BUZÓN DE APÓCRIFOS: Aniversarios

lunes, 31 de mayo de 2004 · 01:00
México, D F, 31 de mayo (apro)- Confundida posteridad: con motivo del 125 aniversario de mi nacimiento, el 49 del cese de mi presencia en la Tierra, cumplido el 18 del pasado mes de abril y su atribulada situación internacional actual, les escribo la presente De inicio, insisto en mi arrepentimiento porque mis descubrimientos, teorías y la firma, que obligado por las circunstancias, puse en una carta, contribuyeran grandemente para la fabricación de las bombas atómicas No ignoran, ¿o sí?, que después de los atroces resultados del bombardeo de Hiroshima y Nagasaki con las mismas, se robustecieron mi natural pacifismo y repugnancia del uso de la ciencia en la guerra, sentimientos que ya en 1917 me llevaran a escribir: “Todo nuestro alabado progreso tecnológico, nuestra misma civilización es como un hacha en la mano de un criminal patológico…” Por eso, por pacifista, me subleva el uso de la ciencia en los conflictos bélicos Y la guerra de ayer de Vietnam y las de hoy de Afganistán e Irak y el largo conflicto entre palestinos e israelíes y su tan desfachatado y frío hablar de “bombas inteligentes”, “eliminación selectiva” o “bombardeos quirúrgicos”, ¿no confirman mi pensamiento? ¡Y ustedes conocen bien los nombres de los criminales patológicos que utilizaron y utilizan el hacha de la tecnología para la guerra! ¿Y qué hacen para contenerlos, para ponerlos en camisa de fuerza? Ustedes tienen la palabra Agradezco, sí, que me consideren uno de los poco más de la docena de científicos que en toda la historia, con sus investigaciones, descubrimientos y teorías, han contribuido a cambiar fundamentalmente las maneras de mirar e interpretar la naturaleza, al mundo, pero me irrita hasta la indignación que al tiempo que resaltan mis aportaciones a la ciencia, usen a la misma perversamente en sus guerras y olviden o ignoren el legado de mis profundas y angustiadas preocupaciones por los problemas sociales, económicos y políticos del hombre que siempre expresaron las palabras y acciones de mi vivir y que claramente manifesté en “De mis últimos años”, libro en que muchos años antes de que vivieran las tribulaciones que les producen su actual apogeo, eso que llaman “la visión empresarial de la historia”, ya les advertía de los peligros del capitalismo En dicha obra señalé que el capitalismo tiende a concentrar la riqueza en pocas manos, lo que daba por resultado la oligarquía de capitalistas privados cuyo enorme poder no puede ser frenado por la sociedad organizada en democracia, ya que hasta los mismos partidos políticos son generalmente financiados, influidos y, hasta en ciertos casos ¿o no?, corrompidos por capitalistas privados, que al controlar directa o indirectamente las principales fuentes de la información y la diversión (prensa, radio, cine, TV y educación), hacen difícil, y en la mayoría de los casos casi imposible, para el ciudadano común, llegar a conclusiones objetivas y hacer uso inteligente de sus derechos civiles, económicos y políticos, lo que lleva a esos ciudadanos comunes, por lo general, a soportar tan anómala situación no con rebeldía, sino con resignación y hasta fiel acatamiento a reglas legalmente establecidas ¡Qué cosa! ¿o no? En el citado libro también les advertía que la sociedad capitalista, por su concepto en sí del individuo, acentúa y robustece los impulsos egoístas de las personas, con lo que sus tendencias sociales, por naturaleza débiles, progresivamente se deterioran Pregunto: la filosofía de la competencia a ultranza, la glorificación del éxito y el determinismo económico, resortes maestros de esa su actual sociedad, ¿no confirman mis ideas? Ustedes dirán Aquí, supongo, la sorpresa, el estupor e incluso la ira de no pocos de ustedes al recordarles que en “De mis últimos años”, expresó mi convencimiento que sólo había una vía para los grandes males señalados: el establecimiento de una economía socialista Antes de que me descalifiquen con rayos y centellas, por favor tengan en cuenta que me refería a una economía socialista, de ningún modo a una economía comunista y mucho menos a un régimen al estilo soviético-ruso y reflexionen que ya se comienzan a oír voces que hablan y reclaman un capitalismo, una globalización con rostro humano ¿Recuerdan cuándo y por qué escucharon algo parecido? Bien Considero al respecto que deben atender a esas voces, pues la historia enseña que quien siembra vientos, recoge tempestades Para que puedan comprender mis razones y así normar su propio juicio, recomiendo que los que no conozcan mi citado libro, lo lean, y a los que ya lo hayan hecho sin tomarlas en cuenta, que lo relean meditándolas seriamente Créanme, en esta recomendación no me anima el cobro por derechos de autor De despedida, me voy a permitir hacerlo repitiendo el mensaje que les escribí en 1936: “Estimada posteridad: Si ustedes no se han hecho más justos, más pacíficos, y en general más racionales de lo que nosotros somos (o éramos), ¿por qué entonces no se los lleva el Diablo? Habiendo hecho declaración con todo respeto a este piadoso deseo, yo quedo (o quedé) De ustedes, ALBERT EINSTEIN

Comentarios