El magnate Alberto Bailleres, poseedor de las principales plazas de toros del país, busca llenarlas presentando sobre todo a diestros extranjeros, aunque la normatividad establece que al menos la mitad de los toreros de cada corrida deben ser mexicanos. Pese al intimidante poder económico del empresario y a la lentitud de la autoridad, Miguel Ortas Baños, Miguelete, afirma que su Asociación Mexicana de Toreros dará la batalla jurídica.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Tan pronto se inició como empresario de la Plaza México, el magnate Alberto Bailleres González violó la ley al presentar a dos toreros españoles y uno mexicano en la corrida inaugural de la actual temporada taurina, el sábado 12. Y en otras dos corridas programadas para diciembre piensa repetir la misma proporción, prohibida por la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos y por el propio Reglamento Taurino, que dan preferencia a los diestros del país.
Indignados por que la delegación Benito Juárez, de la Ciudad de México, permite esas arbitrariedades de Bailleres en el principal coso del país, los toreros mexicanos intentan ponerle un alto al ambicioso magnate, considerado el tercer hombre más rico de México y quien –como hizo con las minas de plata– ya prácticamente “monopolizó” la fiesta brava al poseer cuatro ganaderías y manejar las nueve principales plazas de toros.
El matador Miguel Ortas Baños, Miguelete, actual presidente de la Unión Mexicana de Toreros, exclama molesto:
“¡Qué barbaridad! Bailleres acaba de estrenarse como empresario de la México y ya de entrada comienza a violar flagrantemente la legislación taurina, a imponer arbitrariamente sus decisiones. En la corrida inaugural de esta temporada, celebrada el pasado día 12, presentó a dos toreros españoles, José María Manzanares y Alejandro Talavante, y solamente a un mexicano, a Eulalio López, Zotoluco.
“Por si fuera poco, Tauroplaza, la empresa de Bailleres que acaba de tomar las riendas del coso de Insurgentes, ya tiene programadas otras dos corridas, las del 9 y 11 de diciembre, en las que volverán a participar dos toreros extranjeros y sólo un mexicano. Esto es totalmente ilegal, pero no hay autoridad que logre parar al empresario.
“Las leyes taurinas en la Ciudad de México y en otros estados señalan claramente que los toreros mexicanos deben tener una participación mínima de 50% respecto a los extranjeros. Esto es para dar mayores oportunidades laborales a nuestros diestros, incentivar el surgimiento de figuras nacionales del toreo y, por consiguiente, impulsar la fiesta brava en el país.”
–¿Es muy grave que Bailleres infrinja la ley justo en la Plaza México?
–Sí, por supuesto. La México es la plaza más importante del país y la más grande del mundo. Lo que ahí pasa se replica en las plazas de provincia, donde los aficionados quieren ver a quienes torean en la México por ser el principal escaparate. Si un matador no torea en la México se va a perder, como es el caso de muchos.
“De manera que si Bailleres bloquea la participación de los toreros mexicanos en la Plaza México, también los bloquea en las demás plazas y, de paso, perjudica al toreo mexicano. ¿Cómo puede haber grandes figuras del toreo nacional si a nuestros diestros se les margina ilegalmente?”
–¿Y cuál es el sentir de ustedes los matadores ante estas decisiones de Bailleres?
Presente en la entrevista, el abogado Adolfo Mendoza y Zárate, representante legal de la Unión Mexicana de Toreros, responde:
–La ilusión de todo torero es presentarse en la Plaza México. De manera que, ya se imaginará, ahorita los matadores sienten mucha frustración e impotencia porque la empresa Tauroplaza les está cerrando las puertas. Nos están pidiendo que los defendamos. Y nosotros precisamente para eso estamos, para defender sus derechos laborales.
Miguelete y Mendoza señalan que 70 toreros, novilleros y rejoneadores forman actualmente la Unión Mexicana de Toreros, cuya función es conseguirles plazas para lidiar, seguros de gastos médicos, defensoría jurídica y otras prestaciones laborales.
Pero ahora, dicen, tienen que lidiar con Bailleres, “un empresario muy poderoso que prácticamente ya construyó un monopolio taurino en México, por lo que, al enfrentarse con él, nuestros toreros se arriesgan a quedar vetados en las plazas de toros manejadas por el empresario, que son las más importantes del país”.
