Muere el escritor José de la Colina

lunes, 4 de noviembre de 2019 · 21:39
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Ensayista, narrador, crítico y traductor de cine y literatura, además de creador y colaborador de suplementos culturales, José de la Colina falleció esta tarde en su casa de la colonia Florida, a los 85 años de edad. Nacido en Santander, España, el 29 de marzo de 1934, el escritor se nacionalizó mexicano. Como exiliado republicano llegó a nuestro país con su familia en 1940, luego de dejar de su tierra natal al término de la Guerra Civil y tras un largo recorrido por Francia, Bélgica, Santo Domingo y Cuba. En enero de 1988, en entrevista con el semanario Proceso, recordó que a los siete años de edad arribó con su familia a nuestro país: “Yo soy muy sensible a lo que el tiempo hace a los lazos familiares, cómo un día nos encontramos despojados de ese mundo familiar, no sólo porque abandonamos la infancia, sino porque en el curso del tiempo la gente se va muriendo, pero sobre todo porque es el proceso mismo de la vida. Yo creo que la vida, en lugar de enriquecerlo a uno lo va desnudando, lo va dejando cada vez más despojado.” Miembro del consejo de redacción de las revistas ‘Nuevo Cine’, ‘Plural’, ‘Revista Mexicana de Literatura’ y ‘Vuelta’, De la Colina fue descrito por Octavio Paz como “un escritor singular” cuya prosa “es una de las mejores de México”. De hecho, fue muy cercano al grupo de ‘Vuelta’, fundada por el poeta Premio Nobel, y de sus colaboradores, como el escritor Salvador Elizondo y Juan García Ponce, entre otros. Fue el primer secretario de redacción de la publicación mensual. Luego, en 1998, declaró a la prensa que lo expulsaron de la revista “en los primeros números, cuando Octavio no estaba”. Después el filósofo Alejandro Rossi, miembro también de la revista, admitió que sí se le expulsó, pero lo lamentó, y sostuvo que había sido por la demora en la entrega de algunos textos y lo calificó como un escritor espléndido. Rossi escribiría después sobre él, en el prólogo de “Libertades imaginarias” (2001): “Posee el gusto del virtuoso por los hallazgos del oficio, un efecto, un adjetivo, una imitación voluntaria, una ironía. La suya es una prosa libre y a la vez de un oído perfecto, carente de jergas muertas, con mucha serpentina y muy rica, ya lo dije en miradas laterales.” Entre su vasta obra pueden mencionarse los libros “Cuentos para vencer a la muerte”, que fue su primer libro, publicado en 1955, “Ven, caballo gris”, “La lucha con la pantera”, “La tumba India”, y una multiplicidad de cuentos breves. Fue director del Semanario Cultural de Novedades, y colaborador, entre otros medios, de Contrechamp y Positif, Ideas de México, La Cultura en México, La Nouvelle Revue Francaise, La Palabra y El Hombre, Le Chanteau du Verre, Letras Libres, México en la Cultura y Revista Universidad de México. En un comunicado en el que expresa pesar por la muerte del autor, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, Premio Mazatlán de Literatura 2002, Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez 2005 y Medalla Bellas Artes 2009, el Instituto Nacional de Bellas Artes lo evoca como un apasionado del “arte de fantasmas”. Y es que así le gustaba llamar al cine, otro de sus intereses creativos, pues fundó en los años sesenta el grupo Nuevo Cine y la revista del mismo nombre. Se dedicó a la crítica cinematográfica y tradujo guiones de Luis Buñuel, Truffaut, Bergman y Godard. De la Colina recibió en 2014 el Premio Xavier Villaurrutia, cuando el jurado estuvo integrado por el periodista y novelista Vicente Leñero, fundador de la revista Proceso, Barbara Jacobs y Myriam Moscona. Como ensayista es autor de “El cine italiano”, “Miradas al cine”, “El cine del ‘Indio’ Fernández, “Viajes narrados”, “Libertades imaginarias”, "Las medias fantasmas de Leda R”, Personerío”, “De libertades fantasmas o de la literatura como juego” y “Luis Buñuel-Prohibido asomarse al interior”, escrito con Tomás Pérez Turrent. En la entrevista con Proceso de 1998, De la Colina afirmó: “Yo separo totalmente la literatura de la ideología. El escritor es el gran traidor. Tiene que estar del lado de Caín y de Abel, para ser escritor y si en verdad quiere reflejar ese drama. En este sentido, el escritor es el antiideólogo, y algunos dirán que el antipolítico, aunque eso no es cierto en cuanto es ciudadano, pero es verdad para el artista. El artista no puede conformarse con ninguna idea hecha del mundo, aunque sea la suya propia.” La Secretaría de Cultura del gobierno federal informó que sus restos serán velados en la Agencia Gayosso de Félix Cuevas a partir de las 19 horas de este lunes.

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