Arte: 50 millones, simulación y más subsidios
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Dos palabras resumen la gestión de las artes visuales durante la presidencia de Felipe Calderón: simulación y opacidad. Si bien la renuencia a transparentar la información ha sido abierta y constante tanto en el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) como en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la simulación se ha evidenciado durante este último año del sexenio a través de programas que norman y legalizan la discrecionalidad.
Además de los subsidios directos al mercado que otorga el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes aparentando ser un apoyo a los artistas visuales (Proceso, 1880), la simulación se delata en los subsidios otorgados recientemente para los Proyectos de Inversión en la producción de Pintura Nacional.
Diseñado y operado por el INBA a través de la Coordinación Nacional de Artes Plásticas, este programa presenta contradicciones desde su origen. Según consta en el Diario Oficial del 12 de diciembre de 2011, la Cámara de Diputados asignó 50 millones de pesos para inversiones “destinadas específicamente a la creación y realización de las obras” en producción de pintura nacional. Posteriormente, en las reglas para aplicar el beneficio a los proyectos publicadas en el Diario Oficial del 27 de junio de 2012, la pintura se expandió a 19 disciplinas –incluyendo arte sonoro– y las obras se convirtieron en empresas dedicadas a la creación, producción, exhibición, itinerancia, investigación, comunicación y difusión. Si el objetivo de la subvención era beneficiar a promotores minimizando una vez más las prácticas pictóricas, ¿por qué no hacerlo explícito desde el principio?
Sin describir los criterios por los que estos proyectos se consideran una inversión, a finales de octubre se subió al portal del INBA la lista de los seleccionados. Otorgados a 54 beneficiarios, los subsidios alertan no sólo por la carencia de información sobre los proyectos y su pertinencia financiera sino, muy especialmente, porque algunos fueron destinados para museos gubernamentales y asociaciones civiles museísticas. El Antiguo Colegio de San Ildefonso, que opera bajo un mandato tripartita integrado por Conaculta, Gobierno del D. F. y Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), obtuvo un millón 700 mil pesos; el Museo Universitario del Chopo de la UNAM se benefició con un millón 615 mil pesos; la Asociación de Amigos del Museo de Arte Carrillo Gil (INBA) recibió 2 millones para dos proyectos; y para la Asociación de Amigos de la Sala de Arte Público Siqueiros y la Tallera A.C. (INBA) fueron un millón 435mil 676 pesos. Considerando que a los museos gubernamentales se les asigna un presupuesto y que las asociaciones civiles museísticas tienen la función de obtener fondos con el beneficio de exenciones fiscales, ¿por qué se duplica la contabilidad institucional? En lo que corresponde a las actividades museísticas, la responsabilidad es gubernamental y la intervención de las asociaciones civiles es cuestionable.
Sin mencionar los nombres del Comité de Evaluación, sin informar el número de proyectos rechazados y con una normativa que deja en los funcionarios la decisión final sobre los beneficios, el Proyecto de Inversión en la producción de Pintura Nacional no sólo norma la discrecionalidad sino que, también, utiliza el erario público para subvencionar a empresas comerciales tan exitosas como Sensacional de Diseño S.A. de C.V., con un millón de pesos. La lista completa de los seleccionados se puede revisar en: http://www.bellasartes.gob.mx/Convocatorias/Resultados_EPRO_Ordinario.pdf