El cine nacional tampoco olvida Tlatelolco

martes, 2 de octubre de 2018 · 11:17
La masacre del 2 de octubre de 1968 ha sido abordada con valentía por nuestros cineastas, ya sea con visiones testimoniales o relatos terroríficos como en Rojo amanecer (1989), de Jorge Fons. Alfredo Gurrola habla, a su vez, de su espeluznante Borrar de la memoria (2010), y Carlos Mendoza, fundador en 1989 del Canal 6 de Julio, cuenta lo que provocó su documental Tlatelolco: las claves de la masacre. Y Nicolás Echevarría detalla la investigación Memorial del 68, mientras la serie actual Un extraño enemigo, de Gabriel Ripstein, aporta un acercamiento de thriller al suceso. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En el cine mexicano, sobre todo el documental y en pocas ficciones, se ha mostrado lo que fue el movimiento estudiantil de 1968, como denuncia, para castigar a los culpables o para que no se olvide. Rojo amanecer de Jorge Fons es el primer largometraje de ficción que abordó la matanza del 2 de octubre de 1968 en Plaza de las Tres Culturas de Tlateloco. Escrito por Xavier Robles y Guadalupe Ortega, los protagonistas fueron Ademar Arau, Martha Aura, Bruno y Demián Bichir, Héctor Bonilla, Carlos Cardán, Jorge Fegan,  Eduardo Palomo y María Rojo (Proceso, 727). En entrevista, Fons recuerda que la película se empezó a desarrollar 21 años después del suceso, pero “sigue vivita y coleando”. Agrega: “Continúa revelando cosas. Entonces poseíamos una conciencia de que era necesario filmarla, de hablar de esos hechos. Presumíamos que iba a ser molesta para las autoridades de aquellos años 1989 y 1990, e ignorábamos cómo iba a ser el encuentro con la gente. Afortunadamente siempre fue bien recibida.” Trata de una familia que vive en Tlatelolco: los esposos, cuatro hijos (dos universitarios y dos menores), y el abuelo. Desde su departamento observan el mitin estudiantil, y cómo las fuerzas policiales y del Ejército van tomando posiciones rodeando la Plaza de la Tres Culturas. Se inicia el ataque a los manifestantes y una bala alcanza a penetrar el departamento. La madre, el abuelo y el niño se tiran al suelo. Los chicos universitarios llegan con otros chicos y uno de ellos va herido. Individuos vestidos de civil, armados, entran… –En Rojo amanecer se denuncia la represión del Estado para con los estudiantes –se le comenta al también realizador de Los albañiles (1976). –Inició un crimen de Estado que nunca se perdonará. Como lo recuerda la frase celebre: “¡2 de octubre no se olvida!” Héctor Bonilla puso dinero para la producción e invitó a Valentín Trujillo a apoyar el filme, quien aceptó invertir. El rodaje se hizo en mutismo absoluto. Fons expresa que Rojo amanecer es un testimonio de esa matanza de hace cincuenta años: “Lo lamentable es que esos hechos sangrientos, esos hechos dolorosos no paran.” La Secretaría de Gobernación retrasó el estreno, rememora: “Iba a ser en 1989, pero se exhibió en los cines hasta octubre de 1990, con unos cortes sobre todo en frases donde se nombra al Ejército. Este largmetraje es un trabajo muy significativo. ¡Rojo amanecer no se olvida!...” “La empaquetada” Otra película de ficción en el marco del movimiento de 1968 es Borrar de la memoria (2010), dirigida por Alfredo Gurrola, con guión de  Rafael Aviña, thriller policiaco centrado en el caso de un asesinato real de una mujer descuartizada, conocido como La empaquetada. “Ese crimen fue muy famoso y Aviña pensó que había que enmarcarlo dentro de una situación social del país, y quizá el 68 podía ser de alguna forma llamativo. También era para reflejar a la juventud masacrada y castigada.” En la trama Germán Acosta, escritor y periodista, prepara un libro sobre cierto caso criminal ocurrido en julio de 1968 de una joven (La empaquetada). Entonces, Acosta se involucra con la historia de Roberto Rentería, joven aspirante a cineasta y jalacables fallecido en circunstancias extrañas en octubre de aquel año y autor de un documental centrado precisamente en el asesinato de la