AQUILA, Mich. (apro).- Frente al proceso de desmovilización de las autodefensas en la entidad, la comunidad costera de Santa María Ostula, perteneciente al municipio de Aquila, determinó que los integrantes de su policía comunitaria no se registrarán como guardias rurales.
“A quien obedecemos es al pueblo, no al gobierno federal”, advierten.
El comandante de la guardia comunal, Semeí Verdía, presentará este jueves a la Sedena el acta de la asamblea del domingo 27, en la que rindieron protesta los mandos y policías de cada una de las 23 “encargaturas”.
En total, suman 150 comuneros que ocuparán este cargo de manera voluntaria durante un año.
La lista incluye los nombres de los que integran este cuerpo de seguridad comunitaria y las armas que cada uno portará.
“El comisionado Alfredo Castillo se comprometió a respetar nuestras formas de organización tradicional. Dijo que con los pueblos indígenas el proceso sería distinto”, asegura en entrevista Semeí Verdía.
Sólo él y algunos más se registrarán como guardias rurales para tener la posibilidad de circular armados y para que, cuando entre en función el “mando unificado”, ellos mismos sean quienes entren a la comunidad como autoridad de seguridad.
Lo que no quieren es que les manden gente de fuera.
Semeí, joven nahua de 33 años, escapó de su comunidad en 2010, luego de que trataron de asesinarlo en un campo de futbol localizado en la playa turística de Ticla.
A principios de este año observó la actividad de los grupos de autodefensa y se acercó a pedirles ayuda. Un mes después, el 7 de febrero, Semeí y otro compañero “exiliado” encabezaban la avanzada de las autodefensas que incursionó en Santa María Ostula.
De ahí en adelante la estrategia de seguridad en esa comunidad ha sido distinta al resto de los pueblos que se “levantaron” contra las bandas del crimen organizado desde 2013 a la fecha.
Y es que mientras las autodefensas recuperaban el control territorial de la costa y los Templarios huían en lanchas –entre ellos Federico González, El Lico, capo que controlaba desde Cerro de Ortega, en Colima, hasta El Faro, en Michoacán–, en cajuelas de automóviles o por los escondites de la Sierra Madre del Sur la comunidad nahua tuvo un respiro para reactivar su lucha y reconfigurar su policía comunitaria.
Es decir, el primer grupo fue el “piso necesario” para frenar la violencia en la región, de manera que los indígenas nahuas pudieran hablar, defenderse, rebelarse sin represalias, en contraste con los 31 comuneros asesinados y los cinco desaparecidos en los años anteriores, de 2009 a 2013.
El apoyo de las autodefensas de los municipios de Chinicuila, Coalcomán y Coahuayana, en la costa de Aquila, permaneció hasta el domingo 27, y ese mismo día la seguridad quedó a cargo de la guardia comunitaria de Ostula.
Semeí y los que participaban con las autodefensas de otros municipios pasaron directamente al equipo de policías de la ‘encargatura’ en la que viven.
“Esto es un momento histórico”, repetían algunos de los 880 asistentes a la asamblea del domingo pasado. Primero, porque se trataba de un acto simbólico de triunfo sobre el cártel criminal de los Caballeros Templarios.
Segundo, porque esta guardia comunitaria funcionará de manera similar a la que tenían antes de los ochenta y que fue desintegrada con la llegada de las policías municipales.
Aparte, porque aunque en junio de 2009 habían tenido el primer intento de reconfigurar su policía comunitaria y la guardia comunal para la recuperación de 700 hectáreas del paraje costero ahora conocido como Xayakalan, sus integrantes no rindieron protesta ante la asamblea –“a todos los que participarían en la movilización se les entregaron armas”, recuerda Trinidad, otro comunitario– y un año después fueron desarmados.
“De ahora en adelante nos vamos a cuidar entre todos. Los comunitarios los cuidamos a ustedes y ustedes a nosotros (…) Y ¡aguas! con el que trate de desorganizarnos como en 2009. Después de todo el sufrimiento que pasamos, tenemos que estar muy atentos, no perdonemos a nadie que haya tenido vínculos con el crimen organizado. Necesitamos ver muy bien”, remató Semeí ante la asamblea, donde además informó sobre las aportaciones económicas de cada ‘encargatura’ para gasolina y alimentos.
