CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Resultado de un sueño de más de tres décadas, el largometraje La revolución y los artistas (2018) de Gabriel Retes, que tiene como eje central la historia de amor entre Nahui Olin y el pintor Gerardo Murillo, aborda de manera alegórica momentos cumbre del medio cultural e intelectual del México de los veinte. La cinta, que sólo tuvo dos días de funciones en la Cineteca Nacional hace un par de meses, pero que Retes detuvo para desarrollar más la pos-producción, empezará a promoverse en festivales del país buscando llegar a la cartelera nacional. A través del romance de Atl (Gerardo Murillo) con Nahui Olin (Carmen Mondragón) en la Ciudad de México, Retes contó cómo los artistas e intelectuales de la época se unieron para estructurar la Secretaría de Educación Pública encabezada por José Vasconcelos, momento que dio origen a las llamadas misiones culturales por todo el país. Entre otros temas, se trata la búsqueda de la identidad nacional en un ambiente de espíritu liberal --diversidad sexual, derecho de la mujer al voto--. Todo ello en el marco de la polémica relación con el Estado, dentro de la cual se retrata la derrota del vasconcelismo en las elecciones. La cinta fue proyectada en función privada en la Sala THX de los Estudios Churubusco con la presencia del elenco y staff, a la cual acudió como invitado el primer actor Ignacio López Tarso. Retes, productor, realizó también el guión con la actriz Meritxell Gález, y ambos interpretan a la pareja protagonista. La revolución y los artistas es un drama con visos satíticos que revive en pantalla a personajes como José Vasconcelos (Miguel Paraza), Álvaro Obregón (Horacio Castelo), Plutarco Elías Calles (Lenny Zundel), Roberto Montenegro (Jorge Santoyo), Manuel Rodríguez Lozano (Alan Ciangherotti), y Alma Reed (Gabriela Coppola), así como a los pintores: Frida Kahlo, José Clemente Orozco, Diego Rivera, Manuel Rodríguez Lozano, David Alfaro Siqueiros, los escritores Carlos Pellicer, Salvador Novo, Jaime Torres Bodet y Xavier Villaurrutia, los fotógrafos Tina Modotti y Edward Weston y la periodista estadunidense Alma Reed… A decir de Retes, la idea --“era un sueño”-- pudo arrancar apenas hace dos años, cuando logró conseguir el presupuesto (parte del cual lo tomó de sus ahorros): “La tuve en la cabeza desde que me di cuenta de la importancia de la liga entre ciencia y educación para crear cultura, es un sueño de décadas, treinta, casi cuarenta años, pero en un tiempo más cercano recuerdo que había gente que me decía que me parecía al Dr. Atl, y Meritxell le daba un aire a Nahui, y así poco a poco tomó forma”. --A casi un siglo de esta historia, se sigue hablando de corrupción, abuso de poder y pobreza, como se refiere en la cinta --Sí, es una lástima, pero este trabajo creo que llega en un momento justo, hablando políticamente, para ver si las autoridades se rodean de intelectuales, de cultos, de artistas, y de gente apta para los puestos, porque esa es la clave de todo, es un reflejo muy actual de México a más de un siglo”. --Hablando de lo político, ¿qué le parece el nombramiento de Alejandra Frausto para la Secretaría de Cultura? --Confío en ella y espero se rodee de gente apta, no de amigos, sino de las personas adecuadas en los puestos clave. --¿Cómo definiría esta película en una línea? --Como una cinta histórica-antihistórica, irreverente e iconoclasta.