Además de la México, mencionan que Bailleres maneja ocho plazas más: las de Guadalajara, Aguascalientes, Monterrey, Mérida, León, Irapuato, Acapulco y Ciudad Juárez.
Aparte, el tercer hombre más rico de México –cuya fortuna se calcula en más de 16 mil 500 millones de dólares– es dueño de cuatro ganaderías de reses bravas: las de Begoña, Mimiahuapam, San Martín y Santa Teresa.
En España tiene la ganadería de Zalduendo, en la región de Cáceres. Y, al igual que en México, allá intenta manejar el principal coso español, la plaza de Las Ventas, de Madrid.
Llamado el “Rey de la Plata” por ser dueño de Industrias Peñoles, la empresa extractora de plata más grande del mundo, Bailleres se ha hecho de un imperio que abarca campos diversos: incursiona en los servicios financieros a través de las diferentes divisiones de su Grupo Nacional Provincial, posee la cadena de las exclusivas tiendas departamentales Palacio de Hierro, es uno de los principales operadores privados de agua y alcantarillado y acaba de abrir la empresa Petrobal, con la que incursiona en la industria petrolera, entre otros negocios.
El año pasado, por su virtud eminente al “servicio de la Patria”, el Estado mexicano premió a Bailleres con la medalla Belisario Domínguez.
Y ahora el galardonado acaba de tomar las riendas de la Plaza México a través de la empresa Tauroplaza México S.A. de C.V., en sociedad con el acaudalado arquitecto Javier Sordo Madaleno, dueño de la ganadería de Xajay. Pero ambos empresarios desataron de inmediato este inusitado movimiento de protesta liderado por Miguelete.
La vía legal
En entrevista en su despacho –desde el que se observa el enorme redondel de concreto de la Plaza México–, Miguelete comenta:
“En México existen dos agrupaciones de toreros, la nuestra y la Asociación de Matadores de Toros y Novillos, encabezada por Francisco Dóddoli y que debe tener los mismos agremiados que nosotros. Yo fui a hablar con Dóddoli para decirle: ‘Oye, Paco, vamos a luchar juntos para defender a nuestros agremiados’. Pero él me dijo que no podía hacer nada contra Bailleres. De manera que esa lucha la estamos dando aquí en la Unión Mexicana de Toreros por todos los matadores del país, no importa a qué agrupación pertenezcan. Eso es lo de menos.”
–¿Y qué acciones emprenden?
–Tratamos de que la Delegación Benito Juárez obligue a Bailleres a acatar la ley. Así de sencillo. A la delegación le corresponde hacerlo porque la Plaza México está en su circunscripción. Resulta muy extraño que haya permitido torear a dos extranjeros en la corrida inaugural y que hasta el momento no haya hecho nada para modificar las próximas corridas en que volverán a participar dos extranjeros y sólo un torero mexicano.
El abogado Mendoza y Zárate indica que se están violando los artículos 45, 46, 47, 48 y 49 de la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos en el Distrito Federal, mientras que del Reglamento Taurino se viola el artículo 26.
El artículo 45, por ejemplo, estipula que los toreros extranjeros “no podrán exceder del 50% de los participantes programados. Es decir, sin excepción, todos los carteles deberán estar integrados por el 50% de participantes mexicanos como mínimo”.
Señalan los entrevistados que el pasado viernes11 –un día antes de arrancar la temporada taurina– tuvieron una reunión con los funcionarios de la delegación Benito Juárez encargados de supervisar las corridas de la Plaza México: Diego Vergara, coordinador taurino; Alejandro Monge Pérez; director jurídico; y Alejandro Gutiérrez de la Cruz, subdirector de establecimientos mercantiles, espectáculos y vía pública.
“A estos funcionarios les hicimos ver que Tauroplaza está violando la ley. Y ellos nos dijeron que no se dieron cuenta de estas ilegalidades, pues fueron engañados por la empresa, pero que ellos actuaron de buena fe”, comenta Miguelete.
–¿Se comprometieron a enmendar la situación?
