Renuncia el secretario de Hacienda del gobierno de Cuauhtémoc Blanco
CUERNAVACA, Mor. (apro).- El cuadro del exfutbolista Cuauhtémoc Blanco Bravo, gobernador de Morelos, parece resquebrajarse con la salida de Alejandro Villarreal Gasca de la Secretaría de Hacienda este viernes, en lo que podría ser la pérdida más importante en el equipo desde el inicio de la administración el 1 de octubre de 2018.
Han sido seis los cambios en el gabinete desde el inicio del gobierno, pero Villarreal Gasca fue el responsable de las finanzas de Blanco Bravo desde que ocupó la Presidencia Municipal de Cuernavaca entre 2015 y 2018.
De hecho, el ahora exsecretario acompañó al exfutbolista como parte del equipo de José Manuel Sanz Rivera, brazo derecho de Blanco desde que era futbolista.
En la batalla que libró el ahora gobernador contra su predecesor, Graco Ramírez, Villarreal Gasca jugó un papel fundamental, operando no sólo el tema financiero municipal, sino los contactos con personajes políticos que le declararon la guerra al tabasqueño, como el obispo Ramón Castro o el entonces rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Alejandro Vera.
Sin embargo, luego de varias semanas de rumores, Villarreal Gasca, quien también fue secretario de Finanzas del gobierno del panista Marco Antonio Adame Castillo (2006-2012), renunció este viernes al cargo.
En su lugar, el exfutbolista presentó a Mónica Boggio Tomasaz Merino, quien ocupaba hasta hoy la Subsecretaría de Ingresos.
La salida de Villarreal Gasca ocurre en el peor momento, cuando las finanzas estatales padecen gravemente no sólo por el endeudamiento que les heredó el anterior gobierno, sino por la reducción de los recursos derivada de la pandemia de coronavirus.
Hace casi un mes, el 9 de julio, el ahora exsecretario dijo a un medio local que el “hueco financiero” de la entidad era de mil 500 millones de pesos, lo que significa al menos el 5 por ciento del presupuesto ejercido en 2019.
La apuesta en ese momento para la entidad y sus 36 municipios era el Fondo de Estabilización, es decir, los recursos que se designan en el presupuesto federal para enfrentar o compensar “posibles disminuciones en la captación de ingresos respecto a la meta establecida” en el presupuesto, según la propia definición del gobierno federal.
Sin embargo, dijo que no había de otra que apretar el cinturón. “Las dependencias estatales, los ayuntamientos y los otros poderes deberán acusar una disminución de los gastos, para entrar a la nueva normalidad, y ahora el estricto control presupuestal se va a tener que ejercer de manera rigurosa como lo hizo el Ejecutivo para reducir los gastos”, dijo a El Sol de Cuernavaca aquel 9 de julio.
Se quejó también en esa entrevista de que la Federación no estaba dispuesta al apoyo: “Nos ha negado cualquier apoyo extraordinario, ya sea para la cuestión económica o para la atención de la pandemia, y en ese sentido se nos complica enormemente, la realidad es que no ha habido apoyo como en otros momentos como en el caso del sismo de 2017, donde se recibieron más de mil millones de pesos”.