Adiós a "Cachirulo", héroe y amigo (Primera de tres partes)

martes, 31 de agosto de 2004 · 01:00
México, D F, 30 de agosto (apro)- Nací en 1955, por lo que fui uno de los niños que crecieron educados por los cuentos de Enrique Alonso “Cachirulo”, viendo en la televisión su Teatro Fantástico que patrocinaba la fábrica de chocolates La Azteca, creadora del “chocolatote” Express y patrocinadora del programa donde el malo y enemigo de “Cachirulo” era “Fanfarrón” Cuando a los 12 años entré a la edad de “la dimensión desconocida”, esa época en que uno ya no es niño pero tampoco es un adolescente todavía, vi que un supermercado de Taxqueña, cerca de mi casa, anunciaba la visita de “Cachirulo” un domingo, por lo que me decidí ir a conocer a mi héroe Mejor no hubiera ido, porque me llevé una profunda decepción “Cachirulo” estaba maquillado en exceso, me pareció terriblemente afeminado y él parecía disfrutar de la presencia de niños más chicos que yo, en especial de uno que se mantuvo a su lado todo el tiempo en que el actor firmaba autógrafos Cuando le platiqué aquella anécdota en 1993, “Cachirulo” se rió bastante y esto fue algo que me impresionó mucho: su sentido del humor Fue en el departamento de Martha Ofelia Galindo (conocida hoy por su personaje de la “maestra Canuta”), mamá de mi amiga la cantante Nina Galindo, en la Condesa Me comentó mientras bebíamos una copa de vino: --¿Qué esperabas? ¿Que estuviera tan joven como cuando me veías en la tele? Es como si yo te preguntara qué había pasado con tu viaje a la Luna, porque tú pensaste que ibas a ir a la Luna, ¿verdad? Cuando me encuentro a mis viejos amigos y me dicen que me ven ya muy acabado, les contesto: ‘¡No, si ustedes están igualitos como cuando los conocí!’” La amistad entre “Cachirulo” y Martha Ofelia era legendaria, pues habían llegado a la Ciudad de México juntos desde su natal Sinaloa Y aquel año, el 11 de febrero, “Cachirulo” fue homenajeado por su trayectoria artística en el Palacio de las Bellas Artes; ambos acababan de reponer “Dos tandas por un boleto” y “Chin Chun Chán”, con gran éxito, y él estaba a punto de regresar a la televisión con su Teatro Fantástico Al cuestionársele sobre el Sistema Nacional de Creadores (SNC) del Conaculta, “Cachirulo”, quien se creó a sí mismo su propio nicho en la historia del teatro mexicano y jamás había necesitado de beca de gobierno priista alguno, respondió: “No me gustaría ni opinar Tal vez sea bueno para trabajar sin tantas angustias ni presiones económicas, pero tengo miedo que el SNC caiga en el amiguismo, como pasó lo mismo en el Teatro Universitario “Mi mérito ha sido sostener una carrera coherente, hacer teatro para el pueblo, para niños, para viejos, pero no para dar trabajo a mis amigos, me daría pena El gran nombre que tengo me lo crearon los medios, por eso puedo arriesgarme No ando tras las becas, no sé ni cómo se piden” Dos son las conversaciones que recuerdo con mi héroe y amigo “Cachirulo” Hoy que ha muerto, las reproduzco tal como fueron publicadas en Proceso números 1112 y 1276 “Cachirulo”, febrero de 1998 Enrique Alonso ha manifestado que su Teatro Fantástico surgió por "una tontería", cuando comenzaba su carrera profesional hace 50 años Fue durante una gira con la compañía de la primera actriz María Teresa Montoya El actor cómico Oscar Ortiz de Pinedo lo llamó aparte, recomendándole luego de una función: --Aunque usted sea un chico principiante, es lo suficientemente bueno como para andar perdiendo el tiempo por ahí en compañías teatrales ¿Por qué no se lanza solo? Haga un esfuerzo A Alonso lo sedujo la idea para hacer algo no tan frecuente en aquel México: la comedia Cercano a María Conesa y Lupe Rivas Cacho, el nombre de Alonso en la zarzuela había llegado a ser sinónimo de garantía El actor infantil suele explicar su gran éxito por haber cumplido al pie de la letra una filosofía artística singular, que fructificó muchos años después de "aquella tontería" sugerida por Ortiz de Pinedo: "Siempre he hecho lo que me ha dado la gana Hacer lo que me guste y le guste a los demás" No fue fácil Su parecido con el histrión español radicado en nuestro país, Ángel Garaza, motivó que a Alonso lo apodaran "Garacita", amén de que muchas de aquellas obras en las que intervenía eran españolas y había que usar "cés" y "zetas" castizas Molesto por la comparación, optó por crear comedias para un público propio, originales, que sirvieran de ejemplo Rescató de sus papeles del Colegio Cervantes una obra que había escrito para representar en secundaria: “La princesita encantada” El héroe de aquella historia se llamaba “Cachirulo” y la estrenó sin tener ningún nombre en marquesinas, en la sala Guimerá, que después sería el Teatro del Caballito, en Rosales, a una cuadra de Bucareli Los trucos del personaje de Enrique Alonso inventarían por extensión la palabra "cachirul", empleada, sobre todo, en el argot deportivo “Cachirulo” estaba inspirado en el Pinocho español de Magda Donato y Salvador Bartolozzi, a su vez tomado de “Avventure di Pinocchio”, del italiano Collodi, lectura ideal para los niños de aquella época Mientras que Pinocho, "renuevo de pino", era de madera con la nariz larga, “Cachirulo” era un muñeco de trapo con cabello zanahoria, El desconocido Enrique Alonso pidió a su amigo Gene Matuouk un traje para su personaje que recordara los caramelos Gene, quien más tarde fue modisto afamado, confeccionó el traje de “Cachirulo” con vistosas rayas pensadas en las del bastón del caramelo; incluso, en sus primeras obras, Alonso como “Cachirulo” sacaba un bastón que aventaba al público al concluir la función Alicia Montoya personificaba al Hada Madrina y en su grupo "Teatro del Pequeño Mundo" participaron otros actores que nunca alcanzaron el triunfo Alonso integraba el elenco de números musicales en las primeras transmisiones de prueba que realizó Guillermo González Camarena para la televisión mexicana, allá por 1946, utilizando sus descubrimientos de tele a color En 1950, Telesistema Mexicano inició como negocio privado, que se convertiría en Televisa Para mayo de 1955, el publicista Augusto Elías vio una representación de El teatro Fantástico, de Enrique Alonso, con el título “Las aventuras de “Cachirulo”", y pensó que sería un buen programa de televisión Le propuso tres meses de prueba para el programa que lanzaría al mercado un refresco llamado "Titán" Las trece emisiones en vivo fueron producidas por Alonso en horario de domingos, de 19:30 a 20:00 horas Cualquier error se vería en las pantallas caseras

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