SLP: Un triunvirato en el gobierno

viernes, 30 de enero de 2015 · 08:51

En 2009 un médico priista vio la oportunidad de convertirse en gobernador y no la desperdició. Pero la administración de Fernando Toranzo ha sido una de las peores que se recuerden en San Luis Potosí. Extendió patente de corso a quienes saquearon el erario, erigió una caja oscura para las finanzas públicas –pero se olvidó de construir infraestructura–, contrató casi una centena de ayudantes y colmó de poder a su esposa y a dos cercanos colaboradores. Incluso el hermano de Toranzo considera que actualmente hay “tres gobernadores”.

SAN LUIS POTOSÍ, SLP (Proceso).- El pasado octubre el hermano del gobernador potosino Fernando Toranzo Fernández, Martín Toranzo –entonces delegado de la Comisión Nacional Forestal–, resumía así la administración:

“El estado tiene vacíos de poder, por eso tiene tres gobernadores. Son vacíos de poder, y cuando existe vacío de poder en cualquier administración pública, el poder lo ocupan otros. Los malosos existen porque hay vacíos de poder.”

Martín Toranzo tronaba así contra el secretario general de Gobierno, Cándido Ochoa Rojas, y el director de Comunicación Social del estado, Roberto Naif, a quienes acusó penalmente de operar un entramado de corrupción con la finalidad de extorsionarlo.

Desde la mesa de un céntrico café frente al Palacio de Gobierno, Martín llamaba “vicegobernador” y “vicevirrey” a Ochoa Rojas y le solicitaba a su hermano destituir a su colaborador “por usurpar funciones”, pues supuestamente incidió en decisiones de la procuraduría potosina y los juzgados donde se ventilaba su denuncia por la presunta extorsión y amenazas.

“Este no es un asunto de afectos, sino de derechos ciudadanos”, decía Martín Toranzo. “Si (Fernando) no actúa, el juicio de la historia y de los potosinos serán los que dictarán la sentencia a este mugrero que estamos viviendo”.

El desplante de Martín Toranzo contra los funcionarios y su hermano fue la comidilla de los días siguientes en los círculos­ sociales y políticos del estado. Pero más allá, dibujó el triste panorama del actual sexenio.

Precedido de una imagen discreta y mesurada como titular de la Secretaría de Salud durante el sexenio del panista Marcelo de los Santos Fraga (2003-2009), éste avaló la candidatura de Fernando Toranzo pese a que el hoy mandatario es priista. El aspirante del PAN fue Alejandro Zapata Perogordo y, merced a las diputas internas de ese partido, el abanderado del PRI ganó la elección de 2009.

A lo largo de estos cinco años de gobierno no se edificó obra pública relevante, pese a que la administración ha contado con los mayores presupuestos de la historia, y se padeció una tendencia sistemática a rechazar la fiscalización y el escrutinio de los activistas ciudadanos, quienes han intentado una y otra vez hurgar en el ejercicio de los recursos públicos ante una Cámara de Diputados estatal sumisa, siempre dispuesta a avalar las solicitudes del gobernador.

Así se demostró a finales de 2013, con el impuesto sobre la tenencia. El gravamen fue aprobado por el Congreso local luego de que el mandatario ofreciera pactos y recursos a legisladores de oposición para que repudiaran un compromiso previamente establecido en el que rechazaban dicho cobro.

Paralelamente Toranzo se ha negado a esclarecer un crédito por mil 500 millones de pesos que De los Santos obtuvo –con la autorización del Congreso– pocos días antes de concluir su sexenio. Analistas locales sospechan que Toranzo ejerció una parte de manera irregular.

Así, y a unos meses de dejar el cargo, el priista incumplió uno de sus principales compromisos de campaña, que era no adquirir más deuda pública: el Congreso le autorizó, en una semana y sin cuestionamiento alguno, un adeudo superior a los 750 millones de pesos, destinados a cumplir compromisos con la armadora de autos alemana BMW.

Ni de esto ni de casi nada habla el gobernador: los reporteros que intentan cuestionarlo son desalojado de inmediato por los escoltas del mandatario, iracundo.

El médico sólo suele acudir a actos fuera de la capital del estado y sin informar previamente, y mantiene una férrea cerrazón a dialogar con opositores, críticos o movimientos sociales, como el sindicato independiente de burócratas.

Pero en su círculo cercano no repara en ceremonias y actos con cargo al erario, ni en ampliar el número de colaboradores en su despacho, que sólo en la primera mitad de su sexenio pasó de 32 a 99, como documentó en su momento el portal local de transparencia Proyecto Tábano, que dirige el notario Eduardo Martínez Benavente.

Mientras la imagen de Toranzo se hundía, su esposa, la también médico María Luisa Ramos Segura, adquirió gran notoriedad en los círculos políticos del estado y hoy es considerada intocable y con una influencia decisiva.

Junto con Ochoa y Naif, María Luisa Ramos forma el triunvirato de gobernadores a los cuales hizo referencia Martín Toranzo.

Del dicho al hecho

“Un gobierno honorable, que se gane la credibilidad de sus ciudadanos, ejerciendo como primera obligación el respeto absoluto a la dignidad y a la inteligencia de todos los potosinos”, decía en su campaña el priista.

De guayabera, a veces incluso con su bata de médico, de Toranzo se logró transmitir una imagen de bonhomía. Sus asesores distribuyeron botargas y muñequitos de Flanders, personaje de Los Simpson con el cual tiene un enorme parecido. “Primerillo San Luis, primerillo tú”, decían algunas de las imágenes promocionales.

Empero, en abril de 2013 Consulta Mitofsky reportó que nueve de cada 10 potosinos evaluaba negativamente a Toranzo como gobernador.

