COMPUTACIÓN: Patentes absurdas

viernes, 7 de julio de 2006 · 01:00
México, D F, 6 de julio (apro)- En algún momento del mundo civilizado, el hombre decidió generar algo que llamó patentes que, de acuerdo con Wikipedia, es un conjunto de derechos exclusivos garantizados por un gobierno o autoridad al inventor de un nuevo producto (material o inmaterial) susceptible de ser explotado industrialmente para el bien del solicitante de dicha invención (como representante por ejemplo) por un espacio limitado de tiempo (generalmente 20 años desde la fecha de aprobación) Así, a quien se le ocurre un dispositivo ingenioso para un uso particular, si es nuevo, puede patentarlo, y así proteger su obra De esta manera, el creador puede explotar su idea por un número limitado de años antes de pasar al dominio público Obviamente, no sólo los mecanismos físicos pueden patentarse También tenemos que la música puede ser protegida por los derechos de autor, algo que estrictamente no es patentar, pero que defiende a los creadores de música y obras de arte de ser utilizadas por terceros libremente sin pagar derechos al inventor o, en este caso, al creador Así, cuado copiamos un CD de música o lo "ripeamos" (convertimos en formato mp3), en muchos casos, sino que en todos, estamos violando las disposiciones legales En la mayoría de las ocasiones, cuando nos hacemos de un CD original, sólo podemos escucharlo, pero tenemos explícitamente prohibido copiarlo, manipularlo de cualquier manera para pasar esa información a otro medio Evidentemente está fuera de lugar y de la ley, compartirlo con los amigos entregando copias del disco original Las patentes y los derechos de autor llegaron también a los programas de computadora, y esto pasó cuando alguien decidió comercializar software específico para ciertas aplicaciones Por ejemplo, en la época de la microcomputadora Apple, el VisiCalc se convirtió en el programa que todos tenían o querían tener Era lo que hoy es Excel; es decir, una hoja de cálculo que hacía fenomenalmente su trabajo, considerando que la capacidad de memoria en las máquinas de ese entonces no era mayor de 128 kbytes en el mejor de los casos (actualmente hay imágenes que son mayores que toda esa memoria, y no estamos hablando de excepciones, sino de casi cualquier fotografía en formato digital) Después de VisiCalc y cuando la poderosa empresa azul IBM decidió empezar a vender microcomputadoras personales (PCs), surgieron nuevos programas, como Lotus 1-2-3, el cual era una especie de hoja de cálculo ya profesional, mucho más pulida, además de contar con muchos más recursos que los que podían encontrarse en las maquinitas Apple //e Después Borland, una empresa que se dedica básicamente a herramientas de programación, decidió sacar su propia hoja de cálculo que llamó Quatro; es decir 1-2-3? y Quatro Aquí, el sistema podía usarse con la interfaz definida por la gente de Lotus o, bien, con la nueva tecnología de menús deslizantes (los que se ven en prácticamente cualquier aplicación en Windows hoy día) Curiosamente Borland tuvo que pagar derechos de autor a Lotus para incorporar su sistema de menús típicos de 1-2-3 Se supone que los creadores de dicha interfaz estaban felices de su idea, y tan lo estaban que la patentaron Así, si usted escribía un programa que usara este tipo de menús, aunque estos no fueran de una aplicación como 1-2-3, tendría que pagarle a Lotus por el uso de la idea de la interfaz Como a muchos les parecía ridícula la idea de Lotus, se negaron a usar la cómoda interfaz, y lo único que logró dicha empresa fue matar una buena idea, la cual hoy día nadie usa ni se acuerda de ella Este, sin embargo, no fue el primer escándalo al respecto Los inventores de Pacman, los de Atari Corp, protegieron su juego patentando el look&feel (el cómo se ve y se usa), de su juego de vídeo De esta manera, si usted quiere hacer un juego que contenga las mismas ideas que el Pacman, lo puede hacer sin pagarles un centavo a Atari, pero si se le ocurre poner un semicírculo con un ojo o fantasmas, entonces Atari le dirá que eso está protegido por sus patentes y derechos de autor Dicho de otra manera: las ideas no pueden protegerse, pero sí la manera como están hechas Pero, por si fuera poco, hace unos pocos años (noviembre de 2001), publiqué un artículo técnico (en una revista especializada norteamericana Dr Dobbs Journal), sobre la creación de la técnica de los fotomosaicos (fotos armadas con pequeñas fotos, como el póster de la película de The Truman Show o el famoso cartel de la princesa Diana, cuyo rostro está formado por muchas fotos de flores) Cuando uno de los mejores exponentes de esta técnica, Robert Silvers (wwwphotomosaicscom), egresado del MIT vio mi artículo, escribió a la revista y amenazó con demandarme si se publicaba el código fuente; es decir, cómo es que se podían hacer, vía computadora, este tipo de imágenes Los directores de la revista dijeron que la demanda de Silvers era puro bluff y que no me preocupara Y tenían razón, Silvers jamás demandó realmente El problema con su patente cae exactamente en el terreno de las ideas Si yo veo que alguien hace fotomosaicos, bien puedo intentar escribir mi propia versión de los mismos sin violar la ley Sin embargo, según Silvers, eso viola la patente porque, a su juicio, tiene los derechos del look&feel de esta técnica En el fondo lo entiendo, si alguien describe cómo se hacen los fotomosaicos, pues le estoy quitando su modus vivendi, creo Como sea, quien quiera ver mi esfuerzo en este sentido, entre a wwwla-morsacom Ahí podrá ver las imágenes que hay de demostración Si además quiere que le haga su propio fotoMORSAico, mándeme su foto a morsa@la-morsacom (en la página hay la posibilidad de hacerlo vía Internet, pero esta opción se deshabilitó por problemas técnicos, así que es probable que le marque error) En la medida del tiempo disponible intentaré hacerlo de manera gratuita (a los primeros 20 lectores) Si alguno quiere un morsaico impreso en tamaño poster, pues ya habría que ver con qué fotos lo quiere y el costo del mismo Por lo demás, la prueba es prácticamente gratuita y sin compromiso

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