HERMOSILLO, Son., 22 de abril (apro).- Marianela Boan es una de las coreógrafas cubanas más importantes que han surgido de la Escuela Nacional de Danza de Cuba.
Buena bailarina y estudiosa del teatro como elemento clave para ir más allá del movimiento, realizó un amplio trabajo como intérprete y como coreógrafa en Danza Nacional de Cuba, compañía emblemática de la danza contemporánea en la isla.
    Pero como ha sucedido desde hace años con múltiples artistas de la danza cubana, tomó la opción de salir de la isla y emigrar hacia Estados Unidos, específicamente hacia Filadelfia, donde estudió una maestría y donde se desempeña actualmente como maestra.
    Intelectual y estudiosa, durante su vida en Cuba tuvo grandes acercamientos hacia la escuela teatral de Grotowsky y hacia la concepción de performer, que para ella éste debe ser capaz de cantar, bailar y actuar. Arriba del escenario hay que encarnar todo.
    Falso Testimonio es el espectáculo con el que se presentó la noche de ayer en el Teatro de la Ciudad.
    “La mía es una nueva propuesta que busca integra video, danza, música en vivo, todo combinado con la inteligencia, gracia, perfección y un sofisticado uso de la tecnología”, confía.
    Autora del video, trata de analizar cuáles son los vínculos emocionales entre los humanos y la imagen y ¿cómo influye esta convivencia extrema con la imagen en la afectividad humana?
    El resultado es un ejercicio práctico donde el cuerpo se confunde con la imagen y viceversa. Lo que se ve es todo, no hay mayor dramaturgia sino un concepto.
Un experimento que, a decir de Boan, es una danza “contaminada” de todo lo que le rodea y que no puede ser nunca más una danza pura.