CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Tras un mes de los comicios federales en que se desplomaron para quedar con sólo 5.5% del voto ciudadano, dirigentes y cuatro gobernadores surgidos de las filas del Partido de la Revolución Democrática (PRD) se reunieron, por primera vez, para hacer un balance de su debacle electoral. En un hotel del centro de la ciudad, los perredistas montaron un cerco con vallas porque, según información de Flor Ramírez, coordinadora de asesores del presidente nacional del PRD, Manuel Granados, el encuentro es de carácter privado. Miguel Ángel Mancera, exjefe de gobierno; los mandatarios de Michoacán, Silvano Aureoles; de Morelos, Graco Ramírez; de Tabasco, Arturo Núñez, y el sustituto en la capital, José Ramón Amieva, así como legisladores y coordinadores de corrientes internas y el mismo Granados, optaron por entrar al salón por la puerta de atrás, evitando a la prensa. El diputado federal Jesús Zambrano fue el único que se acercó con los medios para lamentar que se hayan colocado vallas que limitan el margen de maniobra de fotógrafos, camarógrafos, reporteros y conductores. --¿Por qué estas restricciones? –se le preguntó. --Lo ignoro y lamento. Saben que no somos así y menos en esta situación en la que nos encontramos después de las elecciones. Compartió que no era un secreto que se reunirían con los gobernadores para analizar el escenario posterior a la elección, “y ver lo que sigue”. También dijo que se trata de una reunión libre, donde escucharán lo que cada uno quiere decir respecto del proceso, porque “el PRD debe hacer una crítica profunda”. Y sentenció: “No nos vamos a rendir. Lo que nos interesa es escuchar las protestas para salir adelante. Porque el PRD no se va a dar por vencido”, afirmó. Se espera que la encerrona perredista concluya a las nueve de la noche.