chica. Se da a la tarea de armar la vida de Rentería a través de quienes lo conocieron y descubre que La empaquetada estaba ligada a una brigada política-estudiantil y había iniciado una relación con Rentería, quien meses después fue contratado por el gobierno para filmar escenas desde la azotea de la Secretaría de Relaciones Exteriores y en el interior del edificio Chihuahua el 2 de octubre de 1968, ocultas durante 35 años. Los rollos de Echeverría Gurrola enfatiza en que se han rodado pocos largometrajes sobre el movimiento de 1968, porque “es un tema muy complicado de abordar en cuestiones de producción, por su alto costo y por asuntos de contexto, ya que no se pueden efectuar aseveraciones, todo son conjeturas hasta la fecha”. Se le pregunta al también realizador de Llámenme Mike (filmada 1978, pero censurada hasta 1982) en torno a su impresión de que nadie sabe dónde quedaron las imágenes que filmó Servando González Hernández (5 de mayo de 1923-5 de octubre del 2008), por órdenes de Luis Echeverría, en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968. Relata: “Servando González era miembro de la Sociedad Mexicana de Directores y jamás quiso hablar… Se sabe que era un material filmado en 35 milímetros, el cual llevaron a revelar a los Estudios Churubusco y que ahí llegó el Ejército y decomisó los rollos. Era muy amigo de Luis Echeverría en aquella época y seguramente por amistad o por consigna le pidieron que entregara el material, lo cual hizo… y se desapareció la película.” El mismo Servando González reveló a Proceso (en el número 1115), que se filmaron 120 mil pies de película, con los detalles de la masacre filmados desde seis cámaras. González prestaba sus servicios en la Secretaría de Gobernación y durante el movimiento estudiantil filmó diversos aspectos de mítines, disturbios y manifestaciones. Dijo que en la víspera de la masacre se le dio la orden –sin recordar quién– de acudir a Relaciones Exteriores con seis equipos de cine, y de mantenerlos en funcionamiento. Ahora, el cineasta Gibrán Bazán relanza su documental Los rollos perdidos (2012) con imágenes inéditas, de forma gratuita, en YouTube y Vimeo. El realizador hace un llamado al nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador para buscar las filmaciones de Servando González. Carlos Bolado, quien creó el documental 1968 (2008) y que ha hecho una nueva versión para Canal Once, filmó la cinta de ficción Tlatelolco, que se estrenó hacia 2012, y de la cual surgió la serie de ficción Verano del 68, estrenada el pasado 1 de agosto en TV UNAM (Proceso, 2183). Un “documental forense” A su vez, el documentalista Carlos Mendoza, director del Canal 6 de Julio, inició una ardua invetigación sobre el 68 tres décadas atrás y logró Batallón Olimpia/documento abierto, la cual amplió y generó Operación Galeana; prosiguió hasta convertir su análisis en Tlatelolco: Las claves de la masacre (2002), donde identifica a los jefes militares que provocaron la matanza. “Ya en 1998 conocía muy bien el material que hasta ese momento había del 68, pero entonces salió un programa de Joaquín López Doriga llamado Chapultepec 18 mostrando imágenes inéditas, muy encubiertas, muy protegidas por sellos de agua y en un contexto muy raro, que resultaron haber sido filmadas desde el piso 16 o tal vez el 18 de la torre de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y a apartir de eso nos enfocamos a investigar.” Se le interroga a Mendoza si sus indagaciones mostradas en su documental cambiaron algo, y menciona al instante: –Yo creo que sí cambiaron cosas. Debido a la investigación nuestra, la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado incluyó al general Carlos Humberto Bermudez Dávila. En Las claves de la masacre se menciona lo del libro de Marcelino García Barragan, quien comandó a los militares el 2 de octubre, de que Fernando Gutierrez Barrios fue el encargado de conseguir los departamentos donde se esconcieron los miembros del Batallón Olimpia. Mostramos nombres