Jackie Robinson, el pelotero que rompió las barreras raciales

lunes, 15 de abril de 2013 · 16:39
MÉXICO, D.F. (apro).- Hace 66 años, con la franela de los Dodgers de Brooklyn, Jackie Robinson se convirtió en el primer pelotero de color que jugó en un equipo de Grandes Ligas en la era moderna. Como cada 15 de abril, en homenaje al hombre que ha trascendido el tiempo porque rompió las barreras raciales en Estados Unidos, muchos de los jugadores de los 30 equipos de las Mayores portarán este lunes y martes en el uniforme el número 42 que Robinson inmortalizó a fuerza de coraje. En 1997, en el aniversario 50 del día en que el pelotero negro debutó en las Grandes Ligas con los Dodgers en el Ebbets Field, el comisionado Bud Selig determinó que el número 42 sería retirado, por lo que ningún jugador podría volver a utilizarlo. En ese momento, se hizo una excepción con los 13 peloteros que portaban ese número, pero se advirtió que conforme fueran cambiando de equipo o dejaran de jugar, nadie más podría volver a usarlo. Desde 2003 hasta hoy, el único pelotero en activo que sigue utilizando el 42 de Jackie Robinson es el lanzador panameño de los Yanquis de Nueva York, Mariano Rivera, quien dirá adiós al beisbol cuando termine la campaña 2013. Después, la única excepción para que en las Grandes Ligas se vuelva a ver el 42 en una espalda, será el 15 de abril de cada año, sólo para recordar a Jackie, aquel segunda base que nació en un pueblito del estado de Georgia en 1919 y que gracias a sus habilidades atléticas para el basquetbol, futbol americano, beisbol y atletismo tuvo la oportunidad de asistir a la universidad: en UCLA era uno de los cuatro deportistas de color que la escuela presumía. Especialmente este año, la vida de Jackie Robinson viene a cuento por la película “42”, que fue estrenada el viernes pasado en los cines de Estados Unidos. El filme, dirigido por Brian Helgeland y protagonizado por Chadwic Boseman, cosechó en su primer fin de semana en cartelera más de 27 millones de dólares. En él se narra, casi a manera de documental, cómo Robinson toleró los peores insultos y humillaciones (en Filadelfia hasta gatos negros le aventaban al terreno de juego) con tal de jugar beisbol en las Grandes Ligas. Para el fanático idólatra de este deporte que al mirar la barda de cada estadio de los equipos ligamayoristas –donde hay un círculo con el número 42 retirado por decreto– recuerda a ojos cerrados la gran hazaña de Robinson, el 15 de abril podría ser incluso un día cualquiera, pero la película ha logrado que hasta quienes la palabra beisbol les provoca un bostezo se entusiasmen con la historia del primer pelotero negro. El presidente Barack Obama y su esposa Michelle se dijeron “conmovidos” después de haber visto la cinta. “¿Cómo (los Robinson) pudieron sobreponerse a eso? ¿Cómo lo hicieron? ¿Cómo superaron las burlas y la intolerancia por tanto tiempo?”, preguntó la primera dama de Estados Unidos en un taller con estudiantes hace 15 días. La aparición de Jackie Robinson en las Grandes Ligas no podría entenderse sin la figura de Branch Rickey, quien era el gerente general de los Dodgers de Brooklyn (en la película es interpretado por Harrison Ford), quien decidió que Robinson era lo suficientemente fuerte como para resistir el abuso verbal y psicológico del cual fue objeto durante años. Le hizo prometer que toleraría los abusos de los racistas que lo humillaran y le dijo: “No huyas del abusador, ni pelees contra él. Eso es lo que él quiere. Si no haces ninguna de las dos, y das la otra mejilla, el abusador será derrotado”. Después de haberse enfilado en el Ejército, donde hasta le fueron imputados delitos que no cometió por haberse rehusado a sentarse en la parte de atrás de un autobús, Robinson tuvo un paso efímero por las Ligas Negras con los Monarcas de Kansas. Rickey tuvo la visión para entender que los negros tenían que formar parte del pasatiempo de los estadunidenses. Le bastaron minutos para ver el talento que Robinson irradiaba y lo firmó en 1946 para uno de los equipos en las sucursales del Brooklyn. El 15 de abril de 1947, Robinson debutó como primera base en las Ligas Mayores ante más de 26 mil espectadores. Jackie Robinson se retiró en 1957. En su primer año de elegibilidad fue inducido al Salón de la Fama de Cooperstown. Obviamente fue el primer pelotero negro en recibir ese honor. Murió el 24 de octubre de 1972 y fue sepultado en el ementerio de Cypress Hills en Brooklyn con el epitafio: “Una vida no es importante excepto en el impacto que tiene en otras vidas”.

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