MÉXICO, D.F. (apro).- Hace diez años, Alicia Sánchez llevó a la sala Miguel Covarrubias la extraordinaria propuesta escénica La mirada del sordo, basada en El país de las últimas cosas, de Paul Auster. Su idea sobre el montaje se situaba en la fuerza del azar como fuerza determinante en la vida de todos los seres humanos, en que las circunstancias ocurren sin ninguna razón de manera aleatoria, en que no hay alguna explicación para ello y la vida se define así, por un instante en el que se cruzan millones de variables. En aquel entonces para Sánchez, que este miércoles 29 presentará la reposición de la pieza en el Palacio de Bellas Artes, “no había filosofía que no sea sombría y caos que no implique un orden previo a destruir”. Con un complejo guión en mano y reloj que cronometraba ciertas acciones, el espectáculo cambiaba cada día por circunstancias inesperadas, por la simple razón de que en la vida nada se repite, aunque parezca igual. Lo inesperado, la incertidumbre, los botones que se disparan sin razón alguna, todo estaba puesto para que bailarines extraordinarios como Erick Montes, Mijail Rojas, Eleno Guzmán y la propia Sánchez, entre otros, coincidieran en que lo único en que podían estar de acuerdo era en abandonarse a lo imprevisto. Por ello, esta reposición no podrá parecerse a la propuesta original y, sin embargo, tendrá que seguir paso a paso las ideas cruciales del espectáculo, en el que las paredes giraban, desaparecían y creaban una suerte de ciudad tenebrosa, terrible y asombrosa, donde un corredor nunca llegaba a la meta esperada. Los bailarines deberán entonces dejar a un lado lo aprehendido para dejar que sus instintos fluyan y les den la respuesta clave para solucionar todo tipo de problemas y sortear diversos obstáculos. La música con un dj se altera también gracias a una dramaturgia que se les impondrá a los bailarines. Aficionada a lo inesperado y a la literatura como inspiración, Sánchez será de seguro testigo de la emocionante aventura de recorrer un laberinto que cree conocer, pero que ya no es el mismo.