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Repsol y su espionaje a funcionarios de Pemex

Un acuerdo entre Sacyr-Vallehermoso y Pemex para ganar peso en las decisiones de Repsol ocasionó en 2011 una furibunda reacción del presidente de ésta, Antonio Brufau. Las cúpulas de la trasnacional española y de La Caixa frustraron la alianza mediante al espionaje y una campaña en la prensa.
miércoles, 19 de mayo de 2021 · 07:13

Un acuerdo entre Sacyr-Vallehermoso y Pemex para ganar peso en las decisiones de Repsol ocasionó en 2011 una furibunda reacción del presidente de ésta, Antonio Brufau. Según documentos de la causa Tándem contra directivos de la trasnacional española, las cúpulas de ésta y de su principal inversionista, La Caixa, consiguieron frustrar aquella alianza, para lo que recurrieron al espionaje y a una campaña de prensa contra el crecimiento del capital mexicano…

MADRID (proceso).- Los principales directivos de Pemex en los gobiernos de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto fueron espiados en España desde que la petrolera y la constructora Sacyr-Vallehermoso sindicaron las acciones que poseían en Repsol –en agosto de 2011– para tener un mayor peso en la toma de decisiones en la petrolera española, ante los desacuerdos que mantenían con la gestión de su presidente, Antonio Brufau.

Esa alianza provocó un duro enfrentamiento, al grado de que la prensa de este país desplegó una campaña acusando a Pemex de pretender terminar con la “españolidad” de Repsol. Sin embargo, ahora se conoce que en su ataque la cúpula de Repsol y de CaixaBank –accionista de referencia en la petrolera hispana– ordenó espiar al presidente de Sacyr, Luis del Rivero, porque se sentía amenazada por la operación con Pemex.

Para llevar a cabo este trabajo contrataron al entonces comisario de la Policía Nacional, José Manuel Villarejo, quizás el máximo concertador de operaciones clandestinas de las “cloacas del Estado”, quien durante dos décadas ha beneficiado lo mismo a los gobiernos del Partido Popular que del Socialista Obrero Español, como a la élite empresarial, representantes de bancos y compañías, algunas de las que incluso cotizan en el IBEX-35, la poderosa Bolsa de Valores española.

Esto se desprende de la macrocausa Tándem, en su pieza separada número 21 (conocida como “Wine”), investigada por el Juzgado Sexto de Instrucción de la Audiencia Nacional, que preside el magistrado Manuel García Castellón.

La operación Tándem se convirtió en un dolor de cabeza tanto para la monarquía como para la clase política y empresarial españolas por las profundas raíces de las actividades presuntamente delictivas que el comisario Villarejo realizó y que afectan a esos poderes.

‘Pájaros en el alambre’

Repsol fue la “empresa favorita” durante el gobierno de Felipe Calderón, según acusaciones públicas del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Con Calderón como titular de Banobras y luego como secretario de Energía del gobierno de Vicente Fox, se le otorgó a Repsol un jugoso contrato para la explotación de la Cuenca de Burgos (Tamaulipas), pero nunca incrementó la producción de gas. No obstante, en el periodo presidencial de Calderón se le otorgó otro contrato multimillonario como intermediario para importar gas natural de Perú para la Comisión Federal de Electricidad.

Brufau llegó a la presidencia de Repsol en 2004 con el apoyo de Pemex y de La Caixa –principal accionista de la petrolera–, pero nunca impulsó un plan estratégico con México.

Pese a ello, la compañía española no tuvo reparo en espiar a los funcionarios calderonistas de Pemex, según se desprende de la diligencia que el juez emitió el 14 de abril pasado para citar a declarar a varios de los investigados, del informe de la Fiscalía Anticorrupción y de los cuadernos personales de Villarejo, incautados por la policía en su domicilio y a los que este semanario tuvo acceso.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2324 del semanario Proceso, cuya versión digital puedes adquirir aquí.

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