El XV Festival Ollin Kan vive, sigue la resistencia

jueves, 12 de julio de 2018 · 13:02
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La escena musical independiente mantiene su carácter contestatario y de resistencia, tal como lo ha demostrado durante 15 años el festival internacional Ollin Kan, en Tlalpan, al sur de la capital, logrando trascender generaciones. Cientos de jóvenes se dieron cita ayer a este encuentro para armar una acalorada fiesta por los 15 veranos de este encuentro internacional de las culturas en resistencia. El Multiforo Cultural Ollin Kan fue el lugar para celebrar a la quinceañera festivalera con los grupos Dauma, Nancy Zamher y Sangre Maíz, una concisa muestra de proyectos de calidad que están ocultos en la Ciudad de México y que ponen en alto la cultura de nuestro país. https://youtu.be/EAghauIv288 A eso de las 19:?30 horas arribaron los chicos de Dauma, comandados por Nay Stanfield, quienes promocionan su disco Instante Citadino, un reflejo de los desenfrenos emocionales que genera la capital mexicana. Con rock pop tocaron temas como “La Fruta”, “Instante”, “Ella” y “Miau”, donde la cantante de cabello rizado hechizó vía su poderoso canto junto a sus integrantes Vero Nitai, Edgar OH y Oscar Kogsni. https://youtu.be/A9Akogs2zDQ Después le llegó el turno a Nancy Zamher, regalando sonoramente estilos que iban desde el folclore, sones y dosis de boleros. Zamher gritó “¡estamos festejando la resistencia de un festival!”, tras escucharse junto a su banda fusiones latinas de las que destacaron “Sangre de cacao”, “Que pase el otoño”, “Mientras tú no estabas”, “La Guardiana” y “Flor violeta”. https://youtu.be/YnwacgyVX4E Entre cada grupo también se ofrecieron muestras dancísticas; incluso repartieron pastel de celebración entre los invitados y así cerrar con el reggae de Sangre Maíz. El carisma de la líder Mitze se sintió inmediatamente entre los reunidos quienes se pusieron a bailar olvidándose de las sillas y se acercaron al escenario para armar tremenda pachanga. La vocalista dedicó el show a los olvidados, a aquellos quienes por alguna causa llegaron a la cárcel, a esos que están orgullosos de su barrio y a los pueblos originarios en resistencia. Entre los cortes que enardecieron el foro se pueden mencionar: “Asaltando el cielo”, “Viento de Guerra”, “De la Ciudad”, “Pólvora” y “Ojos dormidos”. Cuando ya pasaban las 22:45 horas, la intensa lluvia caía sobre el sur de la ciudad y la gente salía con alegre satisfacción, porque el Ollin Kan festejó en un ambiente de plena libertad que gozaron familias con sus hijos, mientras los más jóvenes constataron que la herencia se dirige para un futuro largo donde la resistencia proseguirá. Como señala su director, José Luis Cruz: “Ollin Kan es un festival cultural y artístico que toma su voz del náhuatl que se refiere al lugar del movimiento, el lugar de la regeneración, del constante cambio en la creación y en la vida misma. Se trata de un festival cultural en el que la programación se fundamenta en el amplio mundo de las expresiones musicales, dancísticas y rituales de las culturas originarias de los pueblos en resistencia, ¿a qué? A la enorme devastación que ha provocado la globalización y sus políticas de saqueo y despojo de los pueblos del mundo. “Es el espacio-tiempo que los recibe y cobija, que se abre para la reflexión, para el aprendizaje, la aceptación y la defensa de las culturas comunitarias, espacio que habita la multiculturalidad y la pluralidad étnica que crea nuevos derechos sociales culturales en un ámbito de tolerancia e inclusión. “Ollin Kan es un espacio para promover las culturas ancestrales de la tierra. Su misión es la de generar públicos en torno al gusto y conocimiento de las artes y culturas originarias; reuniendo artistas nacionales e internacionales en escenarios públicos y abiertos de nuestra capital y otros espacios en el país para el enriquecimiento de la vida cultural en México. Su objetivo esencial es el de promover políticas públicas culturales que tienen una relación dialéctica con los pueblos primigenios de México y del mundo. Asimismo, su vocación fomenta el intercambio artístico y cultural entre los pueblos con el enorme caudal cultural que forma parte del patrimonio y la diversidad de nuestro país.” Las actividades continúan hasta el 22 de julio con entrada libre.

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