En esta parte de la entidad, las autodefensas han operado con tres camionetas decomisadas al crimen organizado, y sólo unos cuantos han podido conseguir armas.
No obstante, los comunitarios aún temen que el crimen organizado pueda regresar con “más coraje”, pero mientras tanto aprovechan esta pausa para volver a “levantarse”.
Tala ilegal
Con la llegada de las autodefensas a Santa María Ostula también huyeron habitantes que habían trabajado para el crimen organizado en la tala de la sangualica, una especie en peligro de extinción, para venderla a China a través de los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas. Poco a poco han regresado, pero han tenido que pedir perdón en sesión de asamblea.
Algunos de ellos reconocen que para entrar a algunas zonas de la sierra sí se utilizó maquinaria del ayuntamiento de Aquila para abrir los caminos y acarrear de manera clandestina la madera.
Incluso, el miércoles 2, durante la visita del doctor José Manuel Mireles, líder de las autodefensas en la entidad, Semeí Verdí cuestionó en un acto público al alcalde priista Juan Hernández por el despojo de madera y hierro que realizaron los Templarios en la región:
“Tengo días solicitándole un volteo y una retro (excavadora) para bajar unos palitos que me dejaron los criminales por ahí, son de la famosa sangualica. Dicen que (los que abrieron caminos) no eran trabajadores del municipio, pero sí eran. Tú te la quieres quitar, pero te pregunto, ¿quién es el encargado del ayuntamiento? Ni modo que traigo un mozo y no sé qué hace el cabrón”.
La sangualica o granadillo comenzó a talarse desde el 2012 en toda la sierra costera de Michoacán. En el puerto de Manzanillo, a poco más de 100 kilómetros de Santa María Ostula, la madera se vende en unos 2 mil 500 dólares el metro cúbico, de acuerdo con anuncios de compra-venta que circulan en Internet.
Un funcionario de la Semarnat delegación Jalisco, quien pidió el anonimato por temor a represalias, confirmó que un contenedor de 22 a 25 metros cúbicos se vende a empresarios chinos en alrededor de 600 mil pesos, es decir, 24 mil pesos por metro cúbico.
En México no existen permisos para exportar esta madera, de manera que la meten en contenedores que mezclan con otras especies que sí se pueden comercializar.
Este tráfico fue alertado desde 2012 por el delegado en Jalisco de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), José Manuel Galindo, para quien era más complejo detectar el trasiego ilegal de maderas preciosas que el de hierro.
El alcalde Juan Hernández admitió que los Templarios contrataban gente de las comunidades que conocían el monte y sabían dónde había sangualica. Les pagaban por jornal, alrededor de 200 o 300 pesos por día.
El representante de Bienes Comunales de Santa María Ostula, Santos Leyva, aseguró que muchos comuneros aceptaron esta situación porque estaban amenazados por los criminales.
Verdía ha recorrido la Sierra Madre del Sur y lo que ha encontrado es “el destrozo que nos hicieron los criminales, no sólo en mi comunidad, porque en Pómaro encontramos minas destrozadas, saqueadas. Tomamos la maquinaria, la decomisamos y la llevamos a la cabecera".
Los predios donde se robaron el mineral son Las Playas, El Nuevo y Puerto de Toros, muy cerca de la playa Pichilinguillo. De acuerdo con el joven campesino, la mafia que coordinaba el despojo estaba encabezada por El Teno, El Pimiento y El Turco, quienes reportaban directamente a Servando Gómez, La Tuta.
“Por eso le dije al presidente, ‘tú eres comunero de Pómaro, ¿cómo no sabes del daño que están haciendo en las minas?’”, cuestiona el comandante Verdía.
Al respecto, el edil confirmó que la zona más afectada por la minería ilegal fue la sierra de la Barranca de López y que la empresa Ternium está presionando al gobierno estatal para que se cambie el Ordenamiento Ecológico Regional Sierra-Costa, pues actualmente no permite la minería, lo que le impide a la firma expandirse hacia las 140 mil hectáreas que tiene concesionadas sólo en este municipio.
Aquila es “un paraíso” en materia de recursos naturales, pues de aquí se extraen minerales o se trafica con maderas tropicales.
Además, es una zona estratégica para el trasiego de drogas hacia Estados Unidos, y la geografía de su sierra ha sido idónea para siembras de amapola y mariguana y, en los últimos años, para la instalación de “narcolaboratorios”.
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