Tras la dificultad para hablar que evidenció el escritor Sergio Pitol incluso en público, no se supo demasiado de él fuera de su hábitat, la ciudad de Xalapa. En 2015 trascendió que se hallaba “secuestrado”. En realidad, lo estuvo hasta diciembre del 2016, de acuerdo a la narración de su sobrina Laura Domeneghi, quien en la casa del escritor documentó para Proceso los pormenores de un conflicto que su familia luchaba por revertir. Este texto se publicó en julio de 2017. Ante su muerte, ocurrida la mañana de este jueves, lo reproducimos íntegro.e
XALAPA, Ver. (Proceso).- Sentado en un sofá de su recámara, el escritor y diplomático Sergio Pitol sonríe. Luce un pantalón negro, camisa azul de manga larga y una boina oscura. Lo acompañan varias fotografías de sus familiares, un dibujo de Marek Keller pintado por Juan Soriano, un cuadro de Oscar Kokoschka y un librero con sus volúmenes traducidos al italiano, polaco y ruso.
Su enfermera Mary Campos Hernández, su chofer Rafael Gerson Huerta Díaz y su cocinera Carolina Contreras Hernández se encuentran presentes. Los tres lo cuidan, junto con otro enfermero, Eduardo, las 24 horas del día, porque el autor de El arte de la fuga ya no puede levantarse ni comer solo. Los tres primeros narran que llegaron por primera vez al hogar del traductor, calle Pino Suárez, desde las 7 de la mañana del 22 de diciembre de 2016.
“El maestro estaba con una enfermera que la doctora Eos López Romero (directora de Asistencia e Integración Social del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia, DIF, de Xalapa, Veracruz) contrató porque el 16 de diciembre de ese año se fueron las personas que estaban antes, su chofer y las enfermeras. Lo dejaron en su cama con llagas en su cadera y talones y no podía mover los brazos ni las piernas. Todo el tiempo estaba dormido. Nosotros lo empezamos a animar, a sentarlo, a darle de comer en el reposét”, expresa Rafael.
Enseguida interviene Mary:
“Incluso la doctora Eos les pidió que se quedaran porque eran personas que ya el maestro las tenía identificadas, pero no quisieron quedarse. Lo dejaron postrado en la cama, con el cuerpo totalmente rígido. Le dimos masajes, en fin, todo lo que conlleva en procedimientos de enfermería. Y se ha ido recuperando poco a poco.”
De nuevo Rafael y Mary platican:
“Le daban de comer en platos muy pequeños y todo molido. Ahora ya no come papilla, porque mastica muy bien frutas y verduras bien picadas. Y come más, incluso cereales, pollo, pescado. Su evolución en estos seis meses ha sido poco a poco porque también influyen sus 84 años. Para nosotros es un orgullo verlo sentado, levantarlo y que dé algunos pasos porque eso no lo podía hacer. Ahora todas las tardes escucha ópera, ve televisión ya que él mismo nos señala el control, le leemos algo y le damos masajes en su cuerpo. Se le pone en su cama a las diez de la noche y se despierta a las nueve de la mañana, y por fortuna duerme muy bien.”
Los tres recuerdan que la casa se encontraba “muy descuidada”. Rafael detalla:
“Se hallaba deteriorada y sucia. La fachada no estaba pintada. Adentro, las paredes estaban peladas por la humedad, había baños que no servían, los muebles estaban muy mal de la tapicería, el patio se llenó de monte, los jardines se perdieron y sus perros Lola y Homero, que llevan más de 20 años con él, también estaban abandonados. No habían pagado los prediales, ni las verificaciones, tenencias y seguros de los carros, en fin.”
Su sobrina, la joven pintora Laura Demeneghi (hija de su primo Luis, con quien el ensayista vivió de niño porque a los cuatro años quedó huérfano de padre y madre) llegó a esta casa ese mismo 22 de diciembre, pero a las 10 de la mañana. Ella relata que le lee a su tío por las tardes el libro El viaje de una vida, que le editaron cuando recibió el Premio Miguel de Cervantes en 2005, y que contiene estratos de sus obras El mago de Viena y El arte de la fuga, entre otros.
Laura manifiesta que convive con Pitol desde muy pequeña.
“Mi papá y yo lo hemos acompañado a todos los reconocimientos que le han otorgado”, resalta.
Muestra fotos familiares donde ella está con el escritor, e incluso se aprecia una cuando recibió el Cervantes en Alcalá de Henares.
