Preocupan a expertos las mínimas protestas por las asesinadas en Juárez

martes, 26 de noviembre de 2002 · 01:00
México, D F (apro)- En el caso de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, “lo más preocupante es que no haya protestas masivas ante esos crímenes, que son ya un grave problema político que desborda el ámbito policiaco”, advirtieron especialistas, durante las Jornadas Universitarias contra la Violencia “Ciudad Juárez: ni una muerta más; ni una mujer menos” Graciela Hierro, directora del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG), dijo que, “por el simple hecho de pertenecer al género femenino, una parte importante de esta población mundial está sujeta comúnmente a la tortura, el hambre, el terrorismo, la humillación e, inclusive, el asesinato” Advirtió: “Crímenes como éstos, cometidos contra cualquier otro grupo social, serían reconocidos como una emergencia civil y política “Sin embargo, los derechos de las mujeres son considerados diferentes Más aún, bajo el sistema patriarcal no se da la aceptación profunda de las mujeres como personas ni como ciudadanas sujetas de derechos”, añadió En el acto, realizado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Hierro afirmó que “en México, como en los países fundamentalistas, si una mujer se opone a la violencia con violencia, es condenada” “Las muertas de Juárez son mujeres que, de algún modo, se sitúan en un espacio y un tiempo que no les corresponden, por lo que son castigadas en las formas más violentas que pueden ser usadas contra un ser humano: la violación y la muerte, sin que existan derechos humanos que las protejan”, señaló Añadió que “las mujeres violadas y asesinadas no alcanzan protección y justicia, precisamente por ser mujeres, sin hombres que las cuiden No existen para ellas derechos humanos que las protejan ni maquinaria política que haga valer tales derechos” Con todo, Hierro manifestó su esperanza “de que se ejerzan los derechos humanos de las mujeres en México Esta es la lucha en que está empeñada un número cada vez mayor de personas” A su juicio, “el patriarcado es una estructura de violencia que se institucionaliza en la familia, se refuerza en la sociedad civil y se legitima en el Estado “El poder patriarcal –explicó-- se mantiene y perpetúa por medio de la violencia de género, y su finalidad es conservar la autoridad y el control colectivo sobre las mujeres, con base en mecanismos que nos son familiares, desde la división del trabajo y la doble jornada laboral, hasta la violencia física y la muerte” Por su parte, Griselda Gutiérrez Castañeda, profesora de la Facultad de Filosofía y Letras, dijo: “Hay indicadores suficientes para interpretar que, aun cuando se pudiera demostrar la psicopatía de algún o algunos asesinos seriales, son los avances y reposicionamiento (sic) de las mujeres en aquellos espacios otrora exclusivos de los hombres, lo que como marco explican el problema “Es la invasión de espacios y prácticas que no les pertenecen a las mujeres, lo que permitiría comprender la violencia en su forma más extrema: la violencia sexista que remata en homicidio”, indicó “Al parecer, el aprecio que la vida de las mujeres asesinadas merece es tal que no ha ameritado, hasta ahora, poner en marcha políticas sociales y de seguridad para la población, o programas de investigación rigurosos o profesionales con el fin de determinar los móviles de los crímenes, así como detener y castigar a los culpables “En su lugar –añadió-- se siembran pruebas e inventan culpables, se archivan expedientes Denigran la integridad de las víctimas y del manejo de sus restos Hostigan a las familias que pretenden información sobre sus familiares muertas Se bloquean las acciones y se amenaza a los grupos de familiares y organizaciones no gubernamentales que exigen soluciones y, como remate, se politiza el tema” Dijo: “Socialmente hablando, los costos son altos no sólo por las vidas perdidas, sino por el aumento en la inseguridad e incertidumbre que afectan la vida cotidiana, especialmente de las mujeres, quienes se ven sujetas a hacer serios ajustes en sus hábitos” Por su parte, el psicoanalista José Cueli afirmó: “Hay un clima social que facilita esta problemática, pues si no hubiera un dominio tan grande de una clase sobre otra, no existiría este grave problema Lo extraño es que no haya un movimiento masivo exigiendo que se resuelva” 25/11/02

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