'El infiltrado del KKKlan”: racismo ayer y hoy

viernes, 16 de noviembre de 2018 · 19:02
MONTERREY, N.L. (apro).- El Infiltrado del KKKlan (BlacKKKlansman, 2018) es una poderosa declaración de guerra del director Spike Lee en contra el racismo. Aunque la cinta se ubica al inicio de la década de los 70, el director afroamericano, hace un trabajo personal y comprometido para denunciar cómo es que, aún en el nuevo milenio, los integrantes de la hermandad aria quieren otra vez tomar el control, desde los más altos niveles de la política de Estados Unidos. La anécdota es verdadera, por lo mismo, parece una locura. Es fascinante observar las progresiones de quien es el primer agente negro de la policía en la ciudad de Colorado Springs. Buscando ganarse un lugar entre sus desdeñosos compañeros, el detective Ron Stallworth (John David Washington) decide infiltrarse en el Ku Klux Klan, la poderosa organización racista. Pero lo hace mediante un plan que es, al mismo tiempo, inteligente, intrépido y muy riesgoso. Con brillantez, el realizador neoyorquino presenta una cinta emocionalmente inestable: mientras retrata dramáticamente un aspecto vergonzoso de la vida de la Unión Americana, como es la segregación, que nunca termina por ser superada, incorpora elementos de comedia, refinados y con mucha astucia, para lanzar una propuesta interesante, muy divertida y de corte social. https://youtu.be/CBIXKnKCafc El agente Stallworth hace química perfecta con su compañero de armas, Flip Zimmerman (Adam Driver), quien lo ayuda para cristalizar el plan para descubrir un plan criminal del Klan. Son oficiales negro y blanco, como el Gordo y el Flaco, el policía bueno y el malo, el jocoso y el solemne. En medio de sus diferencias hacen una combinación perfecta. El operativo encubierto paulatinamente se enreda. Las mentiras de los oficiales hacen que se empantanen cada vez más, en el centro de un nido de violentos racistas que llevan una vida militante de clandestinidad, acostumbrados a los secretos y que desconfían de todos. La tensión se hace insoportable, por el riesgo inminente de que puedan ser pillados en el timo, con todo lo que implica su exposición entre criminales que detestan la pigmentación oscura. Los actuales integrantes del KKK seguramente no se han de sentir halagados con la caricatura que de ellos hace la historia. Todos son vistos como descerebrados agresivos, que basan sus prejuicios homicidas en viejos mitos, en los que solamente ellos creen y a los que se aferran porque, por lo que se ve, no tienen en la vida nada más que rabia hacia lo diferente. Además, se sentirán indignados porque el héroe estadunidense, aquí, es un negro. Topher Grace repite con brillantez, como es su costumbre, el papel de cretino. En esta ocasión la hace del líder de la organización, una especie de padrino político que, desde las sombras, se encarga de bautizar a las nuevas hordas de fieles encapuchados y dirigirlos en sus ataques. En el epílogo, se presenta un pietaje verdadero de ataques de supremacistas y extractos de expresiones repulsivas del racista más poderoso del planeta. El Infiltrado del KKKlan es una pieza política provocadora que, con refinada ironía, denuncia que la nación negra sigue permanente bajo ataque. Dice, con un discurso directo, que es necesario alertar al mundo sobre la existencia de grupos que quieren regresar a una época de tinieblas sociales.

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