La artista plástica no permite fotografiarlo. Desea que se le recuerde cuando estaba bien. En ese instante, el también Premio Xavier Villaurrutia 1981 y Juan Rulfo 1999 (éste por Nocturno de Bujara), intenta acomodar su calcetín… Luego toca el rostro de su sobrina.
Enfermedad y vulnerabilidad
Creador de los libros de cuentos Cementerios de tordos y Un largo viaje, Sergio Pitol padece afasia, mal parecido al alzheimer, por lo cual ya no puede ser independiente.
En la sala de su estudio Laura explica que hacia 2009 se lo diagnosticaron:
“El neurólogo Mario López Gómez le determinó una afasia primaria progresiva, pero desde el 2006 mi tío ya veía a ese médico, quien al principio creía que quedaría en una disfasia, pero en el 2009 queda confirmado que padece afasia. Del 2011 al 2014 empeoró. A finales del 2014 se levantaba a las dos de la mañana, en una especie de delirum, y no sabía quién era, aunque no todo el tiempo era así. Otras veces se quería salir porque pensaba que debía ir a un asunto y era de madrugada. O se bajaba de su cuarto y prendía las hornillas porque quería prepararse un café y se volvía a subir, y dejaba las hornillas prendidas. Empezaba a tener episodios confusos.
“Mi tío dejó de hablar más o menos en 2010. La última vez que escribió algo de su puño y letra, porque yo lo ayudé, fue el discurso del Premio Cervantes, al cual asistí con mi hermana María, su esposo Juan Carlos y mi papá. Para diciembre del 2013, mi papá le detectó un fraude que le había hecho su contador, más o menos de 50 mil pesos. También supimos que al escritor Christian Frías, de Cuba, le había cedido los derechos de sus novelas. Entonces, preocupados, la familia se reunió porque empezamos a detectar que la gente decidía por él y lo manipulaban.”
De una caja de plástico azul grande Laura empieza a sacar documentos que va enseñando para probar lo que platica:
“Ya era necesario que un tutor velara por la integridad física y económica de mi tío. Y mi papá, quien es heredero y albacea del testamento que escribió mi tío en 2006, promovió en el mes de octubre de 2014 un juicio de interdicción. El 11 de noviembre de ese mismo año se llevaron a cabo diligencias para que se le declarara interdicto por indicaciones de su neurólogo López Gómez (su cédula profesional es 2555863 y su cedula de especialidad es 4255532), debido a su avanzada enfermedad.
“Se radicó el juicio de jurisdicción voluntaria (657/2014, del Juzgado Octavo en Materia Familiar del Distrito Judicial de Xalapa). Entonces la jueza María Concepción Andrade López otorgó la tutela interina a Adelina Trujillo Landa, procuradora de la Defensa del Menor, el Adulto Mayor y el Indígena del DIF Estatal de Veracruz, y como curadoras quedaron Nidia Magdalena Vincent Ortega y Elizabeth Corral Peña, las dos académicas de la Universidad Veracruzana (UV) del área del Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias”, por lo cual “para poder ejercer el cargo de curador es necesario que no exista conflicto de interés; sin embargo, ellas han hecho su carrera académica al amparo de Sergio Pitol.”
El 26 de junio pasado, Vincent Ortega declaró a El Universal, que fue el mismo escritor quien les pidió apoyo “porque es un amigo muy querido”.
Al respecto, Laura dice a Proceso:
“Para ser curador de alguien, no debes tener conflicto de intereses, y Vincent Ortega y Corral Peña sí lo tenían. De la última, si se revisa su curricular, el 75% de su trabajo se basa en Pitol y el 10% en Fernando del Paso.”
Al revisar la trayectoria laboral de Corral Peña se comprueba que la mayoría de sus publicaciones, el 70%, son sobre la obra de Pitol. Y también Vincent Ortega ha participado, por lo que se ve en internet, en actos en torno al autor de las novelas Domar a la divina garza y La vida conyugal.
Los dimes y diretes
A principios de febrero del 2015 el ensayista fue intervenido quirúrgicamente por un sangrado en el intestino delgado, y la familia Demeneghi denunció públicamente que el chofer Perdomo Mendoza, Vincent Ortega, Corral Peña, junto con Rodolfo Mendoza Rosendo –entonces director del Instituto Veracruzano de Cultura (Ivec), ahora titular de la Feria Internacional del Libro Universitario de la UV–, tenían “secuestrado” al narrador. Este último en ese tiempo negó a este semanario el secuestro y anunció que Pitol estaba bien de sus facultades mentales, pero Luis Demenegui, en entrevista en ese tiempo, enfatizó lo contrario: que el diplomático se encontraba mal.
Ahora Laura confirma que lo mantenían “secuestrado, manipulado, y enfermo lo llevaban a homenajes y a firmas de libros”. Ese grupo de personas, resalta, denominado el “círculo más cercano”, lo integraron, además de los mencionados: Manuel Jiménez Pale, asistente, “escribía el correo electrónico de Sergio Pitol”; Fátima Volkoviskii, amiga; Alfonso Colorado, amigo, y Roberto Culebro, también asistente, “acudía con mi tío a todos los eventos junto con Rodolfo Mendoza, Perdomo, Vincent y Corral”.
Enseguida la sobrina de Pitol arremete:
“Los nulos cuidados en el tiempo en que Adelina Trujillo y las curadoras supuestamente asistieron a mi tío, causó que su enfermedad mental recrudeciera. Además de que están perdidos algunos de sus bienes de valor, entre ellos la medalla del Cervantes.”
Va más allá:
“Durante los años 2015 y 2016 lo único que motivó a esta camarilla fue generar una estrategia para demostrar que mi tío gozaba de cabal lucidez. Así que se dedicaron a sacarlo para que la gente lo viera, llevarlo a inauguraciones dedicadas a él, como el Coloquio Veracruzano de Otoño (diciembre del 2015). Durante sus años de curadora, Corral Peña publicó los libros La escritura insumisa. Correspondencias en la obra de Sergio Pitol (2014) y Confluencias: Lecturas en torno a Sergio Pitol (2016).”
En cuanto a la situación legal, relata que a pesar de que su papá Luis es heredero y albacea del testamento de su tío, la jueza Andrade López, al resolver a favor de las académicas y Adelina Trujillo, “violó los artículos 412 y 419 del Código Civil del estado de Veracruz que señalan que la tutela de un incapaz se debe otorgar a un familiar hasta el cuarto grado de parentesco”.
Rememora:
“Además de la recusación en diciembre del 2014 metimos un amparo (1819/2014) para que la tutela se le diera a mi papá. La diligencia de jurisdicción voluntaria del 657/2014 resolvió, con fecha 19 de febrero de 2015, en contra de mi padre. No le acreditó el estado de interdicción de mi tío. Fue una jugada que utilizaron para que el amparo 1819/2017 se quedara sin materia y se detuviera. Ese amparo lo iba a ganar mi papá por la simple razón de que estábamos ante una tutela legítima. La jueza Andrade López levantó la interdicción aludiendo que Sergio Pitol no necesitaba estar interdicto, y resolvió eso utilizando sólo partes de los dictámenes médicos que servían para avalar la supuesta lucidez de mi tío.”
Exalta sin dudar que esos dictámenes estuvieron manipulados de origen por la propia Secretaría de Salud, cuando su director era el doctor Fernando Benítez:
“Aun cuando consta en actas que ya mi tío no podía leer ni escribir ni hablar y se acredita en esos peritajes y otros medios de prueba que mi tío sí necesitaba estar interdicto por tener severamente disminuidas sus facultades mentales. Además de que faltaron muchísimos exámenes que se le tuvieron que haber practicado. Con toda esta negligencia y arbitrariedad, la jueza levanta la interdicción.
“Sin embargo, ante dicha resolución mi padre presentó la apelación 882/2015 en la Segunda Sala del Tribunal Superior de Justicia, y para sorpresa de la familia dicha sala confirmó el levantamiento de interdicción, por lo que mi padre interpuso amparo indirecto, generándose el juicio de amparo número 711/2015 del índice del Juzgado Segundo de Distrito, el cuál negó el amparo y sobreseyó el juicio el 29 de marzo del 2016. Así que se interpuso un recurso de revisión (número 163/2016) del índice del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Séptimo Circuito, el cual también confirmó la negativa de amparo, y en razón de ello quedó firme la resolución de Primera Instancia del juzgado octavo en Materia Familiar.”
Expresa que antes de que el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Séptimo Circuito resolviera, su papá metió un recurso para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) atrajera el caso, “pero en marzo del 2017 nos confirmó la negativa de un recurso de revisión por no ser de relevancia ni trascendencia”.
–¿Eso es que el caso no era importante?
–Es decir, el caso de mi tío no es relevante. Así que al final se resolvió que mi tío no es una persona incapaz y no debe estar interdicto. ¡Esa es la justicia en México!”
Así que ataja:
“Sin embargo, mi tío se encuentra grave dado el deterioro de su enfermedad mental, afasia primaria progresiva no fluente, que como viste lo tiene prácticamente inmóvil.”
Al finalizar el gobierno de Javier Duarte (ahora preso en Guatemala y a punto de ser extraditado a México) es cuando la tutora, las curadoras (aunque Vincent Ortega renunció meses antes por la enfermedad de su mamá, según ha declarado a medios), el chofer y las enfermeras se van y dejan solo a Pitol.
El DIF se mantiene como tutor del realizador. Laura informa que con los actuales responsables de esa instancia llevan un contacto muy positivo desde diciembre pasado.
Manipulaciones en 2015-2016
Laura muestra “una supuesta entrevista” al escritor, realizada por la Agencia EFE el 3 de enero del 2015, titulada “Sergio Pitol cree que el lenguaje es el espejo más fiel de los cambios del hombre”, donde “según mi tío hace afirmaciones del estado actual que acontecía en ese año, pero meses atrás había quedado establecido en el acta del juicio de interdicción que Pitol no hablaba, no escribía y no leía y que sólo se daba a entender mediante señas que personas cercanas a él traducían. ¿Cómo le hizo entonces para afirmar todo lo que supuestamente dice esa entrevista?”
También se lo llevaron a la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU, 2015) para firmar libros. Mi tío copiaba su nombre de un papel que decía “Sergio Pitol”. Muestra el video: “Aquí se ve cómo manipula el chofer a mi tío y lo va corrigiendo porque aun cuando sólo es copiar su nombre se equivoca en las letras”.
Sigue:
“¿Quién recibe el Premio Alfonso Reyes? Después de que una comitiva asistiera (sin prensa) a la casa de mi tío para darle ese reconocimiento, en mayo de 2016, cuando la enfermedad lo tenía en un estado reducido mentalmente… Fue Rodolfo Mendoza.”
–En esos años ustedes como familia veían al escritor?
–No, porque no lo permitían.
Enseguida enseña un facebook que crearon, sin el conocimiento de la familia, con el nombre de su tío, Segio Pitol Demeneghi, y ahí difundían todo.
También enseña dos fotos: en una se ve a la jueza Andrade López “asistiendo a mi tío cuando lo pone a escribir su nombre, medio que sí lo escribe, pero cuando mi abogado Rafael Hernández Matías llega y se para junto a mi tío, la mano de la juez se mueve… Por eso todo lo demás queda ilegible”.
En la otra imagen, tomada de un twitter de Rodolfo Mendoza Rosendo, con fecha 30 de septiembre de 2015, se aprecia a éste con Adelina Trujillo y la jueza Andrade López en una donación de libros.
Por todo eso, el 7 de febrero de 2017 Laura interpuso una denuncia penal en contra de Trujillo, Nidia Vincent y Elizabeth Corral ante la Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos de Violencia Contra la Familia, Mujeres, Niñas y Niños y Trata de Personas, “Por los delitos de manipulación de un incapaz, usurpación de identidad, robo y negligencia.” La carpeta de investigación es la UIPS/DXI/ESP1º/227/2017.
Al instante, Laura rememora que su papá Luis ya había interpuesto otra denuncia en noviembre de 2016 ante la Coordinación de la Fiscalía de Delitos Cometidos por Servidores Públicos contra Mendoza Rosendo, Trujillo Landa, Indira Contreras Tun y la jueza Andrade López por “los delitos de abuso de confianza, coalición y manipulación de un incapaz”. La carpeta de investigación es la FES 269/2016/OF/FIS.
–Entonces, ¿abandonaron a tu tío el 16 de diciembre?
–Sí, a los pocos días de que había sido ingresado por segunda ocasión a urgencias en el hospital Ángeles de Xalapa, por falta de cuidados.
También destaca que la Comisión Estatal de Derechos Humanos “ha brillado por su ausencia dejando a mi tío en plena indefensión y a su familia, cuando es evidente que se han violado nuestros derechos humanos y los de mi tío Sergio”. La familia Demeneghi metió una queja a esa instancia (DOQ/1222/2016), cuando Namiko Matzumoto Benítez era la presidenta.
“No hubo ninguna recomendación aun cuando un visitador Alberto Andrey Millán Pablo asistió a ver a mi tío el 28 de octubre del 2016 y pudo constatar el grado de incapacidad en el que se encontraba”.
Este reportaje se publicó en la edición 2124 de la revista Proceso del 16 de julio de 2017.