El Cristo homosexual enardece a la derecha brasileña

domingo, 5 de enero de 2020 · 07:46
Con la llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia, la derecha brasileña ha cobrado fuerza y ahora se lanza contra los comediantes de Porta dos Fundos, algunos de los cuales participan en la irreverente cinta La primera tentación de Cristo, dirigida por Rodrigo Van Der Put. Especialistas consultados por Proceso lamentan que el gobierno no solamente no haga nada por aplacar los excesos, sino que los aliente. En éstos también incurre un hijo del mandatario: el diputado Eduardo Bolsonaro. “Netflix ataca a los cristianos”, tuiteó el miércoles 11 el diputado Eduardo Bolsonaro, tercer hijo del presidente de Brasil, en repudio a la película La primera tentación de Cristo. Y agregó: “¿Vale la pena atacar la fe de 86% de la población brasileña?”. Lo más escandaloso del filme dirigido por Rodrigo Van Der Put “es ver a Jesús representado como un homosexual”, señala el legislador Bolsonaro, quien ya tuvo varios desencuentros en Twitter con Gregório Duvivier, el actor que representa a Jesús en la película. Pero ahora Bolsonaro se lanza por primera vez en una fuerte campaña contra Porta dos Fundos, un grupo de comediantes muy popular en Brasil. La cinta de Netflix se concibió como un “programa especial para Navidad” que el grupo hace cada año en esta época desde 2012. “Curiosamente, el especial del año pasado, ganador del Premio Internacional Emmy 2018, presentó un Jesús adúltero, deshonesto y borracho. Eso no provocó reacción de los religiosos –escribió el crítico cultural Tony Goes en su columna de la Folha de São Paulo–, pero Jesús apareciendo como homosexual y Dios practicando un ‘triángulo amoroso’ con María y José –los padres de Jesús–, como están en el Especial de 2019, eso sí ha despertado la ira, y especialmente la de Eduardo Bolsonaro.” El diputado ha concedido varias entrevistas en las que ataca a los actores y solicita firmar y replicar en sus redes sociales una petición para que Netflix retire la película. Sin embargo, la recolección de 2.4 millones de firmas sólo despertó la curiosidad por la cinta. Eso convenció a Netflix de extender la colaboración con Porta dos Fundos para la Navidad de 2020. El jueves 19 los Consejos de Pastores de Brasil, la Comunidad Evangélica Sara Nossa Terra y la Asociación Católica Centro Dom Bosco de Fe y Cultura demandaron a Porta Dos Fundos y a Netflix por un monto de 1 millón de reales (4 millones 666 mil pesos) debido a “daños morales colectivos”. Pidieron también indemnizaciones individuales de al menos mil reales (4 mil 666 pesos) “a todos los cristianos que se sienten ofendidos de alguna manera” por la película. En total, fueron cuatro acciones colectivas ante el sistema de justicia en las que se pedía la retirada inmediata de la película. Ninguna querella prosperó debido a que los jueces las consideraron “casos de censura”. Marian Najjar Abdo, juez de Sao Paulo, comentó: “Es suficiente que la persona no vea el programa en cuestión e incluso ya no mantenga un contrato con Netflix para demostrar su indignación”. El mismo jueves 19, en Río de Janeiro, la juez Adriana Sucena Monteiro Jara Moura consideró que “retirar de Netflix la película será un acto de censura decidido por el Poder Judicial”.

El crimen de Netflix

Al igual que Eduardo Bolsonaro, varios dipu­tados atacaron al grupo de actores en las redes sociales. Los legisladores conservadores de Sao Paulo incluso reunieron firmas para solicitar una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) Porta dos Fundos. “Es un crimen burlarse de la religión”, asegura el diputado Frederico D’Avila en un video publicado en las redes sociales. Y aunque esas acciones no tuvieron un impacto sobre la difusión de la película, sí alimentaron el odio contra el grupo de comediantes en las redes sociales. No es la primera vez que Porta dos Fundos se burla de la religión, como lo viene haciendo desde hace tiempo con la política, la policía, el futbol y el machismo. Tampoco es la primera vez que los pastores conservadores de la justicia los atacan, aunque en esta ocasión la arremetida es inédita. El martes 24, a las tres de la madrugada, al menos tres hombres lanzaron bombas molotov contra las oficinas de la productora de la película en Río de Janeiro. Las cámaras de seguridad grabaron al vigilante sofocar el fuego. Al día siguiente apareció un video, primero en el deep web y luego en Youtube, en el que tres encapuchados se atribuyen el atentado. Con voz distorsionada aseguraron pertenecer al “Comando Nacionalista de Insurgencia Popular de la Familia Integralista Brasileña”. El grupo se formó en Brasil en 1932 y reivindica las ideas fascistas de la época con la bandera de “Dios, patria y familia”. El comando se ha manifestado en varias ocasiones desde que Jair Bolsonaro llegó a la presidencia del país. Sus integrantes suelen aparecer con su vestimenta tradicional de camisa verde y saludan de manera similar a los nazis, con el brazo derecho extendido hacia arriba. Pero el ataque contra Porta dos Fundos marca un ascenso de ese grupo integralista. En el video, la voz distorsionada dice: “Nosotros revindicamos la acción revolucionaria directa que buscó justificar las aspiraciones de todo el pueblo brasileño contra la actitud blasfema y antipatriótica que el grupo de militantes marxistas Porta dos Fundos tomó cuando produjo el Especial de Navidad. Esta producción tiene como objetivo destruir nuestra creencia y nuestra herencia”. Pablo Ortellado, politólogo y profesor de la Universidad de Sao Paulo, asegura que acciones como estas son “terrorismo en el sentido estricto del término”, lo que, afirma, “es muy preocupante”. “Esta es la segunda acción del grupo que también asumió la autoría de una acción en la que se quemaron banderas antifascistas en la universidad UniRio en Río de Janeiro en septiembre pasado. La policía debería dar una respuesta contundente para no permitir que esta secuencia se intensifique a niveles aún más peligrosos”, puntualiza. La policía de Río de Janeiro ha reconocido que el grupo que atacó a Porta dos Fundos es el mismo que es responsable del ataque a la Universidad Federal de Río. No obstante, el investigador Marcus Vinícius Braga, responsable de la investigación, considera que el caso de Porta dos Fundos no es “terrorismo”, sino “un crimen de explosión y tentativa de homicidio”. Estos hechos escandalizan a los artistas, quienes han sido atacados en varias ocasiones. En los dos últimos años, sus obras de teatro, exposiciones artísticas y películas han sido objeto de rechazo social y en tiempos recientes se ha sumado la censura oficial del gobierno de Jair Bolsonaro.

