TV Azteca, en la disputa por el Bicentenario; exhibirá 13 cortos
MÉXICO, D.F., 7 de septiembre (Proceso).- Cuatro prestigiados realizadores fílmicos nacionales ofrecen a Proceso los pormenores de su visión positiva sobre nuestro país, tras aceptar la invitación de TV Azteca para elaborar sus cortometrajes sobre el tema de las gestas del Bicentenario: Guillermo Arriaga, Carlos Bolado, María Novaro y Alejandro Springall. La serie, titulada 13 formas de amar a mi México, arrancó el pasado lunes.
Para el rodaje de la serie de cortometrajes 13 formas de amar a mi México, en torno al Bicentenario de la Independencia, TV Azteca invitó a destacados cineastas como Guillermo Arriaga, Carlos Bolado, María Novaro, Juan Carlos Rulfo y Alejandro Springall, quienes no dudaron en aceptar colaborar con la televisora comercial.
En total serán 13 cortos, pero sólo han sido terminados ocho. A éstos se aúnan los de los ganadores de la convocatoria abierta lanzada en octubre del año pasado a cineastas, estudiantes de cine, televisión o cumunicación Mi México que yo quiero, quienes enviaron sus propuestas de tres minutos de duración conforme al planteamiento siguiente:
“Las tramas presentadas deberán ser novedosas, mostrar referentes positivos que hagan soñar y que reflejen nuestra realidad y capacidad de cambio... con la visión de un país más democrático, equitativo y próspero, tal como lo hicieron los héroes de las gestas de la Independencia y la Revolución de México.”
Bolado, Novaro y Springall coinciden en que se trató de una buena iniciativa de la televisora, y ellos trabajaron con “absoluta libertad”, tanto en el contenido como en el esquema de producción, “condiciones inseparables”, según señala Novaro.
La actriz Patricia Bernal, madre del actor Gael García Bernal, hizo la invitación a los realizadores. Sólo ocho de los 13 cortos han sido terminados y se planea proyectar uno por semana, pasando el primero al aire el lunes pasado en el noticiario Hechos de la noche, que conduce Javier Alatorre.
“200 años de mexicanos
en movimiento”
En su cortometraje, que abrió la serie el lunes pasado, el cineasta Alejandro Springall intentó “comunicar algo positivo con una visión alegre”.
Siempre interesado en la religiosidad de México (Santitos y Morirse está en hebreo), con 200 años de mexicanos en movimiento dice: “me pareció que podía mostrar la libertad religiosa que, a pesar de que aún es motivo de conflictos, existe en buena medida”, amén de cuestionar la idea generalizada del mestizaje y el catolicismo como esencia de la mexicanidad:
“Me reuní con Sabina Berman, con quien comparto muchas ideas y sentido del humor, y ella me contó que tenía la crónica de un viaje a Chiapas, donde hablaba justamente de eso, haciendo referencia a los lacandones heterodoxos. Me fascinó la idea de trabajar con indígenas lacandones, una de las pocas etnias que no fue sometida al yugo colonial ni tampoco evangelizada por los curas españoles.
“La vida de los lacandones no cambió en el momento de la Independencia, y la Revolución tampoco llegó a Chiapas, pues vivían internados en la selva. Ellos se integraron a la vida nacional a mediados del siglo XX. Pero a pesar de conservar gran parte de su estructura social y cultura, han dejado su religión tradicional y ahora profesan el protestantismo con libertad.
“Eso es un punto a favor de México a sus 200 años, parte de la riqueza y la diversidad de este país.”
En el corto, después de cuatro décadas, el antropólogo Alejando Saavedra, autoridad reconocida mundialmente por su obra sobre la cultura lacandona, regresa a la selva con tres jóvenes estudiantes para mostrarles los antiguos ritos de la etnia.
Respecto del México de ahora, a Springall le angustia “que los niños estén viviendo un momento de negatividad desmedida y que estén creciendo sin la protección del Estado, en una sociedad inmersa en la depresión, la ignorancia y la violencia”. Resultado:
“No sólo no se les está inculcando amor y orgullo por su país, tampoco una educación cívica, sino que están creciendo con baja autoestima y gran vulnerabilidad, tanta que casi está en juego la viabilidad de México.
“Escucho por todos lados que no tenemos nada que celebrar en este 2010, y yo digo que justamente es el momento para revisar el proyecto de nación, de lanzar las reformas para lograr un gobierno eficiente y eficaz.”
–¿Qué opina de que Felipe Calderón quiera gobernar a través de mensajes por televisión y radio precisamente en estas fechas?
–No considero que él esté gobernando a través de mensajes por televisión, radio o twitter, pero desgraciadamente lo que sí veo en esos mensajes, que son de una calidad ínfima, es que, contrario a lo que pretenden comunicar, proyectan a un presidente rebasado, lleno de retórica, insensible y manipulador.
La más reciente película de Springall, No eres tú, soy yo, se exhibe en los cines nacionales y, según Warner/Universal, cerró la primera semana con alrededor de 29.5 millones de pesos, “y llevamos cientos de tweets de gente que ha visto esta comedia romántica, con una respuesta increíblemente favorable”, añade el director.
