Repudian escritores secuestro y asesinato de periodistas en México
MÉXICO, D.F. (apro).- Los directivos del PEN Club Internacional y representantes de diversos centros PEN, entre ellos el del país, protestaron solidariamente por los periodistas secuestrados y asesinados en México durante los últimos años y también hicieron un llamado al gobierno para parar dicho conflicto.
En octubre de 2011, la organización Artículo 19 reveló que del año 2000 al 2011, organizaciones criminales mataron violentamente a 77 periodistas. En meses recientes, estos grupos asesinaron a 15 reporteros, desaparecieron a tres y atacaron con armas de fuego o explosivos a 19 centros de información mediática.
El evento de la asociación mundial de escritores, titulado PEN Protesta. En apoyo a los periodistas y por la libertad de expresión, se efectuó este mediodía en Casa Lamm, el cual fue filmado por el cineasta Juan Carlos de Llaca. Ahí, el ensayista y novelista John Ralston Saul, presidente del PEN Club Internacional, señaló que el organismo tiene 90 años “y cuando identificamos un problema lo perseguimos y analizamos”.
Detalló que cuando comenzaron los asesinatos “no pensamos que la situación seguiría y desde luego iniciamos esta campaña aunque pensamos: ‘Es México, es una democracia, es una gran civilización, esto no va a durar’, pero después empezamos a ver 20, 30, 40 muertos, nos dimos cuenta que es un patrón que iba a seguir y que no iba a terminar”.
Entonces, pensó visitar México con una delegación y denunciar de manera pública que este es uno de los conflictos que le preocupa al PEN Club Internacional, “que también le afecta a la sociedad y es catastrófico para la reputación de la República Mexicana en el mundo”.
Destacó que es la primera ocasión en la que toda la junta directiva del PEN Club Internacional se reúne:
“Hay siete centros en Norteamérica, dos en Canadá, dos en Estados Unidos y tres en México, y es la primera vez que se unen, lo cual demuestra que esto (el asesinato y la desaparición de periodistas) es un gran problema”, expresó.
También participaron Hori Takeaki, secretario del PEN Internacional; Gillian Slovo, presidenta del PEN inglés; Emile Martel, presidente de PEN Quebec; Jennifer Clement, presidenta del PEN México; su excelencia exgobernadora de Canadá, Adrienne Clarkson; y los escritores Luis Miguel Aguilar, Homero Aridjis, Luis Barjau, Federico Campbell, José de la Colina, Laura Esquivel, Eduardo Lizalde, David Olguín, Elena Poniatowska y Verónica Volkow, entre otros. También asistieron periodistas como Marco Lara, Isela Martínez, Braulio Peralta y Jenaro Villamil.
Ralston Saul propuso que en cada acto del PEN Club Internacional se ponga una silla vacía en representación de los periodistas asesinados y desaparecidos de México y resaltó que también existe en México, como resultado de la violencia, la autocensura.
Enseguida todos leyeron un texto breve.
Aridjis manifestó “que la impunidad y la corrupción imperan y casi no hay investigaciones para arrestar a los responsables de los homicidios, en esta guerra del gobierno de Felipe Calderón contra los cárteles de la droga donde han muerto más de 50 mil personas y donde más del 10% de las víctimas son inocentes, la muerte de aquellos que tienen por oficio informar a la sociedad de lo que está ocurriendo, casi pasa inadvertida, es noticia de un día, sobre todo cuando se trata de asesinatos en provincia”.
El poeta se pregunta: “¿Qué pasó con las promesas del gobierno mexicano para darle protección a los periodistas? México es un país mágico donde hay asesinatos, pero no hay asesinos”.
Lizalde enfatizó que “se debe seguir denunciando y criticando la violencia cuyas autoridades gubernamentales son autoritarias e intolerantes porque los responsables de los crímenes, persecuciones, encarcelamientos, siguen tan a la vista, están sentados en las sillas gubernamentales de los mismos y tenemos aunque sea con escaso éxito continuar impecablemente la batalla cuando menos verbal contra ellos”.
Poniatowska resaltó que en México decir la verdad es jugarse la vida:
“A cada reportero o reportera, hombres y mujeres, que conforman la infantería de un periódico, deberían preguntarles ¿está dispuesto a morir? En las ciudades del norte de la República los periodistas son casados como conejos, nada ni nadie los ha protegido. Todas las armas son corruptas.
“Los número oficiales son muchos, algunos dicen que de 2000 al 2011 han muerto 74 periodistas, otros que son 83, otros más que son 80, lo terrible es que el número aumente. El 30 de mayo de 1984, Manuel Buendía fue asesinado en la Ciudad de México porque escribía una columna, Red Privada, que reproducían 60 periódicos mexicanos. Sus temas eran el narcotráfico y la corrupción del gobierno, fue el primer columnista muerto que conocí”.
También cuestionó:
“¿Hasta cuando ejercer el periodismo será una sentencia de muerte?, ¿cuánto tiempo más debemos esperar para que las autoridades ofrezcan garantías reales que protejan la vida y la profesión?, y ¿cuánto tiempo pasará hasta que dejemos de ser el país más peligroso de América Latina para ejercer el periodismo?”.
Aplaudió la visita al país de Ralston Saul, “quien ayuda con su presencia a no perdernos porque finalmente escribir es nuestra libertad”.
Las peticiones del PEN Club Internacional al gobierno mexicano son:
-Asegurar que el llamado mecanismo para proteger y prevenir agresiones contra periodistas sea transparente, que cuente con personal con el conocimiento técnico y recursos adecuados, y que pueda adoptar e instrumentar decisiones vinculantes sobre la protección.
-Asegurar investigaciones y juicios expeditos, sólidos e imparciales de todo perpetrador, que se lleven a cabo en el orden federal, y destinar los recursos necesarios que permitan lo anterior.
-Reformar las normas y políticas que aseguren que periodistas y medios con orientación diversa puedan operar sin amenaza de una sanción legal.
-Reformar las normas para asegurar que todos los delitos cometidos presuntamente por miembros de las fuerzas de seguridad sean investigados y juzgados por autoridades civiles.