CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A pesar de no contar con experiencia, Christopher Landau, el nuevo embajador de Estados Unidos en México, hizo gala de la diplomacia a su llegada a la capital del país al afirmar que llega con la mano extendida. Procedente de Texas y en un español por demás fluido, el diplomático afirmó que Estados Unidos y México “son socios, vecinos y amigos, así es hoy y así será para siempre”. En el breve mensaje que ofreció a la prensa en la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), Landau admitió, sin embargo, que persisten retos en la relación bilateral, pero indicó que esto es normal y destacó que no existe un México próspero y estable, sin un Estados Unidos en igualdad de circunstancias. “Vengo aquí a escuchar y a aprender”, subrayó. El nuevo embajador de Estados Unidos en México era litigante de la firma Quinn, Emanuel, Urquhart & Sullivan antes de ser nominado por el presidente Donald Trump, el pasado 18 de marzo, para ocupar la embajada que permanecía acéfala desde la renuncia de Roberta Jacobson, en mayo del 2018. De 55 años de edad, Landau fijó en abril último, durante una audiencia en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadunidense, sus tres prioridades para su eventual gestión en México: la seguridad fronteriza, la lucha antidrogas y la promoción comercial. Nacido en Madrid, España, y egresado de la Escuela de Derecho de Harvard, donde también estudió asuntos latinoamericanos, es hijo del finado exdiplomático estadunidense George Landau, quien fuera Embajador de en Chile, Paraguay y Venezuela, de ahí que domine el español.