Minería subacuática de 12 mil años de antigüedad, el hallazgo de 'Mina de Ocre” en Quintana Roo

viernes, 3 de julio de 2020 · 23:59
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El hallazgo de una Mina de Ocre en Quintana Roo, la más antigua conocida en el continente americano, que oscilaría entre 12 mil y 10 mil años de antigüedad, es uno de los dos descubrimientos más importantes en los últimos años por parte de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS). Así lo informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), del cual depende dicha subdirección, en un comunicado que hizo referencia al majestuoso y laberíntico subsuelo de la península de Yucatán. Según el SAS y el Centro Investigador del Sistema Acuífero de Quintana Roo AC (CINDAQ), “La Mina” (como se denomina al proyecto de investigación) es una continuación de Hoyo Negro en donde los humanos antiguos no solo se arriesgaban ingresando al laberinto de cuevas para buscar agua o huir de depredadores, sino que también entraron para realizar una especie de “minería”, alterándolas y generando modificaciones culturales en su interior. Lo anterior se constató mediante la localización de seis kilómetros de pasajes inundados de agua que no habían sido explorados, y que permanecían ocultos detrás de restricciones de rocas y pasajes estrechos de hasta 70 centímetros de diámetro.
De Hoyo Negro a “La Mina”
Fueron los espeleobuzos Fred Devos y Sam Meacham, codirectores del CINDAQ, los que explicaron que durante sus primeros recorridos en el sistema subterráneo, en 2017, notaron la existencia de estalactitas y estalagmitas rotas por la mitad, así como piedras acomodadas en pequeños montoncitos triangulares, los cuales no habrían podido establecerse de manera natural. “El paisaje en esta cueva está notablemente alterado, lo que nos lleva a pensar que los seres humanos prehistóricos extrajeron toneladas de ocre de ella, quizá, viéndose en la necesidad de prender fogatas para iluminar su espacio”, se le adjudica a Fred Devos en la información emitida por el INAH. Hasta el momento sólo se han localizado herramientas rudimentarias de excavación, señales —que quizá habrían usado para no perderse— y cúmulos de piedras vinculados con ese quehacer minero. Por medio de la fotogrametría y cámaras submarinas de 360 grados --señaló Dominique Rissolo, investigador de la Universidad de California, en San Diego, California, E.U.--, se han tomado más de 20 mil fotografías durante 600 horas de buceo y casi 100 inmersiones, para generar un modelo 3D del sitio y facilitar a los arqueólogos el acceso virtual al mismo, pues la más leve manipulación del sedimento puede ocasionar la pérdida total de la visibilidad.
Naïa
“La Mina” es una continuación de Hoyo Negro (también en Quintana Roo), no solo por su relativa cercanía geográfica, sino porque el primero complementa en gran medida el conocimiento que se tiene acerca del segundo. Fue en Hoyo Negro, en donde hace seis años se dio a conocer el hallazgo de un esqueleto humano, del cual dio cuenta Apro, cuya revelación acumula información a la teoría de que los primeros pobladores de América son de origen asiático y llegaron de Siberia, por el estrecho de Bering. El esqueleto nombrado como NAÏA --en honor a una ninfa griega que acorde a la mitología era hija de Zeus y se asocia al cuidado del agua--, perteneció a una joven de entre 15 y 16 años cuyos restos tienen una antigüedad de entre 12 a 13 mil años de antigüedad, los más antiguos en nuestro continente encontrados en perfectas condiciones, gracias a lo cual después de recuperar sus restos se pudo estudiar su ADN.

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