Cuitláhuac García, 'ausente” y con un gobierno sin rumbo

sábado, 30 de mayo de 2020 · 11:15
XALAPA, Ver. (proceso.com.mx).– El gobernador de Veracruz, el morenista Cuitláhuac García Jiménez, está “como ausente”, con un gabinete que “no ha arrancado”, pues la administración estatal se ha convertido en una “oficina de atención y trámites” del gobierno federal, y “el mandatario no ha salido a conocer su estado”, apunta la senadora panista Indira Rosales San Román. Transcurrida ya una cuarta parte del sexenio de García Jiménez, el diputado local de Acción Nacional, Bingen Rementería Molina, acota que “la inexperiencia” y la “incapacidad” han hecho mella en alguien que tiene “nula experiencia” en administrar. “Le ha faltado experiencia política, experiencia de administrador. El Gobierno del Estado es una gran empresa (sic). El gerente de Veracruz está siendo rebasado por su incapacidad, lo digo con mucho respeto, Cuitláhuac García no tiene experiencia en administrar algo, algo en concreto. Hay quienes dicen, de su propio partido, que Cuitláhuac no administra ni su propia casa”. Rosales San Roman insiste en que a García “le sigue pesando” la sombra del exgobernador priista, Javier Duarte pues ante “el mayor desfalco de la vida pública de Veracruz” a nivel federal y local, el juicio contra Duarte y “su pandilla” no se tomó “con la seriedad debida” en el ámbito judicial, ello ante la excarcelación en diciembre del 2018 de todos los excolaboradores de Javier Duarte y una tenue ratificación de sentencia de 9 años al exmandatario, una “ridícula multa” de 58 mil pesos y la posibilidad de reclamar –a mediano plazo– sus bienes confiscados a prestanombres. En 18 meses de la administración de Cuitláhuac García, políticos de oposición han acusado corrupción en la Secretaría de Seguridad Pública (inflar precios en la compra de patrullas), Educación (utilizar empresas fantasma para una supuesta remodelación de planteles escolares), Salud (escasez de medicamentos por hacer contratos con empresas de Jalisco ligadas a Morena), tortuguismo en la obra pública (sólo se ejercicio el 48 por ciento de infraestructura y obra pública en todo el 2019), yerros en el sector turístico (invitar al turismo a las playas de Poza Rica, las cuales no existen), entre otras. Y en defensa del gobierno de García siempre ha salido a dar la cara el presidente, Andrés Manuel López Obrador. Apenas el lunes pasado, en su mañanera, López Obrador fue cuestionado por los malos manejos de los gobernadores morenistas de Veracruz y Puebla. Sin hacer reparo en los señalamientos concretos y publicados en medios nacionales, el presidente desdeñó: “En la pregunta está la respuesta, si me dices que un legislador del PAN cuestiona al gobernador de Veracruz, pues tiene que ver, seguramente, con la cuestión político-electoral. Yo le tengo toda la confianza a Cuitláhuac, el gobernador de Veracruz, porque es una gente honesta, limpia, nada qué ver con los que ha habido allí antes, para qué los menciono, es preferible olvidar”.  
Arde Veracruz
Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) contabilizaron 678 homicidios en los primeros cuatro meses del año en curso en Veracruz; en 2019 se registraron 2 mil 185 homicidios. Las cifras en materia de seguridad son muy similares a las que entregó el anterior gobierno del panista, Miguel Ángel Yunes Linares, cuyo fiscal, Jorge Winckler Ortiz, se encuentra prófugo de la justicia acusado de tortura y desaparición. El actual secretario de Gobierno, el morenista Eric Cisneros, asegura que Winckler “protegía” delincuentes” del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Un análisis del SESNSP ubica a Veracruz como sexto lugar en incidencia delictiva nacional con 5 mil 287 delitos ocurridos tan sólo en el mes de abril, detrás del Estado de México, Ciudad de México, Jalisco, Guanajuato y Baja California. Por la contingencia sanitaria por covid-19, todas las entidades federativas registraron una reducción en el impacto delictivo cotejando los meses de marzo y abril. Sólo Veracruz presentó una variación delictiva a la alza con 4.5 por ciento. En esa comparación, el estado vecino de Tabasco redujo el número de delitos en un 53.2 por ciento, y la Ciudad de México y Estado de México amortiguaron el número de delitos en porcentajes superiores al 40 por ciento. Según dijo el mismo Cuitláhuac García en diversas entrevistas y foros, en Veracruz operan seis cárteles de la delincuencia organizada, quienes son los altos generadores de violencia en la entidad, para quienes no hay tregua, ni impunidad –dijo– como en pasados gobiernos. Sin embargo, la senadora Indira Rosales reprocha que no existe hoy una estrategia coordinada de seguridad, pues no se sabe a ciencia cierta en cuáles municipios se encuentra desplegada la Guardia Nacional (GN), ni tampoco hay estadísticas concretas de cuantos policías estatales están “recién salidos” de la Academia. Los recursos del Fortalecimiento a la Seguridad (Fortaseg) han sido poco transparentes y su eficacia queda en duda. Otros lados flacos del actual gabinete de García, remata Rementería Molina, son Obras Públicas, Secretaria de Educación o la Secretaría de Salud, donde su titular Roberto Ramos