HUEYAPAN, Mor., (apro).- Los representantes de 11 comunidades de siete municipios de la entidad integraron el Consejo de Seguridad Comunitaria para proteger a los pobladores frente al desbordamiento de la violencia e inseguridad en la región.
La entrevista con los líderes del movimiento popular se realizó en el atrio del Exconvento de Santo Domingo de Guzmán, ubicado en la comunidad del mismo nombre, perteneciente al municipio de Tetela del Volcán, ubicado en las faldas del Popocatépetl.
Ocho hombres y una mujer aceptaron hablar con el reportero y confirmaron las versiones sobre el surgimiento de un grupo de “autodefensas” muy parecido al que emergió en Michoacán con José Manuel Mireles, actualmente preso en el penal de alta seguridad de Hermosillo, Sonora.
Con la condición de mantener el anonimato, uno de los líderes explica las razones de su precavida actitud: “Algunos medios quieren tomarnos como bandera, por eso queremos aclarar las cosas. No tenemos miedo, bueno, no es fácil, pero ya le entramos a esto, ya no podemos rajarnos. Pero no queremos dar nuestros nombres porque no queremos que los compañeros nos acusen de protagonistas”.
Tercia otro: “Acordamos que esto no es para politizarlo. No queremos a los partidos políticos. No estamos ligados a partidos políticos ni a los alcaldes. Somos gente del pueblo, de confianza de los pueblos”.
Hace una semana los representantes del Consejo se reunieron en una comunidad de Yecapixtla y emplazaron a los gobiernos municipales, estatal y federal a dar resultados cuanto antes o atenerse a las consecuencias. Algunos medios manejaron la información de que se armarían, pero esa versión fue rechazada por los integrantes de la red de seguridad.
“Lo que hicimos en Yecapixtla fue hacer un llamado de atención fuerte al gobierno, porque hay comunidades donde golpea fuerte el robo de autos, el cobro de derecho de piso y el secuestro”. Y funcionó, dicen, porque unos días después el gobernador Graco Ramírez debió “aclarar” que en Morelos “no hay autodefensas”.
El pasado miércoles 4 el secretario de Gobierno, Matías Quiroz Medina, se reunió a puerta cerrada con los líderes del Consejo de Seguridad Comunitaria, quienes después emitieron un comunicado con el título: “No somos autodefensas”.
Y aseguran que cada comunidad ha creado su grupo y tienen presencia en siete municipios: Tetela del Volcán, Zacualpan de Amilpas, Yecapixla, Cuautla, Atlatlahucan, Totolapan y Tlayacapan.
Cada grupo tiene un nombre para identificarse. El “pionero” es el de Los Relámpagos, nacido en Tetela y conformado por empresarios locales. “Ellos tuvieron que comprar sus propios radios, la antena, la base y todo. Pero fueron los primeros en organizarse y responder al cobro de derecho de piso y al secuestro”, aclaran los líderes del Consejo.
En 2010, la comunidad de Tetela del Volcán detectó a un grupo de personas que secuestraba a pobladores. La banda de plagiarios actuaba en combinación con una mujer que era cajera en la sucursal bancaria local.
“Ella les ponía el dedo a las víctimas” y los plagiarios actuaban en consecuencia. La población los detectó cuando estaban a punto de secuestrar a un empresario local.
La población se organizó rápidamente y cercó el vehículo donde se encontraban. Eran cuatro hombres y una mujer. Los sacaron a golpes del vehículo, prácticamente los desnudaron y luego los ataron al asta bandera de la plaza de armas del municipio. Consiguieron leña y amenazaron con prenderles fuego.
Después de varias horas de negociación, autoridades del gobierno del estado lograron que la población entregara a los presuntos secuestradores, quienes fueron puestos a disposición del Ministerio Público, procesados y condenados.
“En Hueyapan y Tetela prácticamente erradicamos en los últimos dos años el secuestro y los demás delitos. El problema es que hace como un año la mujer que fue detenida por la población, aquella a la que estuvo a punto de linchar, se escapó de la cárcel distrital de Cuautla. Imagínese cómo están las personas que secuestró. Mejor los hubiéramos juzgado nosotros, porque hasta ahorita no la han detenido”, lamentan los representantes del Consejo de Seguridad Comunitaria.