de francotiradores, los cuales eran militares con licencia. Se le da importancia que el coronel Manuel Díaz Escobar, creador de grupos de choque contra el movimiento estudiantil,  estaba ligado a la figura de Alfonso Corona del Rosal. –¿Qué experiencia le ha dejado toda la ardua indagación que ha laborado con respecto al 68? –Creo que incursionamos –no sé si alguien ya lo había hecho antes– en lo que denominamos documental forense. Es decir, a partir de la imagen documental, estudiamos fotogramas y cruzamos la información con otras fuentes, y se encontraron muchisimas evidencias muy valiosas de lo sucedido. Contando muertos El realizador Nicolás Echevarría participó en El Memorial del 68, concebido originalmente como un proyecto museográfico que se montó en el Centro Cultural Tlatelolco de la UNAM, para conmemorar los cuarenta años del movimiento estudiantil de 1968. En él se reunieron 56 entrevistas en video, documentos, fotografías y diversa obra gráfica. Con esos testimonios creó eventualmente la serie de televisión del mismo nombre, con cinco capítulos de una hora de duración cada uno. Se transmitió en TV UNAM en 2008. Después, por iniciativa propia y sin recursos adicionales, Echevarría creó con el mismo material un documental intitulado Memorial del 68, de 107 minutos, en dos versiones. La primera, a una sola pantalla para televisión, y la otra elaborada a dos pantallas sincronizadas para su exhibición en plazas y espacios públicos. La Secretaría de Cultura de la Ciudad de México  proyectará el filme a dos pantallas este 6 de octubre en el Monumento a la Revolución. “En el largometraje queda claro la discordia entre las opiniones sobre el 2 de octubre. Luis González de Alba, por ejemplo, describe bien cuál fue el acto que provocó la masacre. Él admite que no pasaron de cincuenta los muertos en Tlatelolco, pero Fausto Trejo menciona que hubo hasta doscientos”, cuenta Echevarría, lamentando no haber podido “incluir todo”, si bien hay testimonios de José Agustín, David Huerta, Carlos Monsiváis, Elsa Ramírez, Paco Ignacio Taibo 2, en fin. “Ahora vivimos en un mundo mucho más corrupto. Antes los funcionarios dejaban sus gestiones en una casa de campo, ahora se llevan al país completo. Continúan las masacres. Está el problema del narcotráfico y la impunidad. A todo mundo se exculpa, a los ladrones, los asesinos, los corruptos, nadie pisa la cárcel.” Fábula y pesadilla La nueva película de ficción Olimpia, de José Manuel Cravioto (Proceso, 2186), concursará en la 16 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia, a efectuarse en octubre proximo. Desde el segundo día de este mes, Amazon Prime Video lanzará Un extraño enemigo; thriller policiaco sobre el 68 dirigido por el cineasta Gabriel Ripstein y protagonizada por Daniel Giménez Cacho: ocho capítulos que podrán verse sólo por Prime Video. Con este último actúan Irene Azuela, Fernando Becerril, Kristyan Ferrer, Karina Gidi y Antonio de la Vega, entre otros. Leopoldo Gómez, Francisco García Ambriz, Mafer Suárez y Carlos Pascual idearon la serie. “En el proceso, el director Gabriel Ripstein fue invitado a sumarse como showrunner (autoproductor). Los guionistas fuimos Gibrán Portela, César Gándara, Emma Bertrán, Daniel Kraus, el mismo Ripstein y yo. Contamos con importantes asesores históricos y se entrevistaron a los involucrados en el 68: líderes históricos, miembros de las comisiones para resolver el conflicto por parte del gobierno y políticos de la época. El trabajo de investigación (lecturas, entrevistas y trabajo de campo) fue exhaustivo”, explica el escritor y dramaturgo Pascual a Proceso: “Un extraño enemigo aporta una nueva visión sobre el conflicto, como una resultante y un pretexto de y para los juegos de poder. Muestra el poder absoluto del presidencialismo que fue incapaz de atender unas demandas mínimas por parte de los estudiantes. La serie muestra el brutal aparato de control social con el que contaba el PRI.”

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