Alor es “el campeón de la incapacidad”. “Ramos Alor llega ahí por una vendetta política. Su único antecedente en materia de salud es un cargo medio en el hospital Valentín Gómez Farías; pero veamos también la SIOP (Secretaría de Infraestructura y Obra Pública). No es posible que su titular, Elio Hernández, se presente en comparecencia a decir, un año después, que sólo se ejercicio el 40 por ciento del presupuesto y que lo demás se regresó a la Federación. En Educación hay un titular que no tiene el perfil y la corrupción salta a la vista”. En entrevista anterior, el académico de la Universidad Veracruzana, Alberto Olvera, consideró que la crisis estructural que vive Veracruz es una combinación de un “gobierno novato y de bajo perfil” con una “mezcla tóxica” de corrupción pasada que afecta a la actual administración sexenal morenista. Olvera remarcaba una situación peculiar en la relación del presidente López Obrador con Cuitláhuac García y el resto de los gobernadores emanados de Morena. AMLO busca legitimar a sus mandatarios estatales a base del “carisma presidencial” y su aprobación pública, la cual –advierte Olvera– “no es eterna”. “Hay una diferencia abismal entre el carisma del presidente y la carencia de trayectoria y capacidad de los distintos gobernadores de Morena. Hoy este partido tiene un bono de legitimidad derivado del carisma presidencial, pero no lo tiene en los gobiernos estatales. Creo que esto refleja una debilidad intrínseca, que se refleja también en sus alcaldías, y esto sin duda traerá consecuencias para Morena como partido. Ningún gobierno nacional puede depender de una sola persona”.  
Ley Nahle
En el Congreso Local fue aprobada hace dos semanas una Reforma Electoral que elimina la figura de “consulta popular” para evitar la “revocación de mandato” en Veracruz, principal estandarte de bandera en las campañas del 2018. Aunado a ello, hay pendiente otra reforma al artículo 11 de la Constitución Política de Veracruz, para que puedan ser reconocidos como “veracruzanos” y aspirar a un cargo de elección popular, incluyendo la gubernatura, a quien tenga “un hijo nacido en la entidad”. Dicha ley ya fue bautizada por la prensa nacional como “Ley Nahle”, en clara alusión a la actual secretaria de Energía, Rocío Nahle, con trayectoria política en el sur Veracruz, donde fue diputada federal y, por un breve periodo, senadora, pero nació en Zacatecas. En entrevista, Bingen Rementería advierte que esta ley también lleva “guiño político” para el senador morenista, Ricardo Bardahuill, quien fue alcalde de Xalapa y diputado federal y local en Veracruz por el PRI y quien, al igual que Nahle, es un político cercano al presidente. “Nos habían dicho que se acabaron los amiguismos, los compadrazgos, pero no se acabó eso. Antes criticaban que PRI y PAN daban contratos a los amigos, pero ahora Morena modifica la Constitución, hace leyes a favor de los amigos y los compadres. Ellos creen que aprobaron Reformas, pero en realidad son deformas (sic)”. Bingen Rementería fustiga que Morena se aprovechó de la contingencia sanitaria por el coronavirus para aprobar en lo obscurito una Reforma Electoral que “atenta contra la democracia” y pulveriza al órgano electoral; peor aún, insiste, ahora se prepara para “aprobar una iniciativa” con dedicatoria a dos personas, como Rocío Nahle y Ricardo Ahued. “Es una vergüenza, son unos descarados, vinieron a destrozar las instituciones, ante la inexperiencia de gobernar, quieren el control de todo. Un autoritarismo total”. Desde San Lázaro, la bancada de diputados federales veracruzanos del PRI lanzó un exhorto al Congreso local para desechar dicha iniciativa de ley dirigida a “particulares” y por poner en riesgo la democracia. El escrito fue rubricado por la legisladora Ana Guadalupe Ingram y por Héctor Yunes, excandidato priista a la gubernatura en el 2016.  
Pandemia gubernamental
Desde la Ciudad de México, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell advirtió que en Veracruz la contingencia sanitaria se “levantará” al menos tres semanas después que en el resto del país, pues el foco rojo aún no llega. Hoy la entidad ya sobrepasó los tres mil casos positivos de coronavirus y las 400 defunciones; aunado a ello, doctores, enfermeros y delegados adheridos al Sindicato de Trabajadores del Sistema Nacional de Salud Sección 03 se quejaron de la falta de equipo de bioseguridad para atender a enfermos de coronavirus, de insumos tan básicos como cubrebocas y de “despidos injustificados” a quienes han estado denunciando el deplorable estado de los sistemas de salud. En entrevista, Indira Rosales ve una “respuesta tardía” por parte de las autoridades estatales en el sector salud, quienes se ciñeron estrictamente al guión de la figura presidencial de desdeñar la pandemia todo marzo, sin tomar en cuenta las peculiaridades del estado, como son sus puertos, polos industriales y urbanos, así como zonas de difícil acceso a la salud. “López Obrador decía en redes sociales que nos siguiéramos abrazando y besando y el covid-19 se propagó con rapidez. Hubo un problema de aceptación que, hay que decirlo, engloba irresponsabilidad”.

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