El abogado Juan Ramiro Robledo, exdiputado y senador por el PRI y quien en 2009 contendió contra Toranzo representando a los partidos de izquierda, habla con Proceso de “la imagen impecable” que Fernando Toranzo Fernández tenía como ciudadano, médico y administrador de servicios de salud. Pero rememora que desde que entró a la política –con una dipu­tación local– “pasó de noche”.

“Después se fue a trabajar por Marcelo de los Santos, estuvo como cinco años. Creo que se entendieron muy bien. De repente, entre Marcelo y Horacio Sánchez lo embaucaron para que fuera candidato. (Era) alguien nuevo, fresco. A Marcelo le interesaba que no ganara Alejandro Zapata Perogordo, así que le pareció bueno que llegara su secretario de Salud.”

Por ello, el triunfo de Toranzo en 2009 no significó para los potosinos el fin del panismo o la alternancia política, explica Robledo. “Es lo mismo. Se parecen cada vez más en proyecto de gobierno. Esa diferenciación ideológica no se da en los gobiernos estatales, quizá modificaciones de estilo. Marcelo era puro boato, magnificencia; Toranzo es más humilde, retraído, pero en cuanto a las visiones de partido no, ambos trabajan para sostener el modelo de capitalismo abusador, explotador del trabajador”.

Robledo califica de risible la campaña a la gubernatura de Toranzo. “Yo fui su contrincante, pero aunque no lo hubiera sido no es posible sacarle buenas cuentas a este gobierno. No tiene un proyecto, el plan de desarrollo salió de un secretario técnico del gabinete. Dicen que hubo miles de consultas por internet, ¡pero ni un solo foro, hasta que el último día que tenía como plazo salió publicado en el Diario Oficial del estado!”

La falta de una visión a futuro para erigir infraestructura derivó en un ejercicio del recurso público “que no se ve en ninguna parte. No la hay, quién sabe en qué se va”.

Robledo recuerda también los señalamientos de la Auditoría Superior de la Federación respecto de 900 millones de pesos que fueron entregados al gobierno de Toranzo y no se ejercieron, hace un par de años. En respuesta, el mandatario aseguró que “ahora sí los emplearían debidamente”, cuando se trataba de recursos que debieron reintegrarse al erario federal.

Robledo considera que el gobernador es un hombre de buena fe, pero sostiene que es manipulado por un grupo político: el que encabeza el exgobernador Horacio Sánchez Unzueta.

Varios de sus colaboradores “se están pasando”, abunda. Entre éstos menciona al procurador Miguel Ángel García Covarrubias; al secretario de Finanzas, Jesús Conde Mejía, y al secretario Ochoa. Sobre María Luisa Ramos explica: “La opinión pública concede que ella es muy importante en sus decisiones. Hay una relación de mucha influencia”.

Toranzo, de este modo, no entra en la categoría de “primer priista del estado”, que suele atribuírsele al mandatario tricolor en turno. No tiene ascendencia en el partido sencillamente porque no salió de ese instituto.

“Es el gobierno más gris que haya habido en San Luis Potosí. Los potosinos están esperando que termine esto”, concluye Juan Ramiro Robledo.

En tanto, el notario Eduardo Martínez Benavente lamenta la ausencia de una oposición fiscalizadora en el Congreso estatal y la falta de valor de varios diputados, que se esperaba que fueran observadores acuciosos y combativos.

“No sé si Toranzo se da cuenta de que existe un hartazgo cada vez mayor contra su administración y persona. Da la impresión de que tenemos un gobernador agotado, rebasado por los problemas y sin iniciativa, contando los días que le faltan para dejar el cargo y terminar con este suplicio. La falta de obras e inversiones, principalmente en el interior del estado; el desempleo y los bajos salarios; la corrupción que, como pocas veces, ha sido exhibida y documentada; el encarecimiento de los servicios y canasta básica, y la violencia provocaron un enorme descontento”, señala Martínez.

Para la organización Ciudadanos Observando (CO), María Luisa Ramos no sólo es tratada con deferencia y privilegios dentro del gabinete, sino que creó su propio grupo de poder.

“Ella recibe en sus oficinas del DIF a los altos funcionarios; protege a otros que incurren en actos deshonestos o son señalados por ineficientes, como sucede con los altos mandos policiacos”, refiere Lupillo González, de CO.

La designación de colaboradores que no muestran compromiso con el desarrollo del estado es también un reclamo común, así como la complicidad al impedir la acción de la justicia en contra de la exalcaldesa de la capital y excandidata a senadora, Victoria Labastida, señalada por desvíos que superan los 700 millones de pesos durante su administración, entre 2009 y 2012.

“Labastida se convirtió en su enemiga política y la quitó de en medio, pero no sucedió nada con el saqueo en la presidencia municipal”, dice el representante de CO.

Esta organización peleó para eliminar el impuesto sobre la tenencia, recordando que éste fue un compromiso de campaña de Toranzo.

“Fue constante su necedad para negarse a eliminarlo, a pesar de que significaba sólo 1% de su presupuesto. Pero al ser una caja chica, ese dinero es utilizado para todo menos para obras y educación. Se aprobó la eliminación de la tenencia, pero en 2015 nos meterán dos verificaciones de 300 pesos al año, lo que dará un total de 366 millones de pesos. Recaudará más dinero que el recibido por la tenencia”, detalla.

Para estos observadores y activistas, el gobernador fue incapaz de escuchar a la gente, se alejó de los potosinos y dejó ir su oportunidad de impulsar el desarrollo y abatir la extrema pobreza.

“Los potosinos –concluye Lupillo González– nunca nos sentimos representados por este gobierno mediocre.”

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