Delincuencia organizada

Monterrey: corporaciones infiltradas

"Cuando hay un grupo nuevo de delincuencia organizada o espontánea, y hay generación de violencia, significa que hay cuerpos policiacos infiltrados", afirma Adrián de la Garza Santos, quien fuera procurador de Justicia con el gobernador Rodrigo Medina, y exalcalde priista de la capital de NL.
miércoles, 8 de junio de 2022 · 19:25

MONTERREY, NL (Proceso).– Cárteles y bandas de menor calado buscan controlar actividades ilícitas y expandir rutas delictivas en Nuevo León, particularmente en su capital.

El estado resiente la presión de grupos criminales que pugnan por entrar de los vecinos Tamaulipas y Coahuila, señala Adrián de la Garza Santos, quien fuera procurador de Justicia con el entonces gobernador Rodrigo Medina, y exalcalde priista de Monterrey.

En el norte del estado se da la zona con mayor reporte de violencia, aunque no necesariamente con la mayor actividad criminal, afirma De la Garza, y reconoce que en la entidad se aprecia actividad del Cártel del Golfo, el Cártel del Noreste y el de Sinaloa.

Para el director de Lantia Intelligence, Eduardo Guerrero, además de los anteriormente mencionados opera aquí el recientemente surgido Cártel Independiente de Nuevo León (CINL) organización conocida también como Los Billys, derivada de Los Zetas.

De acuerdo con un estudio de inteligencia de esta plataforma de datos sobre seguridad, crimen organizado y conflictividad social, Los Billys se dedican al narcotráfico y narcomenudeo, extorsión y autogobierno penitenciario. Tienen presencia en Salinas, Victoria, El Carmen, Abasolo, Hidalgo, Guadalupe, Monterrey, Santa Catarina, Santiago y Juárez.

En esta capital también se identifican grupos de perfil bajo como la Banda de la Explorer, con presencia en Monterrey, Guadalupe, San Nicolás y Apodaca, dedicados al narcomenudeo y robo de transportistas y vehículos.

Los Meza Flores, banda derivada de los Beltrán Leyva, controla a los grupos La Oficina, los Mazatlecos y Ruela Torres. Los Meza pelean contra el Cártel de Sinaloa y tienen como aliados a los Arellano Félix, los Pilotos y los Trinis. Trafican armas y narcóticos.

También operan en Monterrey los Bronz, pandilla dedicada al narcomenudeo y vandalismo, dice Guerrero Gutiérrez, basado en datos de Lantia.

Una de las mayores organizaciones presentes en el estado es el CJNG, que trabaja con los Metros, célula desprendida del CDG. Tienen actividad mayormente en los municipios de Cadereyta y Jiménez, al oriente de la zona metropolitana, y al norte en Doctor Coss y Los Aldamas, colindantes con Tamaulipas.

Paradójicamente, en el sexenio de Rodrigo Medina (2009-2015), cuando ocurrió en Nuevo León la peor crisis de inseguridad, con apoyo de la iniciativa privada se refundó la policía estatal y pasó a llamarse Fuerza Civil. Se convirtió en una de las mejores de México.

Sin embargo, con la llegada de Jaime Rodríguez Calderón como gobernador (20015-2021) la corporación fue descuidada. Los policías padecieron desdén, su salario se estancó y se les regatearon incentivos y prestaciones, lo que provocó deserciones y debilitamiento de la corporación, afirma el analista.

Un informe de inteligencia elaborado el año pasado por la Agencia Estatal de Investigaciones señala que en la entidad hay un auge de comercialización de drogas sintéticas que traen al mercado local el CJNG y el Cártel de Sinaloa. Son ellos los que surten a los distribuidores minoritarios.

Infiltración

De la Garza refiere que la delincuencia organizada se esfuerza mucho por obtener territorio, principalmente en la zona metropolitana, lo que se traduce en ejecuciones.

“Cuando hay un grupo nuevo de delincuencia organizada o espontánea, y hay generación de violencia, significa que hay cuerpos policiacos infiltrados. Y cuando esto ocurre no hay que estar en alerta, hay que realizar acciones muy precisas para sacar de tajo a los policías infiltrados. Hay que quitar a los que no son de vocación o confiables, para que no se les facilite el trabajo a los grupos de la delincuencia organizada”.

Al preguntarle si esta es la situación actual en las policías de Nuevo León, responde: “No tengan duda”.

El exprocurador propone que el combate a la criminalidad se base más en la inteligencia, pues ya son obsoletos los despliegues policiacos para demostrar fortaleza y los patrullajes preventivos.

Reconoce que hay policías como las de Monterrey, Guadalupe, San Pedro, San Nicolás o Santiago que ya generan esquemas de inteligencia con los cuales se sistematizan todas las fuentes, y la información que se obtiene ya no se pierde después de ser utilizada, como ocurría en el pasado. Lo que debe hacerse con esos datos es analizarlos para que se traduzcan en inteligencia.

Pero la inteligencia policiaca “debe aplicarse también adentro de las corporaciones”, advierte.  

Texto publicado en el número 2379 de la edición impresa de Proceso, en circulación desde el 5 de junio de 2022.

Comentarios