–Sí. Nos prometieron que multarían a la empresa de Bailleres por realizar ilegalmente la corrida inaugural. Y además que le impedirían presentar a dos extranjeros y un mexicano en las corridas del 9 y 11 de diciembre. Pero hasta la fecha ni hay multa ni se ha cambiado el cartel.
En efecto, hasta el cierre de esta edición, para el 9 siguen anunciados el español Alejandro Talavante, el francés Sebastián Castella y el mexicano Diego Sánchez.
Y para el 11 aún están programados los toreros españoles Morante de la Puebla y José María Manzanares, quienes alternarán con el mexicano Gerardo Rivera.
En entrevistado con Proceso, el coordinador taurino de la Delegación Benito Juárez, Diego Vergara, reitera que sigue en pie el proyecto de sanción a la empresa de Bailleres:
“El área jurídica está elaborando el proceso de sanción, que no es tan rápido. No es solamente decir: ‘Te vamos a cobrar tanto dinero, págalo y ya’. Primero se tiene que justificar y motivar esta sanción económica. Ya en su momento se hará saber a cuánto asciende el monto.”
También asegura que Tauroplaza debe “hacer un cambio de cartel” en sus próximas corridas con dos diestros extranjeros: “Estamos esperando a que la empresa haga caso y haga el cambio de carteles, con previo aviso a la delegación. Todavía está a tiempo para hacerlo”, dice Vergara, y enfatiza:
“Va una sanción contra la empresa. Y además tiene que modificar sus carteles. No hay más.”
Advierte que, en caso de que el Rey de la Plata siga sin acatar la ley, la delegación se verá obligada a tomar acciones drásticas, como imponer de plano la “clausura” de la Plaza México.
Escéptico, Miguelete aguarda a que la delegación Benito Juárez, encabezada por el panista Christian von Roehrich, cumpla sus reiteradas promesas de aplicar la ley: “Ya se está tardando mucho, y a los toreros mexicanos nos urge que tome decisiones”.
Aclara: “No nos interesa atacar a Tauroplaza. Al contrario, estamos con la empresa. Qué bueno que haga fiesta y se dedique a crear fuentes de empleo. Su mercadotecnia nos parece inteligente. La apoyamos en muchos sentidos, pero sí nos oponemos a que haga fiesta afectando los intereses del torero mexicano”.
–¿Por qué prefiere darle más espacio al español?
–Piensa que los toreros españoles o extranjeros son más taquilleros. Pero no es cierto. Ahí está como ejemplo la misma corrida de inauguración de esta temporada: la empresa pensó que metiendo a dos españoles repuntaría la entrada. No fue así, sólo se llenó media plaza.
“En cambio, hace apenas unos días, en la feria de Tlaxcala se hizo una corrida con tres toreros mexicanos y la plaza se abarrotó. En definitiva; un torero extranjero no garantiza el éxito de taquilla. La cosa no es tan simple. Se requiere otro tipo de medidas”.
–¿Las anteriores empresas de la México han intentado meter en sus carteles más extranjeros que mexicanos?
–Sí. Esos intentos se dan de pronto. Pero las autoridades los paran en seco. No se lo permitieron por ejemplo a la anterior empresa, de la familia Alemán, descendiente de un presidente de la República y que también tiene mucho dinero y muchas influencias, al igual que Bailleres. Pero éste sí está violando la ley.
“El único antecedente que recuerdo de un conflicto semejante se dio por un tiempo en los años cincuenta. Entonces se llegó al extremo de vetar en México a los toreros españoles y España hizo lo mismo con los mexicanos. Mi papá, un español que fue matador en esos años, no podía torear en México. De modo que este tema siempre ha sido muy delicado.”
En caso de que la delegación Benito Juárez continúe sin sancionar a la empresa de Bailleres, la Unión Mexicana de Toreros echará mano de recursos legales, como explica Mendoza y Zárate:
“En tal caso interpondremos, ante la procuraduría capitalina, una denuncia de hechos contra la delegación Benito Juárez por hacer uso indebido del servicio público. También la denunciaremos, por corromper la ley, ante la Contraloría del gobierno capitalino. Y, por supuesto, trataremos de que intervenga la Comisión de Derechos Humanos local, pues Bailleres, junto con Sordo Madaleno, están discriminando a los toreros mexicanos.”