Inseguridad

De las libertades civiles

Parece curioso que los portales de videos, las redes sociales y demás herramientas que hoy día tenemos gracias a la tecnología de cómputo, nos sean útiles para entender qué es el ámbito público y cuál el privado.
domingo, 24 de octubre de 2021 · 23:41

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).– Hace un par de años estaba en una calle, muy cerca de Insurgentes, esperando que se diese la hora para tocar la puerta de casa de un amigo con el que había quedado a las 12 del día. Como se me hizo temprano, decidí ir a la calle y esperar en la esquina por unos 20 minutos quizás. No tenía nada mejor que hacer y estaba ahí, parado, revisando probablemente mi celular, cuando llegó una patrulla con dos policías. Se bajaron y me preguntaron que qué estaba haciendo ahí. Les dije las razones por las cuales estaba ahí. Me indicaron amablemente que los vecinos habían visto a "alguien sospechoso" (yo), y que -debido a los robos e inseguridad de la ciudad, habían hablado a la Policía para que investigaran. Los policías me interrogaron sin hacer uso de la fuerza, cabe decirlo. Me pidieron alguna identificación. Se las mostré. La analizaron con más detalle del que hubiese supuesto, me las regresaron y se despidieron amablemente. Llegó la hora y fui con mi amigo. Hasta ahí la historia.

Pero si cuento esto es que en los últimos meses he visto que en la sección de videos de las redes sociales como Facebook, se muestran filmes de la vida real de gente que graba en locales públicos en Estados Unidos (oficinas de correos, museos nacionales, etcétera) y que más pronto que tarde, llega la policía a investigar qué hace alguien grabando en las instalaciones federales.

Normalmente el que graba los eventos va preparado legalmente. Conoce sus derechos y cuando le preguntan que por qué está grabando, apela a la 1a y 4a enmienda de la Constitución estadounidense. Básicamente lo que indica es que cualquiera puede tomar fotos o videos de cualquier lugar público. Si es un edificio del gobierno es público y no tienen por qué no permitirle grabar. En ocasiones el videograbador es rodeado por tres o cuatro policías que ven en este personaje alguien sospechoso. Sin embargo, quien graba los detiene en alto y les indica sus derechos. Y como la 1a y 4a enmienda de la Constitución de su país le protege, no hay ley que esté por encima de ella para que le impidan hacer sus grabaciones.

Hay que decir que los videos que presenta son simpáticos porque por una parte, se ve la impotencia de los agentes de la ley y orden para que el sujeto que graba les dé información. Cuando le piden sus credenciales, éste se niega a mostrar nada, preguntando "¿es que acaso estoy detenido?" y como la respuesta es negativa, entonces el que graba les dice: "no he cometido ningún crimen, no tengo que mostrarles nada". Y de la misma manera, cuando los policías se ponen agresivos, el videograbador advierte que los demandará civilmente. Y como ahí las leyes se cumplen, los policías retroceden y en muchas ocasiones se van.

Las actitudes de las personas, de los civiles, que aparecen en los videos mencionados, en ocasiones son de molestia: "¡No tienes derecho a grabarme!", le dicen, pero el video reportero indica que esa persona está equivocada. Grabar en el ámbito público no obliga a nadie a otorgarle el permiso de grabar. Vamos, si estoy en mi casa, que es el ámbito privado, y llega alguien a querer grabar dentro de mi casa, está obligado a pedirme permiso. Pero en la calle no existe ninguna restricción.

Otra actitud curiosa es cuando la policía saca sus teléfonos para grabar al "infractor". Aquí el reportero de video no se molesta e incluso le indica a quien actúa así que toma una actitud infantil. En general el "sospechoso" siempre actúa educadamente y es hasta divertido ver la cara de la policía cuando les indica que no contesta preguntas.

Parece curioso que los portales de videos, las redes sociales y demás herramientas que hoy día tenemos gracias a la tecnología de cómputo, nos sean útiles para entender qué es el ámbito público y cuál el privado. Probablemente, por la cantidad -cada vez mayor- de personas que graban en la calle y son investigados por la policía,  poco a poco todos aprendamos que es perfectamente grabar y tomar fotos en el ámbito público. Estos reporteros están pagando probablemente las consecuencias de la falta de información sobre las leyes y su esfuerzo -pienso- a la larga, servirá para que cuando grabemos a alguien en lugares públicos, lo hagamos sin temor.

En los videos les hacen la vida difícil a los funcionarios de la ley y el orden, pero en el país de las barras y las estrellas las leyes se aplican puntillosamente. Cuando me interrogaron a mí los policías, no tenía ni siquiera la intención de ponerme bravo. Fui amable y hasta bromeé con los agentes del orden. En México -desafortunadamente- en ocasiones tenemos que brincarnos nuestros propios derechos porque las leyes en nuestro país se manejan de una manera sui generis, por decir lo menos.

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