Mientras el país se manifiesta, Peña se toma selfies con las regiomontanas

miércoles, 8 de octubre de 2014 · 19:00
MONTERREY, N.L. (apro).- El presidente Enrique Peña Nieto causó furor en su visita al Macrocentro Comunitario San Bernabé, un espacio recreativo, cultural y deportivo de más de 3.2 hectáreas de superficie localizado en una de las zonas más pobres de esta capital. Esto, mientras en varias entidades del país se realizan movilizaciones y protestas por la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, y el asesinato de tres más en Iguala. Escoltado por un nutrido grupo de mujeres, el mandatario tardó 17 minutos en recorrer los 50 metros que lo separaban de la entrada al estrado. La demora ocurrió por la inusual demanda de selfies. Y es que las mujeres reunidas desde las 10:00 horas se desbordaron en júbilo cuando Peña Nieto apareció a las 12:30 horas para inaugurar ese espacio recreativo. Desde su arribo a esta ciudad, Peña Nieto fue, literalmente, atrapado por las damas, quienes lo rodearon desde que descendió del helicóptero hasta el Macrocentro ubicado en el extremo norte de la ciudad. El Ejecutivo federal se dejó querer. Complació todo el tiempo a las mujeres que querían su selfie. Él mismo tomaba entre sus manos el smartphone y accionaba el disparador ante la mirada nerviosa de ocho elementos del Estado Mayor Presidencial que establecían su primer círculo de protección. En su afán de quedar bien, Peña Nieto tardó en llegar al estrado del complejo deportivo que tuvo un costo de 86 millones de pesos –60% de los cuales provinieron de la federación y el resto del gobierno estatal–, y que antes fue un basurero a cielo abierto. El recorrido presidencial fue seguido a través de las pantallas gigantes que fueron colocadas para la ocasión. Una mujer acarició la cabeza y le removió el copete a Peña Nieto. Entre divertido y apenado, el mandatario se zafó y acomodó se acomodó el pelo, desordenado como nunca, por el arrojo de la señora. A las 12:47, finalmente llegó al estrado, ocupado ya por los invitados y subió de un salto, festejado por los presentes.

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