Música: "Su Majestad la zarzuela"

viernes, 2 de marzo de 2012 · 19:51
ÁLAMOS, Son. (Proceso).-La zarzuela es el teatro musical español cantado y hablado, primo hermano de la ópera, de música nacionalista y fuerte sabor madrileño. Un género de profundo arraigo en México merced a la abundante migración española y a la belleza musical de muchos de sus pasajes. El espectáculo creado y dirigido por Leopoldo Falcón, Su Majestad la zarzuela, se escenificó hace unos días en el Festival de Álamos, Sonora, y el éxito fue grande. Ya lo ha presentado con otros intérpretes en diversos lugares como Castellón de la Plana, Valencia, España. El público sonorense abarrotó desde horas antes las más de dos mil sillas colocadas a la intemperie en el Callejón del Templo, y a la hora de la función hubo que añadir adelante varias filas más. Frente frío y viento no pudieron alejar al público del espectáculo acompañado por la Orquesta Sinfónica de Sinaloa, dirigida esta vez por Enrique Patrón. Solistas, coro y ballet se lucieron y volvió a sonar aquella música inolvidable que nuestros abuelos acudían a disfrutar en las voces de Esperanza Iris, Pepita Embil, Plácido Domingo (padre) y otros muchos artistas que antaño la difundieron por toda América latina, logrando arraigo y permanencia en el gusto del público, a lo que contribuyó de manera decisiva el antiguo LP importado de España mediante el cual las familias podían oír una y otra vez las joyas del género. Luego de una introducción en verso a cargo del propio Falcón, abrieron con La boda de Luis Alonso, del maestro Gimeno Giménez (orquesta y baile), y comenzó la fiesta. El público encantado no paró de aplaudir. En seguida Falcón deleitó con las coplas de Don Hilarión de La verbena de la paloma, de Tomás Bretón, y demostró que además de actuar, canta, y muy bien. Los jóvenes del taller de ópera de Mazatlán del maestro Patrón fascinaron con fragmentos de Luisa Fernanda, La Gran Vía, Maravilla, Las Leandras, La leyenda del beso, La Tempranica, y Gigantes y cabezudos. De pronto Susana Zabaleta, presente en el público, fue invitada a interpretar La tarántula, obra que tiene muy hecha, y causó el regocijo del público por su gracia y presencia. Destacó el joven barítono Germán Olvera, el Vidal Hernando de Luisa Fernanda, magnífica voz y gran arrojo, aunque claramente va a desarrollarse mucho en los próximos años. Su partner Rebeca de Rueda, prometedora joven soprano, sorprendió mucho al tenor Andrés Carrillo por su bella voz y seguros agudos, así como la guapa Hildelisa Hangis, mezzosoprano que encarnó al Pichi de Las Leandras y a la sirvienta del tango de la Menegilda, de La Gran Vía, se le notaba resfriada, pero la gracia y la presencia escénica ahí estaban; habrá que seguir el desarrollo vocal de esta chica que tal vez con el tiempo suba a la región de las sopranos o se oscurezca más su voz y se confirme como mezzosoprano. Tiene mucho futuro. Los demás bailables, interpretados por el ballet de Chepina Guerra: La Jota de La Dolores, y el intermezzo de La leyenda del beso, fueron aplaudidos a rabiar. “Estamos en pláticas para llevar este espectáculo al Festival Internacional Cervantino, donde nunca se ha presentado algo de zarzuela”, declara a Proceso Leopoldo Falcón.  

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