CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El gobierno de Enrique Peña Nieto pidió al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, una aclaración sobre su amenaza de desplegar el ejército en la frontera con México, aseguró este martes el canciller Luis Videgaray Caso, y dijo que la postura del país se definirá “siempre en defensa de nuestra soberanía nacional”. En un intento por negar que el chantaje de Trump hubiera influido sobre el gobierno mexicano, Videgaray aseguró que la caravana Viacrucis del Migrante “se dispersó gradualmente por decisión de sus participantes”, y que “la política migratoria mexicana se ejerce de manera soberana y conforme a derecho, no a partir de presiones o amenazas externas”. Con esos mensajes, publicados esta tarde en su cuenta de Twitter, el exsecretario de Hacienda respondió a los dos cohetes diplomáticos que lanzó Trump contra el gobierno de Peña. En el primero, el ocupante de la Casa Blanca dijo que obligó al gobierno mexicano a detener la caravana “Viacrucis del Migrante” y a deportar a 400 de sus integrantes, y en el segundo anunció que resguardará la frontera con militares. Ese es, hasta ahora, el clímax de una abierta afrenta contra el gobierno mexicano que Trump detonó a partir del pasado domingo 1, a través de una serie de publicaciones y amenazas expresadas en la red social y en declaraciones a la prensa. En un primer tiempo el magnate estadunidense despotricó contra la caravana “Viacrucis del Migrante”, una iniciativa de la sociedad civil en la que centenares de migrantes de origen centroamericano recorren el país con el objetivo de visibilizar y denunciar los abusos que sufren durante su paso por México. Trump exigió al gobierno mexicano que frenara la caravana y, para presionar a la administración de Enrique Peña Nieto, amenazó con parar las negociaciones del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN). “Mejor vale que se detenga (la caravana)”, amagó. En respuesta, las secretarías de Relaciones Exteriores (SRE) y de Gobernación (Segob) emitieron anoche un comunicado conjunto, en el que subrayaron que “bajo ninguna circunstancia el gobierno de México promueve la migración irregular”, y que “ha mantenido plenamente informado al gobierno de Estados Unidos sobre el desarrollo de la caravana”. Las dependencias también afirmaron que las autoridades migratorias habían deportado a “alrededor de 400” participantes de la caravana, provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador, y que otros estaban sujetos a un proceso administrativo migratorio. El mandatario estadunidense presumió esa información como un triunfo de su influencia sobre México. Y este martes, en una reunión con la prensa en la Casa Blanca, soltó: “Acabo de escuchar que la caravana que venía de Honduras (sic) está rota y que México hizo lo que hizo porque, francamente, les dije: ‘de verdad tienen que hacerlo’”. Posteriormente, el magnate aseveró que resguardaría la frontera con militares. “Será un gran paso (…) estamos preparando a nuestros militares para que aseguren la frontera entre México y Estados Unidos, tendremos dentro de poco una reunión con el general Jim (Mattis) y todos los demás, y creo que es algo que tendremos que hacer”, declaró.