“El pozo”
Desde la 67 edición de la Biennale di Venezia, Arriaga, participante con El pozo en la sección Orizzonti del encuentro cinematográfico italiano, comenta por e-mail ese trabajo producido por TV Azteca:
“Ha sido un pretexto para reflexionar sobre quiénes somos, dónde vamos y qué sacrificamos. Debemos amar a México con todo lo que significa.”
Porque para el realizador de Fuego (The Burning Plain), “ese cariño nacional debe contemplar el dolor y la furia por esos 200 años”:
“Somos un país con muchas heridas y cicatrices. Y para algunos, entender esas heridas es la mejor manera de hallar un camino hacia el futuro.”
Decidió usar no actores para los protagonistas, pues “queríamos realidad, honestidad y verdad. El polvo y el sol sobre las pieles y los ojos no pueden ser creados de manera artificial”.
El pozo se ubica hacia 1914 en el desierto de Chihuahua, donde un campesino de 75 años y su esposa están a cargo de cuatro nietos, cuyos padres han sido fusilados en plena Revolución Mexicana:
“Cada objeto fue pensado para que tuviera un peso histórico... Usamos varios artículos prestados generosamente por museos: pañuelos, carretillas, palas, ropa, sarapes… La textura del pasado fue importante para nosotros. Es un honor que El pozo represente esta visión del Bicentenario en Venecia.”
Arriaga forma parte del jurado de la sección oficial del festejo veneciano, considerado el más antiguo del mundo de la cinematografía.
Factor de identidad
La marcha de Zacatecas se llama la cinta que filmó Carlos Bolado para el proyecto de TV Azteca, sobre la famosa obra homónima del compositor zacatecano Genaro Codina (1852-1901):
“En mi estancia en Estados Unidos escuchaba La marcha de Zacatecas constantemente en las radios en español. Ni yo mismo sabía su origen, así que decidí investigarlo histórica y musicalmente por medio de este corto y, por supuesto, tenía muchas ganas de filmar en Zacatecas, la tierra de mi madre.”
La tan gustada pieza musical de Codina significa un “factor de la identidad de lo mexicano”, manifiesta el realizador de Bajo California: El límite del tiempo, Sólo Dios sabe, Tlatelolco (aún en posproducción) y el docudrama El grito que sacudió a México, acerca de la guerra de Independencia del país, estrenado recientemente en Discovery Channel (Proceso 1765):
“Los mexicanos reconocemos esa marcha y es tan popular como Las mañanitas, Cielito lindo, La cucaracha o el Himno Nacional, por eso a La marcha de Zacatecas se le reconoce como un segundo himno nacional.”
Al abordar la situación de violencia en el México de hoy, Bolado arremete:
“Parece que no aprendemos de la historia y de nuevo andan rodando cabezas por nuestros suelos, la guerra civil es la historia de México. La guerra de la Independencia duró 11 largos años, durante todo el siglo XIX hubo guerra entre mexicanos. Porfirio Díaz reprimió con mano dura, aunque haya existido la famosa Pax porfiriana.
“Y luego la Revolución Mexicana también fue larga con esos 70 años de gobierno de un partido (el PRI) que con su paz de los sepulcros mantuvo un cierto orden civil, pero un desorden ético y social, generador de la descomposición que vivimos ahora y que ha generado, una vez más, otra guerra civil.”
No ve mal que Felipe Calderón use mensajes breves por la televisión para llegar a mayor número de mexicanos; sin embargo, propone al presidente presentarse “mucho más ante el Congreso, al estilo parlamentario inglés, y dar la cara con los riesgos que implique”.
“Sin miedo”
María Novaro no está convencida de que en un corto de unos cuantos minutos de duración se pueda aportar algo a las reflexiones del Bicentenario. Pero para el suyo, ella pensó en “el reto de intentar expresar con sinceridad algo que siento, que me duele y me lastima, acerca de mi país”. Eligió hablar del miedo “y decir que podemos sobreponernos a él y negarnos a que México quede a merced de los hombres armados, sean del signo que sean”.
El tema de Sin miedo gira en torno a una familia que decide dejar de temer para exigir justicia, toda vez que a la también realizadora de Las buenas hierbas (en cartelera) le disgusta que Felipe Calderón “gobierne a través de la pantalla chica, no me gusta”.
Por ello, Novaro considera que con este cortometraje para 13 formas de amar a mi México “tal vez mi voz podría identificarse con la de otros mexicanos en este momento difícil de nuestra historia”.
Los otros cortos de 13 formas de amar a mi México son Será por eso, de Juan Carlos Rulfo; ¿Verdad que yo no fui?, de Antonio Urrutia; El monstruo, de Fabián Corres, e Igual, de Mariángela Beba Guzmán Favela.
Finalmente, Bolado sólo cuestiona el título para los cortos de TV Azteca:
“13 formas de amar a mi México no me encanta.”