En 2007 el académico inglés Gerald Martin culminó su biografía Gabriel García Márquez. Una vida, tras 17 años de hurgar en los papeles, la memoria y el entorno del escritor “número uno” de América Latina. Entrevistado por Proceso a raíz del fallecimiento del autor colombiano, Martin relata cómo fue cambiando su opinión sobre la figura pública de Gabo, analiza los motivos de sus posturas políticas y hace un balance de lo que aprendió en los lustros que trabajó tan cerca del Nobel de Literatura.
LONDRES (Proceso).- Persiguió a Gabriel García Márquez durante casi dos décadas para escribir su biografía, que esperaba fuera la definitiva: una obra que lograra separar de una vez por todas al mito del hombre.
Entrevistó a cientos de personas en una decena de países y acumuló cerca de un mes de entrevistas y de convivencia con el propio Gabo, absorbiendo detalles de toda una vida para contarlos después con lucidez.
El británico Gerald Martin, profesor de las universidades de Portsmouth, Inglaterra, y Pittsburgh, Estados Unidos, por fin terminó su libro Gabriel García Márquez. Una vida en 2007, justó el año en que se le rindieron al escritor colombiano diversos homenajes por sus 80 años de edad, los 40 de su obra cumbre, Cien años de Soledad, y los 25 de haber obtenido el Premio Nobel de Literatura.
El viernes 17, al día siguiente de la muerte de García Márquez, el biógrafo inglés toma la llamada telefónica de Proceso en su casa del tranquilo condado de Wiltshire, en el suroeste de Inglaterra. Con franqueza explica sus motivos para escribir una biografía del Nobel colombiano y el reto que significó, rastrea los factores que llevaron al novelista a mantener su apoyo a Fidel Castro en el caso Padilla y a no criticar al régimen del PRI en México, uno de cuyos presidentes, Carlos Salinas, fue su amigo.
Y comenta que, pese a su enfermedad, García Márquez llegó a leer su biografía y le dijo que algunas partes lo hirieron y otras eran erróneas.
–¿Cómo surgió la idea de escribir la biografía de Gabriel García Márquez?
–La respuesta es un poco decepcionante: no fue mi idea.
Entonces relata que a finales de los ochenta escribió el libro Viajes en el laberinto (Verso, 1989), sobre la literatura latinoamericana del siglo XX. El texto impresionó a su editor, quien lo invitó a emprender una biografía de quien ya entonces era el “número uno”. “Me fui casi enseguida a La Habana a buscar a García Márquez para ver si lo podía convencer” de que facilitara el trabajo. No lo consiguió hasta diciembre de 1990.
“¿Por qué quieres escribir una biografía? Las biografías significan la muerte”, argumentó el autor colombiano cuando Martin le planteó su proyecto.
El académico inglés se sumergió en una actividad febril. Pero el reto era enorme: García Márquez era multifacético y seguía publicando libros. Además, lo describe como “un hombre con una vida complicadísima y detalladísima; con muchos amigos; totalmente inmerso no sólo en la historia de Colombia, sino la del continente americano; un hombre con conocimientos de cine, de periodismo, de historia y más”.
Por si fuera poco, “sobre él se escribían artículos todo el tiempo y en todo el mundo. Incluso, calculé que cada 15 minutos se publicaban ensayos académicos sobre él y su obra”, dice Martin. Ante un personaje de estas características “debía tomarse en serio el trabajo de hacer una biografía, porque de lo contrario hubiera sido un insulto”.
La investigación “se fue alargando”, así como la redacción. “Resultaba un privilegio enorme y tan fascinante; parecía más fácil seguir con la biografía que terminarla”, confiesa. El trabajo duró 17 años. “Mi pobre editor envejeció, se frustró y se enojó”. Al final la publicó otra editorial.
El resultado fue un texto de 2 mil 500 páginas, que se vio obligado a reducir a las 700 que se publicaron. Por problemas de espacio extirpó “miles de detalles fascinantes”: por ejemplo, “unas 200 páginas sobre García Márquez y el vallenato, que vale la pena publicar”...
Fragmento de la entrevista que se publica en la edición 1955 de la revista Proceso, actualmente en circulación.