"Neva", en el Foro Shakespeare

viernes, 18 de julio de 2014 · 14:13

MÉXICO, D.F. (Proceso).- Dos actrices y un actor intentan ensayar El jardín de los cerezos de Chejov mientras, en la calle, el zar reprime brutalmente una manifestación de trabajadores en la Rusia de 1905, dejando el río Neva lleno de cadáveres.

Una de las actrices es Olga Knipper, del Teatro de Artes de Moscú dirigido por Stanislavky y esposa del recientemente fallecido Antón Chejov. Los otros actores, Masha y Aleko, tratan de ayudarla a ensayar la obra, soportando con admiración sus aires de diva y tratando de ignorar el terrible hecho de que el resto de los actores no ha llegado.

Neva es la obra de teatro más reconocida del dramaturgo chileno Guillermo Calderón, que ha recorrido festivales y países con la compañía Teatro en el Blanco, que él mismo dirige. En la Ciudad de México se presentó dentro de DramaFest hace seis años en el Teatro Jiménez Rueda. Ahora se acaba de estrenar en el Teatrino del Foro Shakespeare con la Compañía Bestias (la puede ver todos los viernes en funciones de las 20:30), enfrentando el reto de una obra poliédrica que juega con el teatro dentro del teatro en un contexto político amenazante y con las reflexiones que se hacen acerca del compromiso del arte y su inutilidad en la liberación de los pueblos.

Bertha Vega, que protagoniza a Olga Knipper, Miranda Rinaldi a Masha y Christian Diez a Aleko, se encuentran incómodamente en un espacio muy reducido como es el tablado de la cafetería del teatro, aunque conforme va ocurriendo la obra los actores van apropiándose del espacio y de ella. La pretensión de la directora, Paulina Adame, por distinguir entre el ensayo donde los actores intentan representar y el personaje en sí, dan a la pieza un tono tan fársico que falsea la búsqueda creativa del actor y la vuelve inverosímil. Sin embargo, el juego de realidades planteada por el autor se entreteje dinámicamente y la situación se va enriqueciendo progresivamente.

Encerrados en un teatro, los actores logran escapar de la violencia del exterior y mantenerse adentro del recinto, aparentemente a salvo. En realidad, la sangre vertida fuera mancha irremediablemente lo que sucede en el interior: la vida, la muerte, la guerra y la ideología de los personajes.

Así como en Tiempo de fiesta de Harold Pinter los personajes llegan poco a poco al lugar librándose de un exterior amenazante, en Neva arriban al teatro como lugar de protección. Ambas comparten la misma situación dramática, pero en Tiempos de fiesta es una clase social en ascenso la que se mantiene a salvo y en Neva se trata de un grupo de actores que interaccionan reflexivamente con el exterior. En ambas obras los personajes comparten el subtexto del peligro, la guerra y la violencia pero de manera diferente. En Pinter la crítica social está en el subconsciente de los personajes, en el trasfondo de las palabras. En Calderón la crítica y la reflexión se dan más abiertamente a manera de discursos o alegatos políticos.

En Neva, la historia real se mezcla con la ficción para poner en cuestión el lugar del arte en un contexto de represión. La propuesta atraviesa dilemas centrales de la experiencia humana a través del humor y el dramatismo. Los gestos cotidianos se funden con las reflexiones filosóficas más profundas, convirtiéndola en una obra contemporánea y política a la vez con una interesante estructura.

Neva de Guillermo Calderón es una reflexión crítica y sarcástica acerca del teatro, la actuación y sus limitaciones para dar cuenta del drama privado de la muerte y del drama público de la violencia política.

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