes de nuestra época y México participa en él con base en su propia experiencia y con base en la revisión de casos que muestran claramente que el asumir decisiones parciales desencadena otro tipo de problemas”, sostiene Poiré. Menciona como ejemplo a Estados Unidos, “el mercado de drogas más grande del mundo”, donde una decena de estados permite el uso medicinal de la mariguana y prácticamente no se debate o analiza el impacto que esa medida tiene en la distribución, producción, aplicación de la ley y en la cultura del consumo. Eso pasa, añadió, en Estados Unidos y otros países del mundo por lo que si se tratara de legalizar la droga en México, de manera aislada y sin una tendencia similar en otros países, los precios de la droga no bajarían y se incrementarían los ingresos de las organizaciones delictivas que operan en el país. "De ahí que la medida resultara no solo inútil sino peligrosa. Por eso el debate debiera ser integral y global, tomando en cuenta, desde luego, el impacto que una legalización tendría en materia de salud pública y en seguridad”, puntualiza.

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