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Morena en Congreso Nacional: ya no será de izquierda, prohibirá la disidencia y la crítica interna

En su Congreso Nacional, que se celebra este fin de semana tras siete años de retraso, Morena proyecta eliminar la definición de izquierda de sus documentos básicos, prohibir disidencias y los cuestionamientos al resultado de procesos internos como las encuestas.
sábado, 17 de septiembre de 2022 · 13:38

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).– Siete años de retraso en la renovación de los órganos internos y una modificación estatutaria de Morena terminan este fin de semana con la realización del Congreso Nacional, un acto de primera importancia para el morenismo en tanto la dirigencia nacional se propone cambiar aspectos fundamentales del partido.

Con la participación de unos 3 mil congresistas, concentrados en la Ciudad Deportiva de La Magdalena Mixhuca, la reforma se proyecta eliminar la definición de izquierda de sus documentos básicos, prohibir disidencias, e inclusive, los cuestionamientos al resultado de procesos internos como las encuestas.

Su fundador y líder moral, Andrés Manuel López Obrador, declinó su participación pues, como ha dicho desde que asumió la Presidencia de la República, mantiene su militancia en suspenso. Asimismo, no participarán en el Congreso el presidente ejecutivo, Mario Delgado, ni la secretaria general, Citlali Hernández.

En tanto, gobernadores, alcaldes, legisladores locales y federales, así como funcionarios federales, aseguraron no sólo su participación en el acto, sino su inclusión en planillas para la integración al Consejo, mientras que perfiles críticos a la dirigencia y a los procesos internos recientes, optaron por evitar su participación.

Desde 2015, cuando López Obrador asumió la dirigencia nacional y Bertha Luján la presidencia del Consejo Nacional, este último órgano no había sido renovado, por lo que también este fin de semana, los 200 integrantes de dicho consejo serán elegidos.

Como se sabe, a finales de 2017, López Obrador dejó la dirigencia para asumir la candidatura presidencial, un momento desde el cual la vida interna del partido se ha deteriorado, dado que la entonces secretaria general en funciones de presidenta, Yeidckol Polevnsky, quiso permanecer injustificadamente en el cargo, fue reemplazada por el Consejo Nacional que dejó interino a Alfonso Ramírez Cuéllar y, finalmente, vivió un proceso interno plagado de irregularidades y quejas que, sin embargo, fueron insuficientes para que evitar que Mario Delgado asumiera la dirigencia.

El partido llega a su Congreso Nacional con un conflicto interno derivado del manoteo de las corcholatas, es decir, aspirantes a la candidatura presidencial, por hacerse de espacio en el Consejo Nacional; además, subsisten irresueltas decenas de impugnaciones al proceso de elección de participantes, pues durante la elección de congresistas se presentaron prácticas de acarreo, relleno de urnas, compra de votos y otras conductas ilícitas que, sin embargo, fueron dada por buenas por el comité nacional.

Paradójicamente, entre los cambios estatutarios, se consideró incluir la disposición para que el partido promueve la erradicación de la compra del voto.

“Morena se compromete a trabajar haciendo conciencia en las regiones más pobres del campo y la ciudad, para contrarrestar la compra de voluntades y conciencias”.

Los cambios estatutarios fueron elaborados por Pedro Miguel y Rafael Barajas “El Fisgón”, e incluyen erradicar de los documentos básicos, además de la definición de izquierda, la democratización de los medios, la expresión “contrarrestar” la compra de voluntades y la defensa de derechos sociales, laborales y culturales.

Esto último ha sido severamente cuestionado por sectores morenistas de izquierda, destacadamente por la Convención Nacional Morenista que encabeza John Ackerman.

Este sábado, dicho movimiento ha calificado de ilegal y nulo de pleno derecho la celebración del Congreso, entre diferentes motivos, porque hasta ahora no se han dado a conocer los resultados de las asambleas distritales para la elección de congresistas y siguen sin resolverse las impugnaciones, que debieron solucionarse antes de la celebración del Congreso.

Aunque dicha Convención reconoce el esfuerzo de los militantes para participar en el Congreso, es insistente en la ilegalidad y, sostiene que, sin ánimo divisorio, la propuesta de anular el ejercicio tiene por objetivo rectificar.

En los últimos meses, sin embargo, los esfuerzos legales de Ackerman y miembros de la Convención no han modificado el rumbo que Mario Delgado suele presumir de exitoso y, en días pasados, lo expuso así tras visitar al presidente López Obrador en Palacio Nacional, lo que se ha visto como un aval del líder moral en círculos morenistas.

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