Se trata de Patricia Martínez Peralta, quien en 2010, cuando iba a ser linchada, tenía 25 años de edad. Purgaba su condena en la cárcel distrital de Cuautla, pero en junio de 2015 ella y otros dos hombres escaparon por un boquete que hicieron en el muro de ese centro penitenciario. Hasta el momento sigue prófuga.
Después de aquel intento de linchamiento, las comunidades de Tetela decidieron organizarse.
Los Tigres actúan en Hueyapan, Los Bravos en Tetela del Volcán, Los Halcones en Xochicalco y Los Santiagos en la comunidad de Santiago. Han hecho una alianza y han construido su propio esquema de coordinación intercomunitaria.
Se les pregunta cómo lo hacen, cómo actúan en relación al Mando Único, al Ejército. Responde uno de los líderes, quien ha sido militar y policía: “El Mando Único no funciona. En Tetela del Volcán son 32 policías, sin embargo, como son del Mando Único, luego se los llevan a otro lado. O tiene que hacer cuentas. Mire, son 32, pero ahí tiene que descontar el radio-operador, los escoltas de la presidenta municipal, el de guardia, los que cuidan el Palacio Municipal. Al final quedan sólo ocho operativos, a los que a veces se llevan a otros municipios. A veces es sólo el comandante de turno y un guardia”.
Luego habla la mujer: “Se imagina, dos policías para cuidar a todo un municipio. Tetela del Volcán, con todas sus comunidades, somos 17 mil habitantes”.
“Somos más de 20 mil, 23 mil habitantes”, la corrige un hombre de más de 60 años, quien es líder de la seguridad de Hueyapan. “Somos 23 mil habitantes. El Mando Único no funciona, nos dejan sin policías y los que se quedan no tienen armas, no tienen parque, no tienen patrullas. No sirven para nada”, confirma otro.
--¿Pero cómo lo hacen? Dicen los medios locales que están armados, incluso han exhibido fotografías con hombres armados.
--No, esas fotos no somos nosotros, ni son de aquí.
“No tenemos armas, eso lo vamos a negar. No tenemos armas, lo hacemos cómo podemos, con nuestros cuerpos, con nuestros recursos”, sostiene otro de los líderes, de aproximadamente 30 años de edad.
Intervienen los demás de manera atropellada. Un hombre grande, con pelo cano, huaraches y sombrero, y con un folder bajo el brazo, señala: “Mire amigo, eso ya lo ve cada comunidad. ¿Cómo le diré? Mire, por ejemplo aquí en Hueyapan tenemos una resortera; allá en Xochicalco, una honda…”.
Interrumpe otro: “En Tetela tenemos tira fichas, incluso a veces agarramos unas rajas de leña. Con lo que sea, como podemos hacemos nuestro trabajo”.
Algunos portan radios de comunicación, otros traen un morralito y visten mezclilla o lona, camisas de algodón, botas de trabajo, huaraches. A lo lejos parece una reunión de vecinos cualquiera. ¿A qué se dedican?, se les pregunta. Son campesinos, comerciantes, ganaderos, viveristas, transportistas. “Hay de todo”, dice uno de ellos.
Añade: “Queremos que le ponga ahí, bien remarcadito (en la nota), que no tenemos apoyo del gobierno del estado ni del municipal. El ayuntamiento pasado (encabezado por el actual diputado perredista Javier Montes) publicó en el periódico que nos dio 300 radios (para comunicarse entre las comunidades). Y primero se lo creímos. Pero luego nos pusimos a hacer cuentas y resultó que apenas fueron 160. ¿Dónde quedaron los demás?”.
Afirman que para movilizarse en sus comunidades utilizan sus propios vehículos y pagan de su bolsillo la gasolina. Y subraya uno de Los Bravo: “Hemos reducido prácticamente a cero el delito en nuestras comunidades. No hay respaldo de nuestras autoridades. Imagínese cuánto dinero no le hemos ahorrado al gobierno. Nosotros pagamos la gasolina, usamos nuestros vehículos, nuestro tiempo. Ellos se ahorran policías, gasolina (…) Les garantizamos la estabilidad social en las comunidades”.
