Apuntes históricos, neoliberalismo y un compendio de su primer año en el libro de AMLO

miércoles, 20 de noviembre de 2019 · 08:51
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El anuncio lleva varios meses y este 19 de noviembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador lo presumió con ejemplar en mano: un libro en el que explicaría el modelo alternativo al neoliberal, al que atribuye los males de México la forma en la que quiere revertirlos y que, por lo pronto lo tienen “optimista y feliz”. Publicado por editorial Planeta, el libro empieza a circular este miércoles 20 de noviembre en versión digital y el mandatario ha dicho que saldrá a la venta en su versión impresa el 1 de diciembre, cuando cumpla su primer aniversario de gobierno. Proceso obtuvo este martes un ejemplar, de “Hacia una economía moral”, título del trabajo que consta de 186 páginas, en las que se distribuyen tres capítulos, más introducción y epílogo, así como un prólogo redactado por el columnista, Enrique Galván Ochoa. El volumen consta de tres partes: “La corrupción, el principal problema de México”; “El fracaso del modelo económico neoliberal” y “Las nuevas políticas para la transformación”. La tercera parte contiene los siguientes nueve capítulos: “Cero corrupción”, “Austeridad republicana”, “Separación del poder político del poder económico”, “Hacia una democracia participativa”, “Política exterior y solución de raíz del fenómeno migratorio”, “El Estado como promotor del desarrollo”, “Finanzas públicas sanas”, “Un país con bienestar”, “Cambio de paradigma en seguridad” y, “Republica amorosa y fraterna”. Es en esta última de las partes donde se observa, al estilo de otros presidentes, un compendio de las acciones realizadas por su administración en diferentes ámbitos, que van desde la extinción del Estado Mayor hasta el operativo fallido de Culiacán, pasando por su estrategia contra el robo de combustible, los megaproyectos que se ha planteado y su política de austeridad. En tanto, en los primeros dos capítulos, remite a episodios históricos de corrupción, algunos de honestidad y, principalmente, a exponer que el neoliberalismo fue un régimen de corrupción, idea sobre la que gira todo el trabajo, para luego ofrecer las razones por las que lo llama “neoporfirismo” y considera que es el origen del deterioro en todos los ámbitos de la vida pública. Tan es así que a lo largo del volumen se repite la palabra neoliberal o sus variantes en 91 ocasiones y corrupción 68, en contraste con la alternativa que representa y que llama la “Cuarta Transformación”, a la que se refiere sólo en diez ocasiones. El libro está dedicado al extinto periodista, Jaime Avilés y tiene agradecimientos al columnista Pedro Miguel, a su secretaria, Laura G. Nieto y a su esposa Beatriz Gutiérrez Müller. Este martes, López Obrador anunció que el tiraje fue de 40 mil ejemplares y admitió algunas erratas que ya están corrigiendo pues ha pactado con la editorial una segunda edición. Recuento de daños Desde la introducción, el presidente Andrés Manuel López Obrador considera “indispensable argumentar y exponer los fundamentos de su visión alternativa al modelo neoliberal que él llama neoporfirista y retoma algunas expresiones que ya en sus alocuciones matutinas suele pronunciar. Entre otras, destaca aquella expresión que frente a su proyecto alternativo le reponían: “sí, sí, pero explícame los cómos". López Obrador anuncia que el libro es para exponer los “cómos”, no sin antes retomar algunos episodios históricos: el reparto del “Tesoro de Moctezuma” entre Hernán Cortés y sus capitanes; La camarilla de “Carranza” o el cinismo de Álvaro Obregón. Aunque sus referencias recorren desde el período colonial hasta los años recientes, tiene una afirmación ya expuesta en su libro “Neoporfirismo hoy como ayer” (Grijalbo. 2014): A su parecer, en el porfiriato fue cuando se instauró la corrupción que predominó hasta "el triunfo de nuestro movimiento" es decir, cuando él asumió la Presidencia de la República. En general, el primer capítulo recupera muchas de sus expresiones cotidianas, en las que hace referencia a la corrupción de los últimos seis sexenios como los más corruptos de la historia. En sentido estricto, el libro ordena las expresiones cotidianas que conducen directamente a referirse a “los dogmas” que afirma impuso el discurso neoliberal y que junto con las llamadas "reformas estructurales", mediante un adoctrinamiento derivó en "el pillaje más grande que se haya registrado en la historia del país". Por ejemplo, en el primer capítulo se lee:
"La política económica de élite comenzó a impulsarse desde el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988), y se profundizó durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994). Con este propósito, hubo unas intensas campañas propagandísticas, en la que intelectuales y «líderes de opinión» repetían como loros falsedades para justificar el bandidaje oficial y el predominio de los intereses económicos de una minoría por encima del bienestar público. En ese tiempo, se ajustó el marco jurídico para legalizar el saqueo, que fue encubierto con un eufemismo: «desincorporación de entidades paraestatales no estratégicas ni prioritarias para el desarrollo nacional». Aunque se llevaron a cabo procesos de licitación y rendición de cuentas («libros blancos»), en todos los casos se sabía de antemano quiénes serían los ganadores en las subastas."
