Evo Morales acusa conspiración externa; pide crear una 'comisión de la verdad” por elecciones en Bolivia

miércoles, 20 de noviembre de 2019 · 14:20
CIUDAD DE MÉXICO (apro). - Evo Morales Ayma, expresidente de Bolivia refugiado en México, acusó que “decisiones internas y externas” no le permiten volver a su país, y llamó a instancias internacionales a formar una “comisión de la verdad” para revisar los comicios presidenciales del 20 de octubre, de los cuales, dice, tiene pruebas que avalan su triunfo. Durante una conferencia de prensa -la segunda desde que llegó al país-, Morales Ayma señaló directamente a los Estados Unidos y a “la derecha” de no permitirle regresar al país andino, debido a su política de nacionalización de los recursos naturales.
“Nos informan que Estados Unidos no quiere que vuelva a Bolivia, ni la derecha. (Los golpistas) están pidiendo a la Unión Europea, a la Iglesia católica que no vuelva Evo. […] el fondo de este conflicto político, lo quiero ratificar, nuestro mayor delito es haber nacionalizado los recursos naturales con el objetivo de la liberación nacional, la liberación cultural y, sobre todo, la liberación económica. Hemos demostrado que hay otra vía, el desarrollo de nuestro pueblo”, dijo el boliviano.
Durante su conferencia, Morales reiteró su discurso sobre las razones y los actores del golpe de Estado, que atribuyó a “grupos fascistas y racistas”, que repudian la idea de ser dirigidos “por indios”, pero también afirmó que fue producto de una “conspiración interna y externa”, en oposición a las nacionalizaciones de recursos naturales.
“Nacionalizamos los hidrocarburos. En 20 años de gobiernos neoliberales se obtuvieron 3 mil millones de dólares de los hidrocarburos, por regalías. Con nosotros se obtuvieron 38 mil millones de dólares […] reducimos la pobreza con programas, políticas, proyectos, y mostramos al mundo que había otra vía”, explicó el exmandatario.
Morales insistió en el “tema litio”, el principal elemento de las baterías, que se convirtió en un recurso natural estratégico para las décadas futuras: “antes era privado; hemos empezado desde cero, en laboratorios, en plantas pilotos (…) sigo convencido: hay algunos gobiernos que siempre quieren hacerse con la materia prima, no aceptan que la nacionalicemos”. Asimismo, convocó a instancias internacionales a formar una “comisión de la verdad” para esclarecer los comicios del 20 de octubre, pues reafirmó que cuenta con evidencias que muestran su triunfo electoral desde la primera vuelta.
“No soy ningún delincuente para estar fuera de Bolivia y dialogar con un gobierno facto; no soy corrupto, no tengo ningún proceso en contra. Por decisiones internas y externas no me dejan volver, pero si la asamblea no ha aceptado mi renuncia, soy presidente y además soy presidente electo que ha ganado la primera vuelta”, aseveró.
Luego, exhortó al “gobierno golpista” de Bolivia a “parar la masacre, que es parte de un genocidio” contra los manifestantes –en referencia a las 27 personas fallecidas y más de mil heridas en acciones represivas-. De igual forma dijo que es tarea del pueblo movilizarse, y añadió que “como no estoy en función, me gustaría estar ahí; soy experto en marchar y marchar, todo por Bolivia”.
“Están hablando con un presidente, no un expresidente”, recordó el líder indígena, quien presentó su renuncia el 10 de noviembre bajo la presión de la policía y de la cúpula militar; hasta soltó un dejo de ironía: “A mí me acusaron de dictadura: Era mejor en la dictadura de Evo sin muertos, que en una semana con cerca de 30 muertos a bala”. “Solo recuerdo de jovenzuelo, cuando un partido de izquierda ganaba, había golpe de Estado y nuevas elecciones. Pero no me opongo: si la solución es (sic) nuevas elecciones, bienvenido”, concedió.
Morales también deploró que la presidenta autoproclamada, Jeanine Áñez, emitiera un “decreto supremo”, que es una carta blanca “para matar a hermanas y hermanos”, lamentó: “Nos hace pensar en la dictadura militar”. A lo largo de la semana pasada, Áñez instruyó por la vía del decreto al Ejército boliviano para que reprima las manifestaciones, y exentó a los soldados de “responsabilidad penal” cuando actúen en “legítima defensa o en estado de necesidad”; con ello prometió impunidad a los militares para asesinar o agredir a civiles, o llevar a cabo detenciones extrajudiciales.
“Nunca había pensado que las fuerzas armadas iban a usar su equipo contra el pueblo: he visto helicópteros metiendo balas, ráfagas, contra el pueblo que se manifiesta pacíficamente […], las fuerzas armadas deben saber que los tratados internacionales sobre derechos humanos están por encima de cualquier norma nacional”, condenó, e insistió: “eso hacía la dictadura militar”.
Más allá de lamentar la situación en su país, el expresidente boliviano retó de manera insistente al gobierno de facto que actualmente ocupa el poder en el país sudamericano.
“Esta lucha es de ricos y pobres. Es el problema que estamos enfrentados. Son movimientos sociales contra los grupos del poder histórico”, dijo.
Morales se burló de la investigación que la fiscalía de su país lanzó en su contra por 10 delitos, entre ellos el de terrorismo.
“La Fiscalía la admite sí, por sedición, dictadura… lo conozco muy bien: todos me procesaron por sedición, terrorismo, narcotraficante. Pero nunca lo han probado […] desde 1989 todos los presidentes nos han acusado de sedición. Nunca hemos conspirado, pero sí hemos luchado por reivindicaciones”.
En respuesta a los señalamientos de que fomenta acciones de “sedición” en su exilio, Morales resaltó: “Yo soy dirigente sindical, las acciones se toman en asambleas y reuniones. ¿Qué reunión puedo hacer desde aquí? Ellos dicen ‘Evo está organizando desde (México)’”. Pero sugirió: “Yo puedo pacificar porque conozco a mis compañeros del campo”.
“Me llaman muchos compañeros, me informan que se están organizando”, aseveró, y subrayó: “En algunas zonas no hay dirigentes (de las manifestaciones: pueblo. Saben que con la derecha se van a acabar todos los programas sociales”.
Previo a dar su conferencia, el expresidente difundió un video que exhibió algunos actos represivos de los militares, personas ensangrentadas tiradas en el suelo, y presentó las violaciones a los derechos humanos perpetrados por el “gobierno golpista de Áñez”: 27 personas fallecidas, 715 heridas y mil 186 detenidas de manera ilegal. Al final del video se escuchó una voz femenina que deplora: “La prensa no muestra lo que está pasando”.
“La prensa puede ver que en Bolivia están matando a mis hermanas y hermanos”, declaró enseguida Morales, y añadió que “en la mañana, la Casa Grande del Pueblo (el palacio presidencial) amaneció rodeada por tanques militares”.
El expresidente deploró su condición de exiliado en México, pues afirmó que “aquí estoy como arrestado en libertad, de las 5 de la mañana hasta las 11 o 12 de la noche, todos los días; ése es trabajo por la patria”.

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