La Pontífice, de Wortmann, llega a México

miércoles, 21 de abril de 2010 · 01:00

MÉXICO, D.F., 21 de abril (apro).-  El famoso cineasta alemán Sonke Wortmann llevó al cine el bestseller de la estadunidense Donna Woolfokl Cross, titulado La pontífice (Pope Joan) con financiamiento de Alemania, España e Italia y que Artecinema distribuirá en México a partir del próximo 23 de abril.

          La película se ubica en el año 814 después de Cristo, cuando nace Johanna en un pueblo alemán. Como mujer tendrá que pagar un precio muy alto. Cuando estudiaba en la escuela catedral conoce al  conde Gerold y su amistad se convierte en amor. Gerold es mandado a la guerra y Johanna  decide unirse al Monasterio de los Benedictos disfrazada de hombre, llamándose hermano Johannes. Ahí vive como un exitoso y respetado doctor. Cuando su verdadera identidad corre el riesgo de ser revelada, ella huye a Roma, donde encuentra a Gerold  y se da cuenta que sólo hay una cosa que no puede negar: su amor por él.

         Johanna continua ascendiendo en la jerarquía de la iglesia y conforme eso sucede el resigo de ser descubierta va en aumento. Siente la necesidad de decidir  si quiere entregar su corazón a Dios o a un hombre. Pero de pronto el papa Sergio muere  y Johanna es nombrada como su sucesor. Sin embargo, sus sentimientos por Gerold son más fuertes que su miedo a ser descubierta.
         Su existencia fue un secreto y su nombre fue removido de los libros de historia. La vida de Johanna, quien dirigió a la Iglesia Católica como el papa Johannes Anglicus en el siglo XIX se convirtió en leyenda.
         La de vida de Johanna, a quien su destino la llevó al trono papal, es conocida por millones de lectores de todo el mundo debido a la novela Pope Joan, de Woolfolk Cross, la cual fue publicada en 1996. Vendió más de cinco millones de copias sólo en Alemania, convirtiéndose en uno de los 10 libros más vendidos en  ese país.
         “A la gente le gustan las grandes novelas históricas”, comenta Oliver Berben, de Constantin Film Produktion y productor de La pontífice.
        Él leyó el libro hace ocho años:
        “Encontré la historia fascinante y excitante, y me dije inmediatamente: la gente va a querer ver la película.”
        Pero el camino del libro al filme fue inusualmente largo, incluso para cualquier otra gran producción.
        Constantin Film tiene una larga tradición de exitosas adaptaciones de bestsellers, como El nombre de la Rosa, La casa de los espíritus y El perfume.  Pero La  pontífice ya había sido desarrollada como proyecto cinematográfico por Ufa, con Volver Schlondorff. Y Constantin Film trató de acercarse al proyecto, a pesar de que los derechos habían sido vendidos, y fue hasta 2005 en que pudo trabajar con Ufa, justo cuando los derechos estaban a punto de expirar.
         Woolfokl Cross estuvo involucrada desde el principio en la idea. Trabajó en el guión.
         La pregunta que tenían los productores era quién iba a interpretar a Johanna. Este personaje femenino que es tan fuerte, pero también tan contradictorio.
         Muchos nombres fueron mencionados, incluidas estrellas internacionales. Sin embargo, de repente el nombre de Johanna Wokalek se convirtió en su favorito. Y la actriz alemana se mostró emocionada por estar involucrada desde el principio.
         También desde el inicio, el realizador Wortmann estuvo feliz con la decisión de la protagonista:
         “Ella es una actriz apasionada. Hablamos mucho durante las lecturas de guión. Trabajar con ella durante la filmación fue un juego de niños. Fue un placer como director poder confiar de esa forma en el trabajo de una actriz, relajarme y sentarme a observar lo que ella hacia frente a la cámara”, dice.
         Después de realizar toda la búsqueda por el elenco, los productores y el director tomaron la decisión de filmar el largometraje en inglés.
         Además, el esfuerzo para realizar una película histórica fue notable en departamentos como vestuario y diseño de producción. Las construcciones creadas fueron producto de una ardua búsqueda para recrear el pueblo donde nación Johanna, así como los monasterios y ciudades donde vivió, tratándolas de hacer lo más auténticas posibles, de modo que el público pudiera sentirse transportado en el tiempo y llevado a la mitad del siglo XIX.

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