Como ha hecho en diferentes libros ya publicados, recuerda la privatización de la banca, que en 13 meses pudo rematar 18 instituciones crediticias; que en cinco años remataron 251 empresas del sector público, entre las que destaca: Telmex, Mexicana de Aviación, Televisión Azteca. Siderúrgica Lázaro Cárdenas, Altos Hornos de México, Astilleros Unidos de Veracruz y Fertilizantes Mexicanos, entre otras que sólo refiere por ramo productivo. A partir de ahí, hace un repaso de las privatizaciones y el involucramiento de trasnacionales en las otrora paraestatales, Pemex y Comisión Federal de Electricidad; a “la entrega de bienes públicos a unos cuantos favoritos no se limitó a bancos y empresas paraestatales, también fueron privatizadas tierras, ejidos, autopistas, puertos, aeropuertos. Luego, ofreciendo tablas comparativas, considera que las privatizaciones concentraron aún más la riqueza, de manera que la desigualdad se amplió y por eso, dice que “bautizó” a Carlos Salinas de Gortari, "el padre de la desigualdad moderna". Sostiene que en los sexenios que siguieron, el "grupo compacto" de Salinas acumuló riqueza y concentró poder político hasta situarse por encima de las instituciones constitucionales.
“En los hechos, los integrantes de este grupo eran quienes verdaderamente mandaban y decidían sobre cuestiones fundamentales en la Cámara de Diputados y en el Senado, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el Instituto Federal Electoral, en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en la Procuraduría General de la República, en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y en el Gobierno en su conjunto, así como en los partidos Acción Nacional y el Revolucionario Institucional, en la mayoría de agrupaciones de la llamada «sociedad civil» y en las organizaciones supuestamente no gubernamentales; además, ejercieron una influencia determinante, si no es que el control parcial o total, en la mayoría de los medios de comunicación”.
Añade que ese modelo robó al país el futuro y hasta el derecho a la esperanza:
“En el finalizado periodo neoliberal se afectó la movilidad social, se quiso evitar que los de abajo pudieran ascender mediante el estudio o el trabajo, a mejores niveles de bienestar y se condenó a morir pobre al que nació pobre”.
En la segunda parte del trabajo, la crítica de López Obrador continúa al modelo neoliberal que, recuerda, logró un crecimiento promedio anual de 2% y que, junto con la concentración de la riqueza en pocas manos, “empobreció a la mayoría de la población”. Por primera vez en este apartado, perfila su visión geográfica explícitamente en el libro: "el país ha crecido de manera desigual, tanto por regiones como por sectores sociales. Si bien las entidades del norte exhiben tasas de crecimiento moderadas, pero aceptables, las del sur han padecido un decrecimiento en términos reales" Ahí se refiere también a las exenciones fiscales a los más ricos mientras que se cargaba la mano en impuestos a la clase media y baja. Luego hace una crítica a los programas sociales del pasado:
“Los programas sociales de los gobiernos de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto —léase la secuencia Solidaridad, Progresa, Oportunidades y Prospera— han sido meros paliativos para la pobreza, cuando no mecanismos perversos de control y manipulación con fines electorales. “Durante todo el periodo neoliberal no hubo programas de desarrollo, sino reparto de despensas o migajas”.
También cuestiona las medidas que considera impulsadas para privatizar la educación, la reforma educativa y la baja cobertura en educación superior. Un abandono a los jóvenes que, como viene insistiendo desde hace años, produjo en mucho “la actual descomposición social”. Así, las primeras 55 páginas, entre el recuento histórico y la memoria del “período neoliberal”, concluye:
“En la actualidad, estamos llevando a cabo un cambio de régimen tal como se hizo cuando se derrocó a Porfirio Díaz, pero sin violencia: por medio de una revolución de las conciencias y desterrando la corrupción y la impunidad que estaban destruyendo a México. Ahora, en vez de la agenda neoliberal o neoporfirista, que consiste en la apropiación por unos cuantos, de los bienes de las mayorías, estamos sentando las bases para elevar la honestidad a rango supremo y convertirla en forma de vida y de gobierno; es decir, moralizar para potenciar la gran riqueza material, social y cultural de México”.
Compendio del primer año de gobierno Compendio de las acciones de su primer año de gobierno, inclusive con viñetas para enumerarlas, la tercera parte del libro del presidente Andrés Manuel López Obrador, pretende explicar las razones por las que ha tomado determinadas decisiones o implementado acciones de gobierno, en distintos ámbitos.
