MÉXICO, D.F. (apro).- El presidente Felipe Calderón inauguró hoy la Plaza al Servicio de la Patria, un memorial para los soldados y marinos caídos en servicio en los últimos años.
Flanqueado por el secretario de Defensa, Guillermo Galván Galván, y por el contralmirante Mariano Francisco Saynez, Calderón Hinojosa encabezó el acto en el Campo Marte, donde se ubica la nueva Plaza al Servicio de la Patria.
En el lugar se grabarán los nombres de los soldados y marinos caídos en la guerra contra el narco, sobre una superficie de 6 mil metros cuadrados, en la que habrá además un Foro del Honor, 32 microplazas representativas de cada entidad federativa y un monumento al soldado y marino caídos.
En su intervención, a sólo 10 días de que concluya su mandato, Calderón prometió que pronto inauguraría un memorial para las víctimas civiles caídas, pero no mencionó lugar ni fecha.
De acuerdo con cifras oficiales, desde 2001 –al inicio de los gobiernos panistas– a la fecha han muerto 205 soldados y marinos en total, a quienes Calderón llamó “héroes contemporáneos”, comparándolos con los próceres revolucionarios.
“Este día en que conmemoramos con profundo respeto el aniversario de la gran gesta de la Revolución Mexicana y que honramos a los héroes que hace poco más de un siglo nos dieron el México moderno que hoy somos, recordamos también con respeto, con tristeza, con cariño y con admiración a nuestros héroes contemporáneos, a los patriotas que vivieron y murieron por la nación. A quienes vivieron y murieron defendiendo a las familias que clamaban por auxilio ante las amenazas que tenía la nación”, expresó en referencia a los caídos en su guerra contra el narco.
Durante la ceremonia, en los discursos de Calderón y del general Galván, iban y venían las palabras lealtad, compromiso, honor y patria. Inclusive, y pese a todos los señalamientos y pruebas de violación de garantías, el general Galván aseguró que el Ejército trabaja en defensa de la ley.
Para Calderón, su gobierno deja un Estado más sólido, con instituciones más fuertes que podrá enfrentar cualquier desafío, incluyendo al crimen organizado. En general, la última gran ceremonia de Felipe Calderón con las Fuerzas Armadas fue de mutuos elogios entre los mandos castrenses y su comandante en jefe.
“Cuidar a la tropa”
El primer día de su mandato, Felipe Calderón prometió que mejoraría las condiciones laborales de las Fuerzas Armadas. En su discurso de salutación, aquel 1 de diciembre de 2006 también en el Campo Marte, Calderón expresó que trabajaría para “cuidar a la tropa”.
Y hoy, el general Rubén Venzor Arellano agradeció la expresión.
Hace seis años, Venzor Arellano dejó la VI Zona Militar en medio del escándalo: dos pelotones de soldados pertenecientes a un Batallón de Caballería, bajo su mando, incursionaron en la zona de tolerancia de Castaños, Coahuila, y violaron a 14 mujeres.
El 11 de julio de 2006, soldados que se encontraban custodiando los paquetes electorales en el distrito federal II, del Instituto Federal Electoral (IFE), acudieron a vengar a dos de sus compañeros que habían sido vapuleados por policías municipales en Castaños.
Hicieron disparos al aire, sometieron a parroquianos y empleados de los tugurios Las Playas y El Pérsico, para luego violar a 14 trabajadoras del lugar.
Durante más de un mes, los perpetradores estuvieron prófugos, hasta que el escándalo obligó a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) a entregar apenas a unos cuantos, que mantenía detenidos a muchos kilómetros de ahí, en la prisión militar de Mazatlán, Sinaloa.
La mitad de los responsables quedaron prófugos y apenas si hubo tres que resultaron culpables, pues fueron exonerados por la justicia civil de Coahuila.
Entonces, el general Rubén Venzor dimitió como comandante de la VI Zona Militar y fue concentrado en la Ciudad de México. Después consiguió ser jefe de la II Región Militar, y ahora es quien en los próximos años estará al frente de la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea.
Esos antecedentes no incidieron en el avance de la carrera de Venzor en la cúpula militar, donde goza de aprobación.
Sin embargo, la desaprobación vino porque hoy, en su discurso, cambió el segundo apellido del presidente Felipe Calderón Hinojosa, por “Espinosa”.
Durante el acto de condecoraciones y ascensos en el Ejército, celebrado esta mañana en Campo Marte, Venzor fue el orador que agradeció a nombre de las Fuerzas Armadas la mejora de las condiciones salariales que Calderón prometió.
Y naturalmente, asentó que luego del cambio de gobierno el Ejército seguirá enfrentando cualquier amenaza contra la seguridad nacional.