--¿Y por qué lo hacen?
--Pues porque ya estábamos hartos. Imagínese, primero vinieron de fuera y comenzaron a secuestrar. Luego les enseñaron a algunos de aquí a secuestrar. Primero secuestraban a las personas que tenían billete, pero luego comenzaron a secuestrar a taxistas, a campesinos, por 15 mil, por 30 mil pesos. La gente de una comunidad aquí cercana, no voy a decir su nombre, subía todo el tiempo a robarse nuestros coches o a secuestrarlos. Se los llevan y luego piden rescate por ellos. Decidimos ponerles un hasta aquí”.
Se refiere a la comunidad de Huecahuaxco, donde tradicionalmente se han alojado las bandas de roba coches, sin que las autoridades hagan nada al respecto.
“Todo mundo sabe que ahí se dedican a eso, pero nadie hace nada. Por ello, nos hemos coordinado y hemos evitado el robo de muchos vehículos. En cuando ocurre el robo y tenemos el reporte, todos saben qué hacer. Los taxistas y las rutas (transporte colectivo) están coordinados, son muchos ojos que identifican el vehículo y lo ubican. Entonces los demás cerramos los accesos y los obligamos a abandonar los vehículos”.
Añade el representante de Los Santiago: “Y no hemos podido agarrar todavía a alguno, aunque tiene más de un mes que no hay un sólo robo. Ya le piensan. No hemos podido agarrar a uno, pero donde lo agarremos, quién sabe”.
Lo secunda uno de Los Halcones: “Quién sabe qué pasará, porque estamos cansados y necesitamos darles una muestra de que no estamos jugando, son nuestras pertenencias y no nos gusta que no las quiten. No nos gusta que se pasen de listos”.
El de Los Bravo: “Y no crea que todo es miel. Por supuesto que las comunidades tenemos diferencias. Nomás aquí, Hueyapan y Tetela tenemos diferencias históricas, pero hemos hecho un pacto. Las demás diferencias siguen ahí, pero en el tema de la seguridad somos compañeros. Ellos a veces tienen que entrar a nuestro territorio y nosotros igual. Nos respetamos y hemos acordado que el día que le toque a uno de Tetela (que lo hieran o lo maten), los de Hueyapan, de Xochicalco, de Yecapixtla o de dónde sea, se van a meter, e igual nosotros por alguien de sus comunidades”.
Otro viejo líder agrega: “Somos gente de confianza. La gente nos conoce y se siente segura. Tenemos el respaldo de nuestras comunidades, de nuestras asambleas. Aquí no puede entrar cualquiera. No dejamos que entren los radicales, los apasionados, porque esos luego se calientan y terminan peleando, terminan recordando las diferencias. Aquí sólo tenemos una cosa que nos une: la seguridad. Póngale ahí, bien recalcado. Porque si uno entra en esto ya no puede salirse, se acostumbra uno a la camaradería, a la confianza de la gente”.
De la reunión con las autoridades salió el acuerdo para reunirse el 3 o 4 de junio próximo en algún lugar de la región oriente. Participarán los tres niveles de gobierno, y todavía está por definirse si van todos los integrantes de las Guardias de Seguridad Comunitaria o sólo los líderes.
“Conformamos un consejo, porque queremos una estructura donde no hay líderes visibles. Todos tenemos entendido que no vamos a buscar un cargo. No somos bandera de ningún político. Graco (Ramírez) prometió muchas cosas, pero realmente no puede cumplir. Dijo que el Mando Único, y nada, no sirve, así que por eso decidimos que nosotros mismos debemos protegernos”.
Sobre los linchamientos de la semana pasada en Achichipico, Yecapixtla, señalan: “Eso fue una coincidencia, nosotros todavía no hemos linchado a nadie. No es nuestro objetivo. Nuestra lucha es por vivir tranquilos. La gente confía en nosotros y nosotros hacemos nuestro trabajo por nuestro bien y el de toda nuestra comunidad”.