“El modelo posneoliberal mexicano, sustentado en el concepto de economía moral, es también una respuesta a quienes, para justificar el neoliberalismo, esgrimían que no había otro camino posible, como si se tratara de un destino manifiesto o de una fatalidad”.
Vuelve a la historia, pues ahí aborda las condiciones de los movimientos sociales armados revolucionarios de Independencia, Reforma y Revolución para luego anunciar el fundamento de lo que llama “la Cuarta Transformación”:
“Nosotros hemos decidido convertir la honestidad y la fraternidad en forma de vida y de gobierno”.
En sus 9 capítulos, el libro recorre, también con las frases que suele repetir (a los organismos autónomos, “paleros”; a los conservadores y neoliberales, “hipócritas”, etcétera) los contrastes en cada materia, en relación al pasado, ofreciendo cifras de mejora en lo que va de su gestión. En Cero Corrupción, se remite en diferentes ocasiones a que el “nosotros”, entendido como su equipo de gobierno, no será corrupto y presume las reformas para tipificar como delito grave la corrupción; en austeridad, se refiere a los excesos, la duplicidad de plazas, los altos salarios; e insiste en su idea de separar el poder político del poder económico a partir de asumir la rectoría del Estado en áreas que “el neoliberalismo” se encargó de ceder a particulares. Abunda en que ya no habrá compra de votos, y se tendrán elecciones limpias y libres, e inclusive se refiere a las elecciones presidenciales anteriores para añadir que logró la ruptura del monopolio informativo con “las benditas redes sociales”. No obstante, dice: “nosotros que padecimos al hampa del periodismo no podemos ser vengativos” y entonces, garantiza libertad de expresión. Los nueve capítulos de la tercera parte, abordan diferentes aspectos polémicos o controversiales, así como los hechos más sonados de lo que lleva la administración, entre estos los casos de la explosión en Tlahuelilpan, el operativo fallido en Culiacán, o la redefinición de la política migratoria, asegurando en este último caso, que de lo que se trata es de llevar un registro para seguridad en el país y del propio migrante, así como de garantizarle derechos fundamentales y condiciones de vida en México. En materia de seguridad, expone que “se acabaron los tiempos de los daños colaterales”, lanza una serie de críticas al modelo seguido en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, para luego cifrar su plan, como ha venido haciendo desde octubre, en la reducción de la letalidad, y como ha dicho desde hace tiempo, en la generación de oportunidades. López Obrador admite, en materia de seguridad y de crecimiento económico que no logró reducir la violencia y que el crecimiento es bajo. No obstante, se muestra optimista, como ocurre en sus intervenciones diarias en las conferencias de prensa matutinas. La “República amorosa” En el apartado que tituló “República amorosa”, López Obrador ahonda en su idea de que no sólo son los satisfactores básicos sino el bienestar del alma lo que lo ocupa.
“La descomposición social y los males que nos aquejan no solo deben contrarrestarse con desarrollo y bienestar, y mucho menos con medidas coercitivas. Las acciones para mejorar en lo material son importantes, pero no bastan: es preciso también fortalecer los sentimientos humanitarios. “Sé que este es un tema muy polémico, pero creo que, si la regeneración moral no se pone en el centro de la discusión y del debate, no iremos al fondo del problema. Debemos convencer de la necesidad de impulsar cambios éticos para transformar a México. Solo así podremos hacer frente a la mancha negra del individualismo, la codicia y el odio que nos ha llevado a la degradación progresiva como sociedad y como nación”.
Así, continúa con citas bíblicas para hablar de “ética social” y añade:
“Desde el Antiguo Testamento hasta nuestros días, la justicia y la fraternidad han tenido un lugar preponderante en la ética social. En los primeros libros de la Biblia hay muchas referencias acerca del trato especial que deben recibir los débiles y oprimidos. Esta dimensión ética y social puede encontrarse en las enseñanzas de iluminados, profetas, sabios y maestros de todas las religiones. Pero, desde la antigüedad, estos preceptos de justicia y bondad también son concebidos y practicados por no creyentes. Ha habido en la historia de la humanidad hombres inclinados a la filosofía y a la ciencia, como Aristóteles, quien sostenía que la ciencia política emplea sus mejores esfuerzos en procurar que los ciudadanos posean cierto carácter, es decir, que sean buenos y estén capacitados para los actos nobles».
Y finalmente, el Epílogo, contiene un largo alegato contra sus opositores, empleando un tono grandilocuente:
“Nada ni nadie podrá detener la consumación de los sagrados principios de la soberanía del pueblo, y el interés nacional se impondrá siempre al de un puñado de hombres ambiciosos, engañados y seducidos por el falso brillo de lo material y lo mezquino”.
Con eso, termina diciendo que la mayoría de los mexicanos, empresarios incluidos, están trabajando por cambiar a México y declara:
“Todo ello me mantiene optimista y feliz”.

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