Rebrote de la derecha

Los financiadores tradicionales y públicos de las obras artísticas verifican ahora si el contenido que van a patrocinar es “moralmente correcto”. Nadie lo va a decir con esos términos, pero las obras que fueron canceladas en estos últimos meses tenían personajes LGBT, criticaban a los militares o abordaban temas religiosos. Algunas obras incluso fueron censuradas después de manifestaciones populares. En varios casos, pastores y políticos apoyaron esas manifestaciones con la convicción de que salvan una moral; conservadora, desde luego. Dos días después del atentado contra Porta dos Fundos, ninguna autoridad religiosa había repudiado el atentado; tampoco lo habían comentado en las redes sociales, aun cuando las usan todos los días. Eduardo Bolsonaro se limitó a compartir en su cuenta de Twitter una foto de su familia para la cena de Navidad. Todos vestían una playera con el nombre de “Jesús”. Esa misma playera fue escogida por la esposa del presidente el día de su alocución para Navidad; la prenda fue considerada como una respuesta a Porta dos Fundos. Nadie del gobierno, ni Sergio Moro, el ministro de Seguridad Pública, pronunció una sola palabra de solidaridad con Porta dos Fundos ni en repudio a la violencia. No es la primera vez que el gobierno de Bolsonaro guarda silencio ante las acciones de la extrema derecha. Lo mismo hizo en mayo pasado cuando grupos de ese signo atacaron el movimiento estudiantil y sindical de mayo pasado que protestó contra los recortes en los presupuestos de las universidades. David Nemer, profesor del Departamento de Estudios de Medios en la Universidad de Virginia en Estados Unidos, analizó durante un año los grupos de apoyo a Bolsonaro en Whatsapp, algunos claramente ligados a la extrema derecha. En su investigación advirtió sobre la “muy probable radicalización de algunos de esos grupos”. En entrevista con Proceso después del atentado contra Porta dos Fundos, señala: “Es difícil decir que el grupo que analizo en Whatsapp es el mismo que atacó a Porta dos Fundos, pero es posible decir que ambos siguen la misma línea de pensamiento. Este pensamiento de insurgencia existe y es peligroso. Están saliendo de lo virtual para entrar en la vida real”. Cabe notar que, tras divulgar su investigación el mes pasado, el profesor Nemer fue amenazado en Brasil, por lo que regresó a Estados Unidos. Esa nueva violencia preocupa a los analistas de ese país, sobre todo porque el país tenía la reputación de ser tolerante. La periodista Lamia Oualalou, autora de Jesús te ama, libro que aborda el tema de los evangélicos en Brasil, comenta a Proceso: “El atentado contra Puerta dos Fundos hubiera sido imposible hace 10 años. Primero, porque tanto los evangélicos como los grupos católicos no eran tan conservadores como lo son hoy; segundo, porque no tenían el respaldo del poder como lo están recibiendo ahora de Jair Bolsonaro. Hoy es política y socialmente aceptable atacar a un grupo de comediantes”. La especialista vivió 10 años en Brasil y ahora reside en México, país en el que dice percibir riesgos potenciales, como los que ya se materializan en la nación sudamericana, en cuanto a las concesiones brindadas a congregaciones religiosas. Por ejemplo, considera “peligrosa” la relación del presidente Andrés Manuel López Obrador con los grupos cristianos: “Darles lugar en los medios de comunicación es jugar con fuego. Aun si el presidente tiene un discurso más moral que propiamente religioso, es siempre un peligro para la democracia darles más poder, especialmente en los medios de comunicación”. Hoy Brasil tiene un presidente que “agradece a Dios” en todos sus discursos, defiende los “valores de la familia” y da prioridad a las entrevistas en los medios de comunicación controlados por evangélicos. En esos medios, el presidente puede hablar directamente con sus electores y las preguntas son siempre amigables… Por cierto, esos medios fueron muy activos en la campaña contra Porta dos Fundos, al lado de Eduardo Bolsonaro.

Quiénes integran Porta dos Fundos

Porta dos Fundos fue creado en internet en 2012 por cinco actores. Desde el inicio tuvo éxito: llegó a los 10 millones de suscriptores en su canal de Youtube. Hoy son 40 los artistas que trabajan de tiempo completo en el proyecto y realizan tres videos por semana que no pasan de cinco minutos. Hasta ahora han rechazado todas las ofertas de los canales de televisión, pues insisten en conservar su “libertad”. Netflix es el primero en difundir sus obras. Los integrantes de Porta dos Fundos son considerados los herederos de Monty Python por sus sátiras sobre la sociedad brasileña, la política y la religión. Sus figuras más conocidas son Gregório Duvivier y Fabio Porchat, quienes representan a Jesús y a su novio Orlando en La primera tentación de Cristo. Este texto se publicó el 29 de diciembre de 2019 en la edición 